Patricia Cori
11 de mayo de 2012
Conforme os acercáis a la fecha que señala el fin del calendario maya (21 de diciembre de 2012), os sentís cada vez más alarmados ante el panorama de un desastre global inminente — el escenario del Armagedón — que se ha convertido en una posibilidad muy real a causa de la insensata proliferación nuclear, de vuestro contaminante desperdicio de los recursos y de vuestra ira.
CAPÍTULO 1 - LAS PRIMERAS TRANSMISIONES
Una comprensión contemporánea de la evolución personal —vuestro camino acelerado hasta llegar a ser seres humanos plenamente conscientes del siglo XXI— requiere profunda introspección, compromiso e integración de las mitades lógica e intuitiva de la mente. Necesita una limpieza de las viejas programaciones, la liberación de las energías bloqueadas y un nuevo planteamiento de vida en el que seáis los cuidadores del ser celestial donde residís y del que os nutrís.
Esto requiere el pleno despertar del corazón y silenciar la identidad impulsada por el ego. Éstos son los procesos fundamentales que determinarán cómo os plantearéis el proceso de transformación planetaria, a medida que definís vuestra experiencia personal de ascensión del reino de la materia.
Conforme os acercáis a la fecha que señala el fin del calendario maya (21 de diciembre de 2012), os sentís cada vez más alarmados ante el panorama de un desastre global inminente — el escenario del Armagedón — que se ha convertido en una posibilidad muy real a causa de la insensata proliferación nuclear, de vuestro contaminante desperdicio de los recursos y de vuestra ira.
Evidentemente, los cataclismos ya han empezado a producirse en todos los rincones del mundo. Muchos temen que tal vez sea demasiado tarde..., que estáis yendo hacia lo inevitable y que no hay modo de detener vuestra caída.
Otros comprenden que creáis vuestra realidad con cada pensamiento, cada palabra, cada gesto..., que vuestro viaje podría ser muy cómodo si os enfocarais en la «acción justa», manteniendo vuestras mentes centradas, claras y maravilladas ante el potencial que se abre a vosotros como Nuevos Acuarianos del planeta Tierra.
Todo este proceso es atemorizante y al mismo tiempo excitante, puesto que, como sabéis a cierto nivel intuitivo, ya habéis pasado por esto anteriormente. Es evidente que la humanidad sobrevivió. Como seres reencarnantes, habéis conocido la muerte y el renacimiento una y otra vez, aunque la mayoría de vosotros no recordáis conscientemente vuestra entrada y vuestra salida del reino físico.
Pero esto es muy diferente. Quienes habéis elegido nacer en esta era de la Tierra estáis experimentando la muerte, o transmutación, de todo el planeta, y os encontráis en el núcleo, aferrándoos a vuestra vida, felicidad y seguridad que se ven constantemente amenazadas por el fantasma de la aniquilación total.
Como la gente de la Atlántida, parecéis estar al límite, anticipando vuestra precipitación al abismo. Vuestra idea de la vida y de vuestro propósito como seres humanos está cambiando; vuestra fragilidad e impermanencia están cada vez más presentes en vuestras mentes; vuestro hogar mayor, el planeta que está bajo vuestros pies, se ve amenazado por un peligro «claro y real».
Es un tiempo difícil y desafiante y, por tanto, haríais bien cu recordar que, independientemente de lo que parezcan ser vuestras circunstancias personales, habéis elegido estar aquí.
Aunque pueda pareceros incomprensible a nivel consciente, sabéis de la evolución planetaria... la transmutación de la forma y de los sistemas biológicos La humanidad lo ha experimentado antes, cuando la gran civilización antediluviana de la Atlántida alcanzó tal estado de desarmonía que cortocircuito las redes energéticas del planeta, y la vida quedó casi borrada de muchos rincones de la Tierra.
Las estructuras de poder de la época (las omnipotentes faenas del sacerdocio oscuro de Atlán) creyeron, en su ciega arrogancia, que se podían adueñar incluso de las fuerzas de Gaia, y que podían ponerle riendas como si fuera una bestia de carga.
Ellos sobrepasaron los límites, y prácticamente todo fue barrido por el agua en la Gran Inundación, con la que Gaia Limpio su cuerpo de aquella intensa vibración negativa y volvió a centrarse para empezar de nuevo, renovada y revitalizada.
Y aquí estáis, una vez más, sacando a la Diosa de su curso, desequilibrándolo todo al exacerbar la dualidad subyacente a la realidad tridimensional. Desde vuestro limitado punto de vista, parece que la naturaleza misma de la existencia es una guerra entre el bien y el mal, y que, incluso ahora, en la espiral que lleva al futuro, tenéis que afrontar este dualismo en cada cruce de caminos... en cada momento de vuestra vida.
Es posible que os hayáis resignado a la idea de que no hay esperanza para la humanidad, de que habéis alcanzado el punto sin retorno... y ésa es una estructura de creencias peligrosa y auto derrotista.
Sólo alimenta la oscuridad, y fortalece a quienes creen poseeros para seguir tomando más de vosotros. Potencia la oscuridad, catapultándoos todavía más hacia la desesperación. Se lleva vuestra luz... vuestro poder... vuestra alegría.
Vivís en un mundo que alberga personajes extremadamente oscuros y seres espirituales maravillosamente amorosos, pero lo cierto es que la mayoría de los humanos se encuentran en algún punto intermedio.
Cada uno de vosotros conoce y ha confrontado el brillo y la sombra de su propia personalidad, y eso es dualidad, la naturaleza misma de la vida tal como la conocéis en la experiencia humana. A lo largo de la historia ha habido momentos de increíble irradiación y de oscuridad impenetrable, y estos dos extremos, según comprobáis, a menudo conviven en el mismo momento, ocupando el espacio como polos de una misma energía. Los polos chocan y entran en conflicto y, sin embargo, os dais cuenta de que son simples reflejos de la totalidad.
Como estudiantes de la sabiduría esotérica, estáis aprendiendo que debéis integrar los aspectos polares: lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, el amor y el odio. Mientras sigáis alimentando estas fuerzas opuestas, habrá guerra a todos los niveles.
Ahora más que nunca, las luchas y conflagraciones os rodean, y la humanidad parece perdida en la violencia sin sentido y la desesperación. Es una época de comportamientos extremos, en la que estos aspectos, una vez más, están en conflicto total.
El sufrimiento humano, el descuido de la vida y la belleza, y el abuso de quienes quieren tener poder sobre los demás parecen haberse convertido en una experiencia omnipresente de vuestra civilización contemporánea, haciendo que os cuestionéis hasta qué punto ha progresado la raza humana en el curso de la evolución social.
Estáis reviviendo, en este momento histórico, las mismas comentes subterráneas, las mismas manipulaciones energéticas y abusos de poder que vivieron las últimas generaciones de la Atlántida... una civilización que había alcanzado (en algunos aspectos) unos niveles de desarrollo tecnológico muy superiores a los que conocéis actualmente.
Era una sociedad que disfrutaba de la ayuda directa de seres multidimensionales que entrenaron a los sacerdotes (que también eran descendientes de otros reinos) y trabajaron con ellos. Sus enormes capacidades y su comprensión de las leyes universales y de las fuerzas elementales los cualificaron como Guardianes de los Registros.
Los dones del conocimiento extraterrestre estaban destinados a elevar la conciencia de vuestros antepasados, dándoles a conocer su lugar en el gran esquema de las cosas. Paradójicamente, las sacerdotisas de las primeras generaciones usaron la Sabiduría para la luz, mientras que, incitadas por Annunaki, las siguientes generaciones del Sacerdocio vieron precipitarse una parte de la Hermandad al lado oscuro, dirigiendo los poderes que habían adquirido —sus dones— contra la gente.
¿Cómo podríais dejar de daros cuenta de que el tiempo de la oscuridad, el flagrante abuso de la Sabiduría, está volviendo a producirse?
Nosotros, Emisarios del Alto Consejo de Sirio, confirmamos que muchas de las sofisticadas tecnologías resultantes de ese intercambio están siendo utilizadas contra la humanidad y contra Gaia. En su consumidora búsqueda y persecución del poder, los sacerdotes oscuros de Atlán, unidos con otros del linaje de Annunaki, se han reencarnado ahora.
Os aseguramos que son más voraces que nunca en su apetito de cosechar y consumir vuestra energía, vuestro poder y vuestros recursos. ¿Es posible que tengáis que revivir de nuevo la caída de la Atlántida? La alianza de las fuerzas oscuras es devastadora y, sin embargo, la luz os rodea por todas partes* Sólo tenéis que establecer vuestra intención, vuestra mente grupal, para detener y desarmar a quienes difunden la ignorancia. Sabed que, por más determinados que otros estén a usar vuestro poder, la oscuridad sólo puede alimentarse de oscuridad, y os recordamos que no es otra cosa que miedo, ignorancia y furia. Recordando a naturaleza estructural del polo oscuro, podéis atravesar los Cambios Terrenales que se avecinan sin sufrimiento ni dolor. La elección depende de vosotros... como siempre.
Aún podéis alterar el resultado para que, esta vez, la manipulación de la energía y el abuso del poder que se producen en vuestro reino no provoquen la devastación que antiguamente casi borró toda vida de la faz del gran planeta Tierra.
Podéis elegir no sufrir en absoluto la transformación que se avecina y, en cambio, esperar ansiosamente el proceso de renacimiento de vuestro planeta, honrando la intención de vuestra alma de tomar parte en esta experiencia.
Pero ¿lo haréis? ¿Lo haréis, hijos de la Atlántida? ¿U os diréis que es imposible que la mano humana haya podido cambiar tan drásticamente el curso de todo un planeta, y que Vuelve la Atlántida sólo es una historia... un cuento para adultos del que no existen pruebas ni evidencias tangibles? Ocultándoos todo registro de la Atlántida, convirtiendo los cien mil años de preeminencia de un continente sobre la tierra en mera leyenda, la élite del poder ha conseguido, hasta hace poco, ocultaros la mayor rapiña de vida y recursos que haya ocurrido en vuestro mundo.
Os sugerimos que si preferís considerar estas enseñanzas una obra de ficción —si hacer eso permitirá que vuestras mentes lógicas lean la información que de otro modo podríais descartar como meras fantasías— , nos sentimos felices de serviros como simples narradores de historias.
O puede que consideréis nuestro material como una llave que os abre a vuestros propios recuerdos de la Atlántida, seguros de que no os estamos pidiendo que descartéis todas las demás creencias y escritos relacionados con la verdadera historia de la humanidad.
No somos tan pretenciosos o auto-centrados para interferir en vuestra experiencia personal, que os lleva a adquirir conocimientos sobre la experiencia humana que precedió a la vuestra a vuestro propio paso.
Tampoco queremos alterar el libre albedrío de vuestros campos de visión dibujando dogmáticamente un futuro irreversible en proféticos versos estelares, porque ya habéis escuchado a suficientes videntes y predicciones para saber que estáis cambiando constantemente el curso de vuestra realidad.
No obstante, una suposición que podemos hacer es que, si os sentís atraídos por estas enseñanzas, sin duda se debe a que, como la mujer que ahora es nuestro instrumento, estuvisteis allí... formasteis parte de la Última Generación de la Atlántida.
Y ahora volvéis a estar aquí, al límite de la realidad, empezando a recordar. A medida que vayáis limpiando telarañas y oteéis los pasillos de vuestra mente, iréis reuniendo penosamente algunos fragmentos de recuerdos, fragmentos raídos de un antiguo mosaico, recreando imágenes de lo que consideráis «vuestro pasado». Hay huecos, puntos donde las imágenes se pierden, y es aquí donde queremos ayudaros a poner las piezas que os faltan.
Tenemos la intención de proporcionarte la información perdida —los secretos guardados de la Atlántida— que os impulsarán a reclamar el poder y establecer vuestra libertad, estimulándoos a buscar las verdades que durante tanto tiempo han permanecido ocultas bajo las cambiantes arenas del tiempo.
¿Verdad o fantasía? Vosotros, atlantes del nuevo milenio sobre la Tierra, que estáis re-escribiendo el futuro desde los manuscritos cuarteados de vuestros recuerdos enterrados, tenéis la respuesta a esta pregunta dentro de vosotros.
Atreveos a mirar profundamente dentro del pozo y veréis el suave ondular de la verdad en vuestras almas... siempre tan sutil, como una suave brisa sobre las aguas serenas.
CAPÍTULO 2 - LA ATLÁNTIDA EMERGE
Estáis recordando la Atlántida en esta época porque debéis expandir vuestra visión para incluir las posibles realidades que habéis ignorado u olvidado.
La Atlántida ha sido objeto de muchas especulaciones, investigaciones y fantasías porque el continente perdido yace enterrado en vuestra mente grupal —vuestro recuerdo universal—, y en este tiempo en que la moderna sociedad terrenal está en paralelo con el modelo de la Atlántida, lo estáis trayendo a la conciencia, redescubriendo vuestras identidades ancestrales.
A medida que en estos últimos años la humanidad acelera los avances tecnológicos, estáis empezando a identificar, en los relatos de la Atlántida, las energías arquetípicas y las fuerzas geotermales que os sacuden para que salgáis de vuestro lecho y confrontéis el futuro como residentes siglo XXI de lo que parece un planeta moribundo.
La información relativa a los abusos del poder y de la tecnología en la Última Generación ha empezado a emerger en vuestra mente grupal, permitiéndoos tomar conciencia más sucintamente de que la destrucción de la Atlántida guarda un paralelismo con vuestra situación actual.
Aun así, la mayoría de vuestras investigaciones y expresiones artísticas reflejan una glorificación de la Alta Cultura de aquella civilización, porque el recuerdo de los últimos días es demasiado doloroso y pavoroso, y por eso lo habéis enterrado en lo profundo del subconsciente: se trata de un testimonio silencioso de un pasado deliberadamente olvidado.
Sin embargo, lo necesitáis. Vosotros, la raza humana, tenéis que poner luz en los recesos oscuros de vuestra memoria para poder reconocer el paradigma atlante en este punto del viaje evolutivo de vuestro planeta.
La antigua lección os será útil ahora. Nuestra intención es ayudaros primero a recuperar, y después a procesar, la experiencia que yace dormida en vosotros.
Estimulando el recuerdo de aquella enorme lucha —el enfrentamiento de las fuerzas de la luz y la oscuridad en las últimas horas de la Atlántida—, creemos que podemos impulsaros a producir el tipo de modificación en el pensamiento/conducta grupal que ayudará a los seres humanos conscientes a alterar la severidad de los Días del Desierto que se aproximan.
En la Tierra, el estado de emergencia lo abarca todo, puesto que ella sacude y atrona desde las profundidades de su ser interno, preparándoos para atravesar la inevitable tormenta de la transformación planetaria.
Como en el hundimiento de la Atlántida y el desastre consecuente, el difícil proceso de purificación —la incontrolable respuesta de Gaia al abuso humano del poder— es, una vez más, una realidad inminente. Vosotros, la totalidad de la humanidad, formáis parte importante de la cadena de causas y efectos, el síntoma y la cura.
Todo se halla interrelacionado en la danza cósmica del proceso kármico. A pesar de vuestros mitos y mistificación de la superior cultura atlante, a vida estuvo lejos de ser idílica en las últimas generaciones, cuando abandonó su profundo enfoque espiritual en busca del materialismo y del poder, y las polaridades energéticas alcanzaron puntos extremos.
La intervención de fuerzas extraterrestres estimuló deliberadamente en ciertos individuos conductas que dividieron la sociedad todavía más; esto es lo que elaboraremos a lo largo de estas transmisiones.
Incluso es posible que lo recordéis, puesto que muchos de vosotros estabais allí... sosteniendo vuestro lado de la polaridad con convicción, trabajando para la oscuridad o para la luz.
En aquella hora final del declinar de la civilización, las masas fueron esclavizadas, hasta tener que arrodillarse ante la jerarquía y vivir su conciencia de víctimas, tal como ocurre ahora.
Como la mujer que ahora nos sirve de instrumento, es posible que hayáis vuelto para equilibrar los platillos de la balanza, y para ayudar a aquellos que esta vez tienen intención de escapar de la esclavitud y alzarse contra los maestros oscuros.
No obstante, en primer lugar debéis confrontar vuestra propia sombra. Si queréis transformar esas energías en el fuego exaltado de verdadero poder y devolver el péndulo al centro, vuestra concentración absoluta y vuestra intención enfocada son esenciales.
Gaia os está llamando a la acción, y todos los que pueden escuchar están tomando posiciones. Buena parte de vuestra fascinación por la Atlántida es estimulada por la dicotomía, las energías en conflicto de la oposición polar, porque junto con el continente hundido están enterradas algunas de las horas más grandes, y también algunas de las más oscuras, de la historia de la humanidad.
La situación está volviendo a ocurrir; es una repetición perfecta, y una vez más volvéis a confrontaros con vosotros mismos: las luchas de poder, el materialismo descarriado, vuestro miedo al futuro, la angustia que os producen las decadentes sociedades de vuestro mundo moderno...
Siguiendo la naturaleza cíclica de toda existencia, la civilización ha vuelto a alcanzar un nivel de desarrollo que está implosionando sobre sí mismo: el exceso de tecnología os convierte en robots y os perdéis a vosotros mismos en manos del todopoderoso dios mecánico.
Se os está desnudando de vuestra inteligencia natural, de vuestro deseo y voluntad, minando vuestra interacción energética e intercambio personal. Y lo más significativo es que la histeria tecnológica que se está adueñan-do de la cultura humana distorsiona vuestro entendimiento de la evolución y de vuestro propósito como unidades individuales de conciencia de la vibración gaiana.
Habéis dado la vuelta completa, representando las escenas de la Última Generación de la Atlántida, en las que a la raza humana, llevada de lo sagrado a lo profano, se le robó su lugar natural en la Gran Familia de Luz para convertirse en la alienada de la Tierra.
El wam, el acorde dorado de la Tierra, que una vez tocó la dulce música de los hombres, mujeres y niños de la Atlántida, se perdió finalmente, cediendo el lugar al estridente ritmo del «progreso», que obligó a las últimas generaciones a marchar al ritmo imperial del maestro.
Prototipo de las actuales culturas terráqueas occidentales, la Última Generación tuvo que confrontar la fuerza destructiva de su tecnología, que se convirtió en el arma con la que la élite de poder la controlaba. El Sacerdocio, los Guardianes de los Registros, de la frecuencia y de la cosmometría de la mente universal procedentes de Sirio, finalmente sucumbieron a la polaridad extrema de los campos terrenales.
Quienes eligieron el lado oscuro fueron impulsados por agresivas entidades extra-planetarias a tomar el poder, y esas mismas energías están ahora presentes en el escenario de la vida sobre vuestro planeta.
Para alimentar el hambre de unos pocos, en un abrir y cerrar de ojos, la gloria de una de las civilizaciones más expansivas de la historia de la Tierra fue anegada por las olas, Con ello, la mayoría de las criaturas vivas que coloreaban vuestras llanuras y mesetas fueron barridas por los furiosos mares, o inmortalizadas en los grandes fríos de las tierras altas, donde las nieves cayeron sobre ellas y borraron su existencia.
Inmóviles en el no-tiempo, los seres de antiguos mundos permanecen congelados en vuestra memoria, y ahora, al calor de los Días del Desierto que se aproximan, pronto florecerán a la vida. Con ellos, el recuerdo total de los Últimos Días emergerá en las mentes de aquellos que una vez lucharon tan desesperadamente por olvidar.
Sin embargo, vosotros estáis aquí. Habéis superado vuestro terror y evolucionado para afrontar esta situación, la Gran Iniciación, por pura determinación, porque buscáis el alma y estáis comprometidos con la luz.
Hijos de la Atlántida, os alabamos. Sois los valientes pioneros del verdadero emerger de la humanidad, y sabemos de la tuerza y visión que se requieren de vosotros ahora que afrontáis el largo viaje.
Ahora, cuando sentís que los muros se os vienen encima, que la Tierra se encoje y cede bajo el peso de la superpoblación incontrolable y las incesantes exigencias que esto impone sobre ella, vuestra civilización mira equivocadamente a la tecnología como vía de salida del dilema en que se encuentra.
Necesitáis urgentemente más espacio y alimento, más agua y recursos. La mayoría cree que las soluciones se conseguirán mediante la tecnología; por eso casi todos los seres terráqueos siempre le entregan su poder.
El todopoderoso ordenador, nieto rudimentario de los generadores cristalinos de luz de la Atlántida, os ha distraído momentáneamente de todo lo que es inarmónico a vuestro alrededor, al tiempo que os ofrece una falsa sensación de resolución para un futuro que simplemente no está ahí..., al menos no tal como lo veis. que simplemente no está ahí..., al menos no tal como lo veis.
La élite de poder de la Tierra anima vuestra dependencia de las pantallas del ordenador y de los televisores, porque éstos son los mecanismos operativos de control de vuestro tiempo. Como el sacerdocio oscuro de Atlán, ellos están dirigiendo el conocimiento contra vosotros para alimentar su hambre, mientras que cantidades crecientes de seres humanos siguen sentados ahí, resignados a su impotencia, jugando necios juegos de «comunicación» holográfica.
Y los niños... ¿qué ocurre con ellos? Están abandonando los juegos y el descubrimiento, la risa y la inocencia, mientras sus delicadas mentes se aferran ansiosamente a distracciones electrónicas.
Es una desgracia observar a la humanidad volver a cerrarse a la verdadera comunicación, que ahora todos habéis olvidado pero que durante un tiempo supuso un gran intercambio emocional, intelectual y espiritual entre vosotros.
Parece que son demasiados los seres humanos que han perdido la música, la visión y la luz cediendo ante el zumbido, la imagen y el deslumbramiento.
Si ahora traemos a colación la historia de la Atlántida oscura no es porque deseemos glorificarla o enfocarnos en las bajas vibraciones de vuestro pasado o futuro (puesto que entendéis que el tiempo se puede confinar en estos términos).
Más bien, queremos despertaros de la ilusión y mostraros cómo se manifiestan los pensamientos debilitantes cuando os permitís convertiros en víctimas de vuestra propia creación. Os llamamos a que recuperéis vuestro poder comprendiendo conscientemente no sólo cómo os ha sido arrebatado, sino también cómo lo regaláis continuamente.
Únicamente entonces podréis reconocer los instrumentos de control y liberaros de ellos, para participar como seres libres en la Gran Transformación que está a punto de revolucionar para siempre la vida en vuestro planeta y en todo vuestro sistema solar.
Muchos de vosotros nacisteis con atisbos de experiencias de vidas pasadas y ahora los estáis trayendo plenamente a la luz. Otros habéis trabajado para desarrollar la facultad de recordar las vidas pasadas y estáis evocando la antigua civilización de la Atlántida, que ha inspirado por doquier soberbias obras de arte, literarias y arquitectónicas.
Somos conscientes de incontables seres que actualmente están capitalizando su renovada popularidad para adquirir poder, de modo que tenéis que ser capaces de discernir; buscad siempre dentro de vosotros la respuesta intuitiva, que reconocéis como «reacción visceral».
Estas transmisiones nuestras no son una excepción. Os animamos a cuestionar todas las hipótesis y la información supuestamente científica, y a encontrar las respuestas... la validación... desde el fondo de vosotros; porque es allí donde se oye la verdad, cuando estáis suficientemente silenciosos para reconocer la voz de vuestra alma.
Desde los controvertidos escritos de Platón, cuyos Diálogos cuentan historias de la Atlántida tal como le fueron contadas por Solón, sabio de Hélade, hasta las visiones cristalinas de Edgar Cayce, la conciencia del continente perdido ha permanecido suspendida en algún lugar entre la fantasía y la realidad durante buena parte de vuestra historia.
Los curiosos han investigado las posibilidades científicas de que todo un continente quedara enterrado bajo las aguas del océano Atlántico durante siglos.
Esta búsqueda, el deseo anhelante de descubrir a vuestros antepasados antediluvianos, ha facilitado que muchos puedan recuperar la Sabiduría..., el «conocimiento» que reside en todos nosotros.
Otros (los de tendencias más científicas) creen que primero tienen que localizar los artefactos y monumentos enterrados bajo las arenas del gran océano para poder afirmar que la Atlántida es una realidad irrefutable.
Ciertamente estáis descubriendo algunas pruebas, pero tenéis mucho que recorrer antes de poder articular coherentemente la historia de historias. Es un viaje de autodescubrimiento que realizáis sondeando el subconsciente, donde vuestra memoria conserva las imágenes más claras y todas las verdades esperan ser reveladas.
Como hemos afirmado en The Cosmos of the. Soul, el continente ciertamente existió en la realidad tridimensional. Oímos que debatís entre vosotros sobre su plano de existencia, y os confirmamos que el concepto de la Atlántida como paradigma de conciencia multidimensional —como una civilización etérica— sólo es válido si también reconoce la existencia física del continente sobre vuestro planeta. Y esto es absolutamente relevante para vuestra situación actual.
Durante los cien mil años de su evolución, la Atlántida floreció y declinó en tres ciclos diferenciados, conociendo a lo largo de sus transformaciones tanto el frío de las yermas extensiones de hielo como la calidez de las brisas tropicales.
En cada periodo, los nativos alcanzaron niveles de civilización altamente sofisticados, y después, para completar el ciclo, sobrevino un declinar social irreconciliable. No obstante, ninguna de las civilizaciones de la Atlántida fue tan significativa como la última, que se desarrolló entre el 27000 y 18000 a. de C., cuando llegó a su trágico final.
En las últimas etapas —los años anteriores a la inundación—, este pueblo consiguió inimaginables logros tecnológicos, y vosotros os identificáis con este proceso. Vosotros sois el proceso. Vosotros, la raza humana, con vuestras «primitivas» herramientas estáis yendo de la ilimitada libertad natural a las jaulas de la «sofisticación» cultural y tecnológica.
Al hacerlo, estáis perdiendo vuestra capacidad de oír, ver y sentir el mundo que os rodea. Como vuestros antepasados atlantes, os habéis vuelto perezosos y os aburrís con los objetos que no se encienden automáticamente y que no os atraen hacia nuevas ilusiones —como las realidades virtuales— porque estáis empezando a estar demasiado aturdidos para poneros de píe por vosotros mismos y encontrar vuestro camino.
Una vez más, el sonido mecánico de vuestros aparatos os está haciendo perder la vibración wam, y aun así no llegáis a oír el ruido de vuestros inventos. Entonces, ¿cómo reconoceréis la música de vuestras almas?
En éstos, los últimos años de vuestra generación, la humanidad está cometiendo el error universal de jugar a ser Dios con la vida, manipulando el ADN y las ilimitadas aplicaciones de la biogenética. Este es el mayor error que puede cometer cualquier civilización tecnológicamente avanzada.
Sí, todos somos co-creadores, pero nos pasamos de la raya cuando creemos que nosotros mismos, unidades individuales de conciencia, somos capaces de realizar las obras supremas del Creador Original.
Esto es demostrar insolencia hacia lo Divino. Lo sabemos...: nosotros también hemos interferido, aunque con las más elevadas intenciones, en la regeneración evolutiva de la humanidad en el planeta Tierra, y éste es un karma que aún estamos resolviendo.
Las mutaciones de hombres y animales, las últimas monstruosidades científicas, ya existen bajo tierra desde las últimas generaciones de la Atlántida, y vuestra deuda kármica sigue aumentando. Hablaremos en detalle de la parte subterránea de vuestro mundo, y de las formas de vida que habitan en sus cuevas y túneles en pasajes posteriores.
Si creéis que la vida intra-terrestre es algo demasiado descabellado para considerarlo una posibilidad real, os pedimos que meditéis sobre esto: ¿Qué creéis que están haciendo los científicos locos allí, en vuestros «centros» de investigación biológica e instalaciones militares subterráneos?
Pronto las cepas mutantes de sus laboratorios genéticos escondidos avanzarán sobre vuestro mundo, y estas formas de vida genéticamente alteradas —los virus complejos, los híbridos extraños y los clones— crearán alteraciones increíbles en la secuencia de vida natural de los animales y de los seres humanos en toda la superficie del globo.
En realidad este proceso ya ha empezado. Ya habéis estado expuestos a unos pocos de estos híbridos: algunos de ellos, como el chupacabras del que se ha informado en Puerto Rico y Chile, han estado causando alteraciones en la superficie terrestre y aterrorizando a la población local. Otros están escapando a mundos externos y, de momento, son relativamente desconocidos para la población.
El sida y otros súper virus mortales se crean bajo tierra y se sacan a la superficie cuando se considera que ha llegado el momento de poner a prueba sus cepas. Algunos ya han pasado las pruebas; están siendo utilizados secretamente en armas biológicas y liberados sobre ciertos segmentos de población en la guerra secreta que se libra contra la humanidad. Muchos más están en camino. Muchos más saldrán de debajo de vuestra Tierra en los Días del Desierto.
¿Aún seguís creyendo que «lo que no conocéis no os hará daño»? ¿Confiáis en que «un conocimiento parcial puede ser una cosa peligrosa»? Estos son pensamientos controladores creados para manteneros en la ignorancia, y han demostrado ser eficaces a lo largo de la historia porque, paradójicamente, muchas de vuestras sociedades han adoptado este tipo de expresiones como frases «sabias».
Nosotros sugerimos que lo que sabéis, la luz del conocimiento, es lo que os libera, y os invitamos a eliminar de vuestra programación estos implantes de pensamiento negativo envueltos en frases coloquiales. Vuestra valentía depende de vuestra capacidad de entender que el conocimiento es vuestra liberación.
Una vez más, como en el caso de la Última Generación de la Atlántida, los terremotos, los cambios de continentes y las erupciones están destrozando vuestras realidades, y vuestro limitado conocimiento de las fuerzas cósmicas os hace temer más que nunca por el futuro de vuestro planeta y las perspectivas de la supervivencia humana.
Sin embargo, la historia nos demuestra que los cambios violentos en las masas continentales de Gaia y su orientación polar, las inundaciones devastadoras, los fuegos y las hambrunas son reflejos de los infinitos ciclos terráqueos de transmutación de la forma y energía en el reino físico, en el que ella ha existido hasta ahora.
Sabed que la vida no puede ser aniquilada, porque dentro de la conciencia de cada ser vivo —cada célula, molécula y átomo— su conciencia de cada ser vivo —cada célula, molécula y átomo— se encuentra el pensamiento-semilla del Ser Supremo, la Voluntad Primordial, que no tiene otro propósito que el de Ser. Y así, la vida muta y evoluciona, pero el alma nunca deja de existir, porque en el universo todo se halla en un eterno estado de «devenir».
Observad. La hierba crece y se abre paso a través de las grietas del pavimento, traspasando barreras impenetrables para salir a la calidez del sol. La vida siempre empuja hacia delante, siempre va hacia la luz, siempre busca la iluminación.
Simplemente, ésta es la naturaleza de la conciencia en expansión de Todo-Lo-Que-Es. Incluso los que eligen continuar en las sombras de la oscuridad finalmente irán más allá de ellas, porque el ir y venir de cada ser consciente a la luz absoluta del Creador Original es inherente al ciclo de la Totalidad.
No temáis por el futuro de la humanidad. Una vez más, tendréis que hacer frente, cara a cara, a la furia de la revuelta de Gaia, pero podéis determinar en qué medida esa energía explotará a vuestro alrededor y dentro de vosotros.
No negamos que muchos saldrán y se perderán para vuestro mundo, pasando a otros estados de ser o reencarnando en otros cuerpos planetarios. Por más difícil que os resulte de creer, éstas son decisiones que se tomaron mucho antes de que los individuos pasaran por el canal natal de su madre y encarnaran físicamente como habitantes de la Tierra.
Al nivel del alma, ellos están en paz con este resultado probable. A nivel consciente, comprensiblemente, es posible que pasen mucho miedo y sufrimiento, y ésa es la razón por la que hemos venido a ayudar en el tránsito. Estamos buscando el modo de que deis el paso sin dolor ni desesperación, al tiempo que respetamos las leyes del no intervencionismo. No es una tarea simple.
Lentamente, la mente masiva está despertando al hecho de que vuestro planeta ha entrado en una fase de alteración geofísica muy drástica, mientras vosotros permanecéis sentados en el límite del tiempo, contemplando que vuestras creencias están siendo arrancadas de raíz, como árboles en un huracán. Mirad a vuestro alrededor.
Cada día se producen nuevos fenómenos climáticos extremos, y las erróneamente denominadas «calamidades naturales» están ocurriendo con creciente y feroz frecuencia en cada punto del globo.
El campo áurico de Gaia, la capa de ozono, se está desgarrando literalmente. Sin esa protección, la Tierra no puede sostener la vida (tal como vosotros la conocéis) sobre su superficie. Incluso las zonas más templadas comienzan a experimentar violentas sacudidas cuando Gaia tiembla, atronando y vertiendo su rebelión sobre vosotros.
Muchos están buscando los mensajes del Mesías, ansiosos por construirse refugios hasta que acabe la tormenta. Sabed que sólo existe un puerto seguro...: el centro de vuestro ser, donde todo se halla en equilibrio y el miedo no puede prevalecer.
Vuestra primera tarea es entender que hay que calmar el péndulo; la siguiente es aquietar vuestros cuerpos emocionales y estar allí. Eso, queridos míos, es la verdadera Arca...; es vuestra única garantía de un tránsito seguro a la siguiente dimensión.
Nos conmueven las oleadas de la desesperación humana y la disminución de vuestra fuerza de voluntad, y deseamos ayudaros; sin embargo, se nos han mostrado los límites. Cruzarlos implica interferir en vuestro proceso kármico, y esa lección ya la tenemos aprendida. Podemos compartir nuestras comprensiones con vosotros y mostraros el camino hacia la Sabiduría, pero vosotros sois los conductores evolutivos de vuestro propio destino.
Si veis la destrucción por todas partes y teméis el futuro, eso se debe a que aún tenéis que entender la impulsora fuerza vital de la muerte. Pero si podéis expandir vuestra visión e ir más allá de los signos físicos de alteración y de las catástrofes que se producen actualmente, reconoceréis la verdad universal subyacente a toda vida: todas las cosas están en constante estado de cambio y la evolución, el reflejo superior de este proceso, es cíclica.
Contempláis vuestro mundo con desesperación porque hay una desarmonía increíble a diversos niveles, y muchos creéis que el final de toda vida está cerca... simplemente porque habéis llegado a lo que parece ser un punto de irreconciliable declinar social y ecológico.
Esa es una conclusión equivocada. La humanidad se eleva y cae como las olas del mar, porque ésa es la naturaleza de la existencia en el mundo material Todas las cosas tienen su primavera, los días en que todo es novedoso; su verano, en el que operan las energías más dirigidas; su otoño, cuando la vida empieza a ralentizarse y desvanecerse, y su invierno, un tiempo de descanso y preparación.
Y sí, ahora os estáis aproximando al invierno gaiano, los Días del Desierto de vuestra civilización, en los que el suelo se abre y se hincha con las primeras heladas, y todo parece desolado e inexorable, pero después viene el deshielo... y los primeros capullos de la nueva vida aparecen en el paisaje.
Lo viejo da a luz a lo nuevo y después se vuelve sobre sí mismo, tal como desde la semilla se despliega el árbol, que después vuelve a la semilla... y la vida continúa.
Por: Patricia Cori
Publicado por: Anshelina hoy viernes 11 de mayo 2012
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