miércoles, 7 de abril de 2010

UN SUEÑO Y TERREMOTO EN CHILE

Ana María Correa

amaqui77@msn.com

http://escritores-canalizadores.blogspot.com

15 de marzo, 2010

Hola Alexiis:

Tantos y tantos días que había querido contactarme contigo y qué lindo es haber recibido tu respuesta.

Escribo desde Viña del Mar, Chile, y tal como lo indiqué en el correo anterior que te envié, sigo tus escritos desde Agosto del año pasado cuando encontré algunas de tus canalizaciones en el portal DESPERTAR DIVINO que guía Jascha.

No obstante lo anterior, mi despertar al camino de la Luz y Amor ha surgido desde temprana edad. Mi mami y mi papi me han señalado en más de alguna ocasión que el día anterior a que mi madre me diera a luz, una pequeña ave colorida entró en la habitación que estaba destinada a mi uso en los primeros años de infancia, que hizo un par de vuelos y luego se detuvo unos minutos parándose al borde de la ventana mirando a mis progenitores por unos instantes para posteriormente volver a salir en vuelo a la calle. Si bien de ese suceso yo no fui testigo, si se que las coincidencias no existen aun cuando quizá el relato se lea con un tono soberbio. Lo que llama mi atención es que no provengo de una familia de creyentes y, sin embargo, la visita de aquél ave los ha dejado maravillados por siempre.

De los sueños nocturnos de esos primeros años de vida, son dos los que recuerdo hasta el día de hoy tan frescos como un mural recién pintado. En el primer sueño me fue posible presenciar un verdadero carnaval universal, así, literalmente. Miraba al cielo desde el patio de mi casa y podía ver cómo es que cada cuerpo celeste era una fiesta de luces y de alegría. El sueño me mostraba mil colores en el cielo pues cada uno de los cuerpos celestes del espacio celebraba al mismo tiempo una fiesta universal. Era una sensación tan grandiosa, de tal magnitud que me sentía totalmente regocijada ante magno evento y sentido de pertenencia al cosmos completo, todo ante mis ojos.

El segundo sueño ya fue algo más "aterrizado" en el cual yo pertenecía a una especie de grupo de fuerzas armadas con una misión clara de limpieza y orden. A pesar que podría haberse tratado de alguna instancia de violencia y desgracia, no fue tal la situación, sino más bien yo era participe de misiones grupales de estrategia destinadas a mantener al margen a focos de desorden. Lo lindo del sueño eran las habilidades que poseíamos para combatir esos focos: habilidades como volar, emitir rayos de luces de diferentes colores según fuese la necesidad y la capacidad de desaparecer y aparecer a voluntad en diferentes localidades espaciales.

Ambos sueños ocurrieron antes de haber cumplido los 8 años y hoy, 30 años después, los recuerdo como si hubiesen ocurrido ayer, y al recordarlos sigo sintiendo la misma sensación de maravilla que sentí en mi niñez.

Hoy digo que mi vida ha sido buena, linda, un regalo por donde se le mire. Lo resumo en breves palabras como mi presentación en facebook que dice:

"Creo en el Amor como fuerza impulsora de todo acto voluntario e involuntario. Vivo agradecida de Vivir y de poder vivenciar todo lo que mi cuerpo y sentidos me puedan llevar a sentir y crear. Sin metas ni objetivos no hay orden ni camino".

Con altos y bajos he forjado mi existencia aunque ha sido hasta hace poco que he creído que han sido más bajos que altos… jeje.. Pero bueno, así no más vamos aprendiendo, tomamos decisiones y seguimos afirmando y comprendiendo recién conceptos que podrían parecer tan evidentes pero que sin experiencia entonces no podríamos integrarlos como vivencia.
Querida Alexiis, no pretendo aburrir con tanta palabra y no he sido de lo más cortés tampoco al no preguntarte siquiera cómo estás al dar inicio a este mail. Sin embargo, al leerte todos los días es casi como saber de ti y contar con tu compañía como si fueses una amiga a la que visito todos los días. No tenia claro como dar inicio a este contacto que espero se prolongue en el tiempo. Me decidí a escribir y ya.

Son muchas cosas las que quisiera compartir contigo, ya sean experiencias, sueños, indicaciones que "escucha" mi corazón, o cómo es que la intuición me ha ayudado a salir adelante o a prever situaciones difíciles para las cuales ha sido mejor estar preparada.

Hoy si, quisiera contarte un sueño que tuve 3 días antes que ocurriera el terremoto en mi país. Antes te señalo que el próximo 11 de Marzo asume un nuevo gobierno bajo todo este clima de cambios y aparente confusión y desgracia. Como ciudadana ejercí mi derecho a voto y quien asumirá la presidencia no fue por quien voté para dirigir los destinos del país. Al momento de votar nunca había titubeado tanto como lo hice esta vez. A raíz de la experiencia vivida bajo los 17 años de régimen militar, el hoy presidente electo me volvía a recordar aquellos años tristes. Por otra parte, el candidato alternativo no era tampoco de mi completo agrado. Nunca antes me lo había cuestionado tanto. Mi corazón me decía que el actual presidente electo era quien debía cumplir el rol de dirigir al país en estos tiempos de cambios profundos. Pero mi mente resentida y atemorizada no opinaba lo mismo recordándome el protagonismo que tuvo esta persona en los años de gobierno militar.

Así es que voté por su contendor. Bueno, mi opción no fue la más votada. Aun así, internamente sentía que se abría una oportunidad de hacer buen camino. Ahora paso a relatar el sueño: "Me hago presente en un salón de eventos, me rodea una multitud, están todos vestidos como si asistieran a una ceremonia oficial institucional gubernamental y un escenario está instalado frente a nosotros quienes esperamos pacientes a que inicie la ceremonia. Mientras unos conversan con otros, yo los observo a todos y veo que se trata de una reunión de líderes de diferentes ámbitos tanto de gran escala como de menor escala. Pero era tal la diversidad de pensamientos y de tan diferentes orientaciones y metas que comienzo a sentirme mal, muy mal. Sentía que mi cuerpo no tenia aguante a tal confusión y, la falta de unidad y la tan vacía y superflua motivación que los reunía a todos, me producía mucha angustia. Comienzo entonces a sentir que mi cuerpo se electrifica, mi cuerpo lentamente comienza a vivir con corriente, así tal cual, siento todo mi cuerpo viviendo largos minutos en una dimensión de corriente, totalmente electrificada pero sin sufrir daño ni dolor, al mismo tiempo que escucho un sonido continuo en mis oídos de un tono agudo. El estado electrificado era paralelo al sonido agudo, como una nota musical prolongada.

Luego de unos minutos en ese estado, de pie comienzo a elevarme sobre la multitud un par de metros y en seguida y de forma muy rápida, casi de un instante a otro, desde las alturas y directamente sobre mi cabeza, baja un grueso haz de luz amarilla-naranja que atraviesa todo mi cuerpo, yo hacia como de antena, entraba el rayo de luz por mi cabeza, atravesando todo mi cuerpo y salía por mis brazos y piernas, bañando luego a todos los presentes en la multitud con ese rayo que salía desde mi cuerpo, al mismo tiempo que les decía que era el Gran Sol Central que se hacia presente frente a todos. Mi cuerpo entonces, comenzaba a sentirse mejor pues podía sentir que ahora toda la multitud estaba enfocada tras un mismo propósito."

Y desperté, me levanté al baño recordando el sueño y al volver a la cama a dormir le di gracias a los Maestros por cuidar mi sueño, oré pidiendo Luz y abertura de Corazón y Espíritu en las decisiones que a todos nos tocaría enfrentar en nuestros próximos días. Indico que desperté con mucho calor y sudorosa. Además señalo que no poseo la instrucción ni el lenguaje que manifiestan todos quienes escriben en los blog de mensajes y canalizaciones. Todo mi "saber" lo atribuyo al instinto o memoria existencial. Sólo llevo leyendo tus aportes algo más de 7 meses.

Estimada Alexiis, este sueño lo tuve 3 noches antes de la noche del terremoto y posterior tsunami. Vivo en un piso 18 y desde acá puedo observar gran parte de la ciudad con el hermoso mar de fondo. La noche del terremoto la luna llena brillaba más que nunca, redondita, blanquita, hermosa.

Recuerdo que al comenzar a temblar, levanté de la cama a mi hijo de 9 años y en seguida fui a despertar a mi papi. Mi mami aun no se acostaba y sólo me miraba con carita de susto mientras corríamos a protegernos bajo el umbral de la puerta de entrada. A medida que subía la intensidad del sismo, abracé a mi hijo tapándole los oídos para que no escuchara los gritos de los vecinos, ni la quebrazón de platos, ni la caída de muebles ni el sonido grave producido por las puertas de los departamentos que vibraban con tal fuerza que parecía que iban a salir expelidas lejos. Mientras duraba el terremoto miraba a la ciudad desde lo alto y podía ver grandes destellos de color verde esmeralda producto del choque del cableado eléctrico al mismo tiempo que rezaba al Creador por toda mi familia entregándome dispuesta a aceptar todo lo que viniese pues honestamente era tan fuerte el movimiento que con gran dificultad podíamos mantenernos en pie y llegué a pensar que la torre se caería o se quebraría.

Una vez concluido el sismo, y habiendo comprobado que toda la familia se encontraba bien, logré llegar a una ventana, miré al cielo buscando a ver si lograba ver alguna nave posada sobre la ciudad pero no fue así. Entonces, mirando a las estrellas, sonreí muy nerviosa por haber logrado pasar el cataclismo sin mayor desgracia y les agradecía de todas formas el auxilio y su presencia por haber cuidado de mi y de toda mi familia. Llevaba ya algo más de 2 meses dando suaves instrucciones a mi mami y a mi hijo sobre las medidas a tomar en caso de sismo y a estar atentos. Hasta ese minuto no lográbamos dimensionar totalmente lo ocurrido y no fue hasta unos 20 minutos después que nos enterábamos por señales de radio de la magnitud de los eventos ya conocidos por toda la humanidad y caí en la cuenta que entonces las naves si se encontraban trabajando en ese momento pues al escuchar la noticia que en una ciudad tan grande como Concepción, el sismo alcanzaba grado 9, pues la verdad es que imaginé la peor de las desgracias con muchas edificaciones de altura en el suelo. No fue hasta el día siguiente en que nos enterábamos que posterior al movimiento telúrico se había producido el tsunami.

Desde entonces he pasado por todo tipo de estado anímico, a ratos como espectadora y a ratos como protagonista frustrada y ofuscada que lamenta profundamente todo lo ocurrido, manifestando desde la más profunda de las penas hasta la más intensa de las iras. Pero eso será tema de otro mail mientras sigo atenta leyendo las canalizaciones al respecto y mientras sigo en mi camino de trabajo por construir la ruta de mi destino.

Querida Alexiis, luego de años y años de porfía y de ser testaruda, vuelvo a la Luz y al Amor como mi cuna de origen. No te conozco pero si he aprendido que cuando mi corazón palpita o siento que mi pecho se infla, es señal que estoy en presencia de esa cuna y que de alguna manera estoy volviendo a mis orígenes. Con tus escritos, eso me sucede y pues entonces, te sigo.

Desde la distancia pero muy cerquita también, me despido por ahora.

Con Amor, Ana María.

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