De: Emilio
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En estos días, posiblemente por la Energía que se efusiona al planeta, me he dado cuenta de que ciertas curaciones de las que ya me resignaba a nunca lograr, mágicamente las estoy recibiendo. Curaciones extraordinarias, incomprensibles para mi mente. Y otros éxitos maravillosamente sincronizados y plasmados en perfección. Y las explicaciones que mi mente buscadora encuentra, pero que no la dejan del todo satisfecha, desencadenan finalmente en preguntas de este tipo... ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo?...
Y en esos momentos, cuando desconfío de mi mente porque compruebo que no logra entender, le pregunto a mi alma, y ella me dice: “Simplemente... el Amor”.
No habría otra explicación, a ojos vista. Mi mente da la impresión que termina por rendirse y aceptar que es simplemente el Amor, pero no se resigna porque necesita, pero no encuentra, una explicación racional. La escucho decirse permanentemente... “¡No puede ser! ¡No tiene sentido! ¡No es lógico!”.
Y por eso esta vez me vi obligado finalmente a intentar conciliar el asunto convocando a mis dos amigas, la mente y el alma, para no sentirme caer en un vacío incomprensible, como cuando lo suelo hacer en alguna aventura de ésas en las que me apasiona internarme... por ejemplo, preguntándome la razón de el porqué mi alma grita, a veces sin razón alguna, aunque mi mente no lo comprenda: ¡¡¡Amor!!!
Lógicamente, cada uno hace uso de sus herramientas, de lo que conoce, de lo que tiene a la mano. Y yo tengo la gran fortuna (o tal vez la intuición) de haber incorporado a mi vida como Arte/Ciencia Sagrada, a la Astrología, como valioso instrumento de búsqueda y clarificación.
Veamos, me dije en voz alta... el Amor. ¿Quién representa al Amor? y me hundí en el silencio...
- “Bueno...” dijo rápidamente mi mente sabihonda... “el Signo de Libra!”.
- “Está bien, concuerdo...” le salió al cruce el alma, muy serena... “pero... a ver, mi sabia hermana... ¿qué energías planetarias rigen a Libra?”.
- “Sabes bien que Venus y Saturno...” respondió un poco molesta la mente, que le suelen irritar las preguntas que considera superficiales.
- “Correcto...” dijo el alma sin darse por enterada del seño un poco fruncido de la mente... “Tengo entendido que Venus representa al amor, ¿verdad?” continuó.
- “Por supuesto... ¿Qué preguntas me estás haciendo... si conoces las respuestas?.
- “Y Saturno... representa al miedo, ¿Es así?” preguntó el alma, haciéndose la inocente...
Siempre la eterna lucha entre ellas; mi mente dice una cosa y mi alma, parece disfrutar de hacerle la contra. Se muestran antagónicas, pero sin embargo se parecen... son como dos chicos, dos hermanitas discutiendo y jugando a ver quién tiene la razón. Sólo que la mente parece regodearse con sus respuestas, mientras que el alma a veces, se calla, como dándose por vencida... y cuando menos la mente se la espera, le susurra suavemente al oído...”¿Viste que estabas equivocada?.”
- “Bien...”, dijo la mente, rápidamente sacando cuentas de que el alma había pisado el palito... “Y acaso... ¿el miedo no es el enemigo del amor?” le preguntó al alma.
- “Exactamente, estamos de acuerdo por esta vez...” respondió enigmática el alma.
- “Mi querida compañera de aventuuuuraaaaas... (dijo socarrona la mente) ... ¿A qué estamos jugando???”.
- “Querías encontrarle un sentido práctico al Amor, ¿No es cierto?”...
- “Exactamente eso, un sentido práctico, comprensible, algo palpable...” dijo la mente... “pero si Saturno es justamente enemigo de Venus, a ver cómo me explicas que ambos coexistan en un mismo Signo, nada menos que en el Signo de la belleza?”. (Ja, ja, já... la tengo arrinconada, pensó la mente, entusiasmada).
- “Cierto, Venus es energía de unión, y Saturno, de separación... Venus es calidez, Saturno es frialdad... Venus es elasticidad, Saturno es rigidez “ le reconoció suavemente el alma.
- “¡O sea que no tienes ninguna respuesta a la incógnita...! “ sentenció la mente, frotándose las manos...
- “O tal vez sí.... porque también Venus representa al afecto y Saturno al respeto; cuando no hay respeto, mal puede pensarse que haya afecto... ¿o estoy equivocada?” dijo el alma. Y continuó... “Manifestándose juntas ambas radiaciones equivalen a una energía de amor, de equilibrio, una en cada extremo, ya que son antagónicas...” y como la mente se quedó callada por un momento mientras buscaba apresuradamente una estrategia para recuperar terreno, agregó: “Y como ves, la energía de Libra es una balanza, y en ese instante de justo equilibrio reside la belleza... ¿Tiene sentido práctico o no?”, preguntó sonriendo el alma...
- “Parecería que sí, pero algo no me cierra... por ejemplo, ¿por qué generalmente no estamos en equilibrio y sí en desacuerdo vos y yo, siendo tan antagónicas...?, a ver cómo respondes a eso si puedes...” insistió la mente.
- “Sí, reconozco, somos antagónicas... vos sos una esencia intelectual y yo, soy otra espiritual, cada una en la suya, y generalmente en desacuerdo, por desgracia... (dijo el alma)... pero no por eso una cualquiera de nosotras deba callar su verdad. Yo te necesito, porque encuentras la mecánica adecuada para poner en marcha lo que siento; y a la vez, soy necesitada por vos, porque de otro modo carecerías de esa inspiración que te enciende y te pone en marcha. Yo soy el combustible, vos sos el motor. Sólo que tenemos ámbitos distintos, pero en las veces que nuestras energías se complementan en equilibrio, se producen resultados espectaculares...”.
- “Puede ser, porque en estos últimos tiempos, hay muchas cosas que no entiendo, y sin embargo, suceden... y funcionan...” pareció resignarse la mente.
- “Querida hermana, el Amor une, es justamente ese vínculo que el respeto fortalece. Yo podría sentirme, debido a mi sensibilidad, mi levedad y mi percepción, identificada con el amor de Venus; a vos te siento asociada a Saturno, debido a tu sentido crítico, frío, asociado a la técnica minuciosa, detallada y analítica. Ambos nos complementamos, y hace bien que a veces estemos en desacuerdo porque así nos estimulamos mutuamente, y en ese juego interminable, hemos logrado construir un Altar maravilloso a la Vida...
- “Y cual es ese Altar, no te entiendo...” dijo la mente...
Sentí, muy emocionado y muy feliz, que el alma le respondió dulcemente, mirándola a los ojos con una sonrisa llena de amor:
- “El Ser Humano...”.
Dedicado al Despertar de la Humanidad.
Emilio
25 de setiembre del 2009
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