viernes, 12 de octubre de 2012

LA NOCHE OSCURA DEL ALMA MARÍA MAGDALENA canalizada por Pamela Kribbe

Octubre de 2012

Queridos amigos, YO SOY vuestra hermana, María Magdalena. Estoy precisamente junto a ti como tu amiga muy cercana. Yo no estoy elevada por encima de ti, sino que me conoces desde el interior. Siente por un momento nuestra profunda conexión; nosotros somos uno, parte de la misma familia.

Yo también he recorrido la Senda de ser Humano en la Tierra, allí he conocido y explorado las profundidades; y fui tocada por una brillante y vívida Luz que me inspiró y se apoderó de mí; y me recordó y me hizo soñar y anhelar un mundo más bello y mejor en la Tierra. Yo he conocido ambos extremos, la Luz y también la oscuridad. Esos extremos son polos que se pertenecen mutuamente; cada uno es la fuerza impulsora del otro, podríais decir. La vida parece consistir en opuestos: Luz y oscuridad. Los sentimientos que invocan parecen ser opuestos, pero hay una conexión oculta entre ellos; no pueden funcionar los unos sin los otros. La experiencia de la Luz solamente es posible habiendo experimentado en cambio la ausencia de la Luz; su opuesto, la oscuridad.

La Luz nunca es más visible que cuando aparece en la oscuridad. Tan sólo piensa en los primeros rayos del Sol en el despertar del día, la cálida luz matutina que baña al mundo. Cuán profundamente te puede tocar, especialmente cuando sales de una noche fría y oscura. El contraste crea dinámica: vida, movimiento, crecimiento, cambio; así que la oscuridad tiene una función en nuestras vidas. Sin embargo, frecuentemente los Humanos experimentáis la oscuridad como la antítesis de la Luz, no como una fuerza impulsora para el cambio y el crecimiento, sino como una trampa en la cual quedas atrapado y no te puedes mover más. Desde esa profunda trampa parece que hubieras perdido contacto con la Luz, como si te hubiera sido quitada.

Todos conocéis ese estado mental de estar apartado de la Luz, estando privados de un sentido de significado y propósito en la vida. De hecho eso es estar muerto. La muerte física no es la única manera posible de morir, sino también deteniendo cualquier movimiento en tu corazón, en tus sentimientos, en tu mente. En realidad, la muerte no existe; tu Alma es eterna y subsiste. Lo que es mortal en ti es solamente la forma; tu esencia es eterna y no puede morir. Sin embargo, puedes perder temporalmente la visión de tu esencia, a tal grado que te vuelves internamente rígido y dejas de moverte. Estás muerto por dentro; y te sientes extremadamente deprimido. Éste es un estado extremadamente doloroso.

Viaja conmigo por un momento. Desciende conmigo hasta ese estado deprimido e investígalo con mente abierta. ¿Qué sucede si alguien pierde toda esperanza, se acobarda y se siente impotente ante todos los sentimientos que surgen de su interior? Usualmente esta reacción es detonada por eventos exteriores perturbadores, eventos que una persona no puede ubicar en su marco de referencia; lo cual hace que en la vida de esa persona todo se vuelva incierto. Pueden ser cosas grandes, como la muerte de alguien cercano, enfermarse, perder el trabajo, o la ruptura de una relación. Éstos son eventos que afectan profundamente a las personas; y pueden llevarlas al borde del abismo.

Sin embargo, algunas veces la oscuridad puede revelarse también desde el interior, sin una clara causa exterior. Viejas cargas emocionales que una vez almacenaste en la memoria de tu Alma, salen a la superficie. Experiencias dolorosas, posiblemente derivadas de vidas previas, surgen de tus profundidades; y tienes que lidiar con sentimientos oscuros, temores y dudas. Profundas experiencias de carencia, soledad; y de ser derrotado, pueden entrar en tu psique sin razón. Éstas pueden hacerte perder tus cimientos, tanto como cualquier evento externo que te suceda.

Cuando alguien queda atrapado en una depresión, en una Noche Oscura del Alma, ésta llega siempre con la experiencia de estar hundido y ser incapaz de hacer frente a todas las emociones. El flujo de pesadas emociones dolorosas se experimenta como demasiado grande para soportarlo. Estás subyugado por ellas, o así lo sientes; y te enclaustras en una profunda sensación de impotencia. En el momento vuelves la espalda y te niegas a encarar las emociones, quedas atascado. Esas emociones quieren fluír; para las emociones es esencial continuar saliendo, como el torrente de una gran ola hacia la playa.

Pero te da miedo permitir eso, así que te rehúsas a que ese movimiento continúe y te retractas de estas emociones que te inundan. Construyes un dique, una barrera; y dices: "Yo no puedo manejar esto. Yo no quiero esto. Quiero que se termine". Tu reacción, frecuentemente originada en profunda impotencia, crea una depresión, que es un estado de letargo y de estar cerrado a la vida. Con el tiempo, esa situación se hace insoportable; y ya no quieres vivir.

Desde una perspectiva terrenal, quieres morir porque la vida es insoportable. Desde la perspectiva del Alma, estás muerto; y es una experiencia tan intolerable, que quieres hacer todo lo que puedas para poner fin a esta situación. El deseo de morir es esencialmente un deseo de cambio, un deseo de vivir de nuevo. Las personas que cometen suicidio tienen profundo deseo de vivir, no de morir. Es precisamente este sentimiento de estar muertos por dentro el que los lleva a la desesperación extrema. Es su urgencia de vivir la que los conduce a acabar con su vida física.

Cuando experimentas una depresión, hay en ti una combinación de profunda resistencia y al mismo tiempo extrema vulnerabilidad. La depresión es una manera de defenderte del enorme poder de las emociones que amenazan engullirte. Piensas que te destruirán, así que en tu impotencia construyes una concha en torno a ti; te envuelves en un capullo de no querer o no poder sentir nada. Ya no quieres estar más aquí, como la proverbial avestruz con la cabeza en la arena. Te estás sofocando en la arena; y sin embargo ésa parece ser la única salida posible. Y después de un tiempo ya no puedes sacar la cabeza de la arena, la depresión. Te has cerrado tanto a la vida y a cualquier sentimiento, que ya no eres capaz de darle la vuelta a las cosas y efectuar un cambio; la elección de decir "sí" a tus emociones, parece superar tu poder. Ahora la depresión ha llegado al clímax.

Por una parte, no puedes aceptar tus emociones de temor, desesperación, tristeza y soledad, ni compartirlas con otros; mientras que por otra parte, tú sabes y sientes que vivir sin emociones es una dolorosa agonía; que es una forma de muerte, una total negación de tu esencia viva. Después de un tiempo, quieres volver a sentir. El dolor de no sentir, es más grande que el dolor de sentir tus emociones. Ésa es tu salvación; y éste es el punto de quiebre. El rechazo a sentir,

diciendo: "No, Yo no puedo, no quiero, quiero estar muerto, quiero desaparecer", te vuelve tan hueco y vacío interiormente, que ya no puedes sostenerlo. Lo que sucede desde la perspectiva del Alma, es que ahora la vida se está fortaleciendo; no puede ser retenida indefinidamente. Cuando la fuerza vital ha sido restringida fuertemente durante un tiempo muy largo, crea una fuerza opuesta que eventualmente hace erupción. La fuerza de la marea que quiere inundar la playa no puede ser retenida por siempre. En cierto momento, desde tu interior, surge un "SÍ", incluso si no eres consciente de ello.

Nada en la vida es estático; la urgencia de la vida es incontenible.

Cuándo has llegado a un clímax, creas eventos en tu vida que proveen cambio, que crean un gran paso adelante.

Algunas veces esto sucede en forma de un intento de suicidio. Si falla, puede haber una espiral ascendente, porque el sufrimiento de esa persona se vuelve muy visible para el mundo exterior. Cuando alguien descubre cuán importante es para otras personas, puede surgir una apertura a más Luz; y a recibir comprensión y simpatía. Sin embargo, también puede suceder que alguien no se abra y siga deprimido. No hay receta fija para que ocurra un paso adelante. Sin embargo, la vida tiene una fuerza que empuja e impulsa, que hace imposible quedarse interminablemente en un estado de consciencia estático.

Incluso cuando la vida terrenal se acaba al quitarte tu propia vida, inmediatamente tienes que encarar nuevas elecciones en el otro lado, porque aún allí tendrás que experimentar tus sentimientos. Las tinieblas que había cuando estabas vivo, con sus sentimientos de dolor y ansiedad, ahora pueden presentarse aún más agudamente; y de una manera menos velada. Algunas veces el reino astral, dónde terminas después de la muerte, te confronta directamente con las emociones que reprimiste; y así, comienzan a fluír de nuevo. Por ejemplo, alguien se puede sentir desesperado y horrorizado cuando ha muerto y descubre que la vida realmente no ha terminado. O ve las emociones de su familia en la Tierra, su aflicción y tristeza; y es muy afectado por ello.

Estando tan tocado, puede iniciarse un nuevo movimiento en el Alma de quien ha muerto. Puede conducir a un avance, haciendo que esa Alma se abra a la ayuda de los guías que siempre están allí, tanto en la Tierra como en el cielo. La ayuda siempre está allí, con la condición de que estés abierto a ella.

Sin importar qué camino tomes, la vida es más poderosa que cualquier deseo de morir. La vida siempre vuelve a asumir su derecho a ser, no la puedes matar. Consecuentemente, siempre hay esperanza. Aférrate a eso por ti mismo, pero también por otros a quienes ves sufrir. A veces las cosas se pueden ver sin ninguna esperanza, pero siempre hay otra perspectiva, aún cuando en tu mente no puedas imaginar cómo puede ser ni cómo va a suceder el cambio. La Vida siempre es más fuerte que la muerte, la Luz es más fuerte que la oscuridad. Eventualmente el agua rompe un dique, porque el agua tiene el poder de mover: ¡Empuja, está viva! El poder del agua es más fuerte que la resistencia que quiere contenerla.

Siente en ti por un momento la fuerza impulsora de la vida. Cada uno de vosotros a veces encuentra partes atascadas, patrones que se repiten interminablemente: dudas sobre ti mismo, sentimientos de inferioridad, incertidumbre, desconfianza, ira, resistencia. Ahora imagina que esas partes tan sólo están allí; y que la vida continúa fluyendo en torno a ellas al mismo tiempo. El agua continúa fluyendo; y aunque pueden quedar peñascos en la corriente que parecen inamovibles, incluso éstos son erosionados por el movimiento y el empuje del agua que pasa por ellos. Requiere tiempo, pero no olvides quién eres: ¡Tú eres el agua viviente! Cuanto más recuerdes eso, más puedes recuperar la energía de esos peñascos y rocas que yacen en la corriente. Hay dolor del pasado que continúa estando allí. No tienes que restarle importancia eso, ni considerarlo irrelevante, pero tampoco tienes que sacar arrastrando esos peñascos del río. ¡Solamente tienes que recordar que eres el agua!

Algunas veces esto puede ser difícil porque has llegado a identificarte parcialmente con esos peñascos que bloquean tu energía:

"Yo soy alguien que no está apropiadamente arraigado; tengo dificultades para sentirme en la Tierra como en el Hogar; arrastro tristezas y traumas del pasado". Y todo eso es verdad, pero por un momento imagina esas ideas como rocas o piedras en un río grande y amplio, una gran corriente de agua. Porque eso es lo que eres; ésa es tu real fuerza vital. Es tu Alma que fluye y fluye, siempre a lo largo de su senda: viva, burbujeante, torrencial y rugiente, explorando y descubriendo. Ese flujo no tiene juicios respecto a los peñascos que encuentra, los engulle. ¡Tienes opción!

Por supuesto que ocasionalmente tu consciencia se atasca en un bloqueo así, cuando te has identificado con él por demasiado tiempo. Pero puedes desapegarte de ese bloqueo tan sólo experimentándote como el agua fluyente. Recuerda que tú eres una Consciencia Álmica viva, siempre moviéndote y fluyendo; y sin ninguna atadura a esos peñascos, eres libre. Cuanto más apartes tu consciencia de esos bloqueos, las rocas que están allí, más fácilmente se rendirán ante el flujo. Se soltarán más pronto porque las dejas ir y te identificas con el agua que fluye. El agua es tu Alma; y no puede ser retenida. Siéntela fluyendo y moviéndose y chispeando. Imagina que te está lavando; y siente la fuerza burbujeante, la Luz chispeante en ella. Siente que tu Alma, en su parte más profunda, no es amenazada por la oscuridad que experimentas; por esos peñascos que parecen tan sólidos e inexpugnables. Tu Alma no es perturbada en absoluto por lo que hay allí, porque sabe que los peñascos pertenecen a ese sitio; son parte del paisaje de la vida. Cuando estés atascado en un peñasco de esos, ensaya oír el agua que pasa rugiendo. Acuérdate del agua; y de la facilidad con que fluye.

No tienes que hacer nada por ti mismo. La vida te provee interminables oportunidades y posibilidades. Algunas veces podría llevarte a profundos valles oscuros, pero también te impulsa de nuevo hacia la Luz. Incluso cuando tienes el sentimiento de que ya no eres capaz de luchar más; y no puedes ver que las cosas se puedan componer nunca, la vida aún te impulsa. El arte de vivir es preservar tu confianza, incluso cuando no parece quedar nada en qué confiar; y cuando todo aquello de lo que estabas seguro, ha desaparecido de tu vida.

En este tiempo en la Tierra, muchas personas están involucradas en el procesamiento de antiguas oscuridades; partes del Alma que están saliendo a la Luz ahora mismo; y que quieren ser vistas. ¿Y por qué es eso así? Porque estáis dando un salto adelante. Es realmente un salto en la evolución de la consciencia de la Humanidad. Este salto no se puede dar sin llegar hasta los lugares más oscuros de tu consciencia, aquellos llenos de temor, desconfianza, o una profunda tristeza por todo lo que has experimentado en la Tierra. No temas a esa oscuridad.

¡Dale la bienvenida! Cuando dices "Sí" a la oscuridad, comienza a fluir y retirarse; y ése es el arte de vivir esta vida. Y cuando sientes: "Realmente no puedo decir sí a esto", recuerda que hay algo en ti que aún dice "SÍ". Eso es lo que te salvará y te sacará adelante. Confía en la vida.

Yo os amo a todos, sois muy queridos para mí. Quizá pienses: "¿Cómo puede ser eso? No puedes conocernos a todos personalmente". Pero como Humano, no sabes o no te das cuenta de cuán extensa es realmente la red de las Almas. Cuando te has conectado con otro desde el Alma, esa conexión es permanente. Un vínculo que una vez forjado, no se romperá con el paso del tiempo, porque en nuestra dimensión, no hay tiempo.

Hay una red viviente que nos conecta como Almas. Compartimos cierta historia, cierto deseo, una llama que una vez se encendió en nuestra consciencia. Con esta llama la Tierra se ilumina gradualmente. La consciencia que despierta en todas las personas, nos reúne y crea una nueva base, desde la cual ese salto de consciencia va a tener lugar realmente. No necesitas darle vueltas a esto. Sigue en tu propio proceso, en tu propio camino; eso es suficiente. Siente la poderosa confianza de la vida, no solamente en ti, sino en muchos otros, a través de quienes la Tierra está siendo inundada por una ola de consciencia.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.

http://www.jairorodriguezr.com/

http://www.despertardivino.cl/aspbb/Shauds/viewinfo.asp?msgID=7873

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