jueves, 4 de octubre de 2012

El camino espiritual de la no resistencia

Deberíamos ver el trabajo espiritual como un aprendizaje de vivir la vida sin estrés, problemas, miedo o melodrama. Este camino de usar la vida para evolucionar espiritualmente es en verdad el más elevado. En realidad no hay razón para sentir tensión o tener problemas. El estrés sólo se produce cuando te resistes a los sucesos de la vida. Si no empujas la vida lejos de ti, no estás creando ninguna resistencia. Tan sólo estás presente. En este estado, simplemente eres testigo y experimentas cómo se suceden los acontecimientos de la vida. Si eliges vivir de esta manera, verás que es posible vivir la vida en un estado de paz.

¡Qué proceso tan asombroso es la vida, este flujo de átomos a través del espacio y el tiempo! Se trata de una secuencia eterna de sucesos que toman forma y al momento siguiente se disuelven instantáneamente. Si te resistes a esta fuerza asombrosa de la vida, la tensión se acumula dentro de ti y afecta a tu cuerpo, tu mente y tu corazón espiritual.

No resulta difícil ver la tendencia hacia la tensión y la resistencia en la vida diaria. Pero, si queremos comprender esta tendencia, primero debemos examinar por qué nos resistimos tanto al simple hecho de dejar que la vida sea la vida. ¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que tiene la capacidad de resistirse a la realidad de la vida? Si miras con cuidado dentro de ti verás que eres tú, el Sí mismo, el ser interno, el que tiene ese poder. Se llama fuerza de voluntad.

La voluntad es una fuerza real que emana de tu ser. Es lo que hace que se muevan tus brazos y piernas, que no se mueven al azar por sí mismos. Se mueven como lo hacen porque ejerces tu voluntad para conseguirlo. Usas la misma voluntad para aferrarte a los pensamientos cuando quieres concentrarte en ellos. El poder del Sí mismo, cuando está concentrado y se dirige hacia los reinos físico, emocional o mental, genera una fuerza, y a esa fuerza la llamamos “voluntad”. Eso es lo que usas cuando tratas de hacer que las cosas ocurran o no ocurran. Ahí no eres incapaz, tienes el poder de afectar a las cosas.

Es asombroso comprobar lo que acabamos haciendo con nuestra voluntad. En realidad afirmamos nuestra voluntad en oposición al flujo de la vida. Si ocurre algo que no nos gusta, nos resistimos a ello. Pero, como aquello a lo que nos resistimos ya ha ocurrido, ¿de qué sirve resistirse? Si tu mejor amigo se traslada a otra ciudad, es comprensible que no te guste. Pero tu resistencia interna a ese suceso durante los próximos años no va a cambiar el hecho de que efectivamente se ha trasladado. Tu resistencia no afecta en absoluto a la realidad de la situación.

El hecho es que ni siquiera podemos argumentar que nos estemos resistiendo a la situación real. Por ejemplo, si alguien dice algo que no nos gusta, evidentemente nuestra resistencia no va a servir de nada, porque ya lo ha dicho. En realidad, a lo que nos estamos resistiendo es a la experiencia de que el suceso nos atraviese, no queremos que nos afecte por dentro. Sabemos que va a producir impresiones emocionales y mentales que no encajaran con lo que ya está allí. De modo que ejercemos la fuerza de voluntad contra la influencia del suceso en un intento de impedir nuestros corazones y mentes. En otras palabras, la experiencia de un suceso no se detiene con nuestra observación sensorial de ella. El evento también tiene que pasar por la psique a nivel energético. Éste es un proceso que experimentamos cada DIA. La observación sensoria inicial toca nuestros depósitos de energía emocional y mental, creando movimientos en dicha energía. Estos movimientos pasan por la psique de manera muy parecida a como un impacto físico se extiende sobre la superficie del agua. Asombrosamente, en realidad tienes la capacidad de resistirte a estos movimientos de energía. Ejercer tu fuerza de voluntad puede detener la transferencia de energía y eso es lo que genera tensión. Puedes agotarte luchando con la experiencia de un único suceso, o incluso de un único pensamiento o emoción. Ya sabes a qué me refiero.

Finalmente verás que esta resistencia es un tremendo desperdicio de energía. Lo cierto es que generalmente usas tu voluntad para resistirte a una de estas dos cosas: algo que ya ha ocurrido o algo que aún no ha ocurrido. Estás sentado dentro, resistiéndote a las impresiones del pasado o a los pensamientos sobre el futuro. Piensa en toda la energía que desperdicias resistiéndote a lo que ya ha ocurrido. Como el suceso ya ha pasado, en realidad estás luchando contra ti mismo, no con el suceso. Además, contempla cuánta energía desperdicias resistiéndote a lo que podría ocurrir. Como la mayoría de las cosas que crees que podrían ocurrir nunca ocurren, simplemente estás malgastando tu energía.

La manera que tengas de lidiar con tu flujo energético tiene un efecto importante en tu vida. Si ejerces tu voluntad contra la energía de un suceso que ya ha ocurrido, es como si trataras de detener las oleadas causadas por una hoja que ha caído en un lago aquietado. Cualquier cosa que hagas causa más alteración, no menos. Cuando te resistes, la energía no tiene donde ir. Se queda atascada en tu psique y te afecta seriamente. Bloquea el flujo de energía de tu corazón y hace que te sientas cerrado y menos vibrante. Esto es lo que ocurre literalmente cuando algo te pesa en la mente o cuando las cosas se vuelven demasiado pesadas para ti.

Michael Singer

Compartido con mucho cariño,

Isolda

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LA ESPIRITUALIDAD MÁS EXPANDIDA ES EL AMOR EN VERDAD ILUMINADO CON VALORES APLICADOS.
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA

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