De: Maria Ruso <maria.ruso@yahoo.com.ar>
viernes 11 de noviembre de 2011
Me encuentro en un estado especial,
Muy difícil de expresar con palabras, después de realizado una meditación con hermanos de luz, donde los maestros ascendidos y hermanos estelares y galácticos, han participado con nosotros. Después de ese encuentro, han quedado conmigo; arcángel Miguel, Madre Tierra (Gaia), y Madre María. GAIA es la primera vez que se comunica conmigo, y estas son las palabras, se presenta el arcángel Miguel.
Amados; todos, seres nuevos de luz.
La felicidad que reine en ustedes, reina en mí, como vuestro arcángel, y mis santos ángeles, que os acompañan a ustedes y rodean a Gaia, en cada rincón, de donde os reunís, y os unís, a este evento único y sin precedentes en la historia de la humanidad toda.
El Cielo y la Tierra se han unido, por fin, para haceros sentir, ángeles en la tierra.
Amada hermana, te has quedado asombrada y deslumbrada, al descubrir tu cuerpo de luz, y sentir y ver con tus ojos humanos nuestra presencia, junto a ti, así eres tú, así son todos vosotros, seres de luz eterna.
Nuestra luz y vibración se han unificado en ustedes, y comprendéis mejor, lo divinos que vosotros sois.
Hermosa ser de luz, que eres, te han quedado como muestra de lo que eres, tus alas, en esa vela que has encendido hoy, si, si, y así son vuestras alas amados hermanos, están ascendiendo y vibrando a altísimas frecuencias, que de aquí en mas, podrán alcanzar, estados de consciencia, que nunca han experimentado y dimensiones lejanas con vuestros hermanos estelares y galácticos, y con nosotros los arcángeles esa comunicación será permanente, si lo deseáis, porque en vuestros corazones vibran y vibraran por siempre en nosotros.
Así será por siempre y eternamente, este estado de gracia eterno y sublime por los siglos de los siglos.
Debéis comunicarles a tus hermanos , como son tus alas, que a diferencia como algunos creen, no nacen de vuestras espaldas, sino desde los pies y se extienden hasta la cabeza, como ha quedado esculpido en esa vela que has encendido.
Desde vuestras alas podéis volar donde lo prefirierais, siempre y cuando mantengan una vida como humanos unidas a nuestras vibraciones de luz.
Ahora os dejo, amados hermanos, llenos de regocijo en vuestras almas, Yo soy el arcángel Miguel.
(Gracias y mi gratitud eterna por este regalo)
MADRE GAIA
Alegraos, hija mía, hija de la luz, en tu viaje has recorrido mis entrañas, mis océanos, mis mares, ríos, mis llanuras, desiertos, montañas, en fin todo mi cuerpo, y tu cuerpo también, al santificar cada célula de mi ser y tu ser.
Ah!, que sensación de inconmensurable ternura, de tus manos he recibido ayudándome a ascender, es la ascensión de la humanidad, juntos en luz y amor.
Ya mis amaneceres y atardeceres, ya no mas estaré sola, me acompañaran todos aquellos que lo deseen, en vibración en abrazos, porque han decidido unirse a mí, y sentir que Yo Gaia, Yo soy ustedes, Yo soy vuestra eternamente y siempre lo fui.
Mi esencia quedara unificada, y a la vez estamos unidos, a un universo cósmico que conformamos.
Nunca más estaremos separados, porque os amo como Madre Tierra.
Vuelve mi niña, y deja de mirarme así, tan asombrada y vive la simpleza de mi naturaleza.
(Gaia, eres perfecta!, y tan bella, la belleza del Padre/Madre Creador esta en ti, gracias Madre Tierra por aceptar mi amor)
(Otra Energía Dulcísima, y reconozco su aroma)
(Oh! Madre Santa, Virgen María, estas aquí).
Amada niña mía, como podría no estar aquí, estoy aquí, y en los corazones de los que me aman, con un solo pensamiento y palabra callada.
Vengo a deciros como Madre tuya, y de tus hermanos.
“Los Cielos han Bajado, estamos aquí, junto a ustedes, los reinos del amor, reinaran como así lo ha deseado el Amado Padre”
Queridos hijos, llenos de luz, tan brillantes como la nieve, radiante y blanca de esplendor, Cubrid vuestros cuerpos, que no quede nada de lo que aman, sin cubrir.
Dancen, Canten, que la luz brille, en cada célula de vuestros cuerpos físicos, y que vuestras mentes, sean vuestros corazones.
Sientan solo con el Corazón.
Vuestros cuerpos humanos han conocido la luz del alma, esa esencia que fue por siempre.
Recuerdan mis niños, que en mis apariciones siempre les decía” Refugiaos en mi corazón inmaculado de Madre”.
Ese día llego, como les prometí, en mis tantos anuncios.
La inmensidad de mi Amor esta hoy en ustedes, e irán apreciando cuanta magnificencia os espera.
Niños míos, cubriéndolos con mi manto estoy, mi luz y mi Amor.
(Gracias Madre mía por tanto amor
Maria Ruso (maria.ruso@yahoo.com.ar)
Muchas gracias!
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