David Topí
Dicen muchos refranes populares que sin esfuerzo no hay recompensa, o que nada que valga la pena se consigue sin que pongamos de nuestra parte tiempo, recursos, energía, atención, dedicación, etc. Algo que en el mundo “físico” es más que cierto, lo es mucho más en el mundo “no físico”, espiritual, energético, de crecimiento personal, etc., porque los esfuerzos no están destinados a conseguir algo externo, sino a cambiarnos a nosotros mismos. En estos temas, los resultados solo vienen cuando uno se decide conscientemente a recorrer el arduo camino del despertar interior.
Cambio radical de la visión del juego, modificación de nuestras estructuras mentales
No podemos empezar a comprender como funciona este juego de la existencia en el que estamos involucrados si no comprendemos como nos han manipulado el tablero de juego que usamos. Esto no quiere decir nada más que romper la visión actual promulgada por las estructuras sociales, económicas, educativas, etc. sobre como es la realidad de ahí fuera. La realidad de “ahí fuera”, no tiene nada que ver con la realidad que nos venden los medios de comunicación, nuestros líderes políticos, los grupos que manejan los hilos
Todos pasamos por esta primera fase del despertar interior. Descubrir que lo que creías que era real no lo es, descubrir que absolutamente todas las cosas que eran de una forma son de otra, es un shock para algunos, y es un proceso natural y paulatino para otros. Pero cuando se rompen ciertas estructuras, tienes dos opciones: cerrar los ojos y no querer ver nada más, volviendo tranquilamente al sueño ilusorio en el que todo es bonito, o tirar hacia adelante y terminar de desmontar la visión que nos cuentan sobre lo que pasa en el planeta, en todos los niveles, para poder liberarnos de ese control y manipulación lo más rápidamente posible. El proceso de auto-conocimiento y despertar interior.
Pero la evolución personal, espiritual, no se termina cuando uno “despierta” a la realidad del mundo, sino que, en realidad, no hace más que empezar. Porque es entonces cuando se te activan las ganas de conocer más, especialmente de conocerte a ti mismo, entre otras cosas, porque descubres que tienes por algún lado un potencial latente impresionante a la espera de ser activado. Descubres que hay una parte de ti, que llamamos el Yo Superior, que te sirve de guía y de brújula permanente, descubres que la meditación es una maravilla que no entiendes como no la enseñan en la escuela desde primaria, descubres que tienes un montón de posibilidades de trabajar con entidades que llamamos guías, descubres que tus lecciones de vida se pueden aprender sin tener que sufrir con ellas y que tienes una misión que cumplir, escogida por cada uno de nosotros, para ver si echamos un cable en reorientar un poco y sacar del pozo energético en el que estamos metidos al planeta.
Y todo esto en paralelo con lo anterior. Yo no dejo nunca de investigar y aprender como funciona el mundo real en el que vivo. De tratar de desmontar las mentiras de las estructuras que me han impuesto y que, por ignorancia, he aceptado, por lo que además tengo que aceptar parte de mi responsabilidad en que el mundo esté como esté. Y como todo esto forma parte de mi trabajo personal, sigo rompiendo mi propia visión de las cosas “externas” buscando entender la realidad de la forma más objetiva posible, mientras sigo trabajando en mi auto-conocimiento y despertar interior adquiriendo cada vez más.
Sed de conocimiento cosmológico
Y cuando la realidad física “de tercera densidad” la tienes más o menos ubicada, no te dejas manipular tan fácilmente por elementos físicos y no físicos, has superado una serie de “ataques” del sistema por querer desconectarte del mismo (y hacer que otros también lo hagan), llega, al menos en mi caso, la sed de conocimiento “cosmológico”, entender el universo, la creación, los niveles evolutivos, las polaridades, el resto de seres, conciencias, energías, formas evolutivas, etc. Ya no te conformas con fuentes de “bajo nivel” para que te expliquen las cosas, porque además tienes un pelín más desarrollada la intuición que te dice cuando algo es correcto o cuando algo es desinformación, o cuando las cosas están mezcladas y hay que separar la paja del trigo. Lo único malo de esta etapa, que encima sigue en paralelo con las dos anteriores, porque ya metidos en el tema no se puede trabajar solo en una dirección, es que ya no hay vuelta atrás. Es decir, que cuando te pones a ver si eres capaz de entender conceptos metafísicos, esotéricos, místicos, espirituales, etc., no tienes otra cosa en la cabeza hasta que no vas atando cabos y uniendo las piezas del Tetris que conforma la suma del juego físico y del juego no físico de nuestra existencia.
Un proceso tremendamente interesante
En realidad todo este proceso es bastante divertido, a pesar de que pasas por épocas de bajón mental, anímico, energético, etc. Cuando estás en la primera fase, hay momentos en que si se desmontan muchas cosas de golpe, uno se queda bastante “tocado”, y cuesta volver a rehacer la visión de la vida con la nueva información adquirida, que no es más que aceptar que uno de los múltiples filtros y velos que teníamos en los ojos se ha caído para siempre. Mientras andas trabajando en ti en la segunda fase, hay momentos en los cuales energéticamente estás por los suelos, especialmente si vas sanando heridas del pasado, traumas, bloqueos autogenerados, cosas que arrastras de otras encarnaciones, etc. Si tienes que estar pendiente de ataques que llamamos psíquicos o energéticos pues también hay días que lo pasas mal. Pero como dice el refrán, “lo que no te mata te hace más fuerte” (o algo así), por lo que todo forma parte del mismo proceso de crecimiento. Y mientras en paralelo estás en la tercera fase, hay días que no hay forma de dormir porque estás rompiéndote la cabeza tratando de entender mentalmente el concepto X o el concepto Y, que si el tiempo no existe, que si todo es simultáneo, que si el alma esto, que si las dimensiones paralelas, que si lo otro. Afortunadamente la brújula interna que representa la conexión con el Yo Superior está siempre ahí para echar un cable, y entonces se te enciende la luz, te viene mentalmente la explicación de las cosas, te levantas a las dos de la mañana, lo anotas todo, haces un esquema, y te vas a dormir.
Y así, ya, hasta el final de nuestros días, porque una vez te inicias en el arduo camino del despertar, ya no hay vuelta atrás!
Compartiddo con mucho cariño,
Isolda
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LA ESPIRITUALIDAD MÁS EXPANDIDA ES EL AMOR EN VERDAD ILUMINADO CON VALORES APLICADOS.
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA
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