Canalizado por Aleé – traudele@gmail.com
Grupo “Fuente de Amor y Luz” – 9 de septiembre de 2010
Buenas tardes – Buenas tardes – Hoy jueves ¿Quién puede ser? – María Magdalena - María Magdalena. Estamos todos muy contentos de tener ese contacto con ustedes de nuevo los jueves, y por más que nunca estuvieron solos durante todas esas semanas, siempre estuvimos acompañándolos. pero el jueves, cuando nos reunimos acá, es como más… más sentido por ustedes. Se dan más cuenta que estamos.
Y para nosotros también es especial porque acá les podemos hablar, aunque tratemos de decirles cosas cuando estamos acompañándolos durante el tiempo que no se reúnen, pero no siempre ustedes nos prestan atención, o mejor dicho, no que no nos prestan atención, no se dan cuenta que por ahí el pensamiento que se les “ocurrió” en ese momento no es un pensamiento de ustedes, es una cosa que nosotros les sugerimos.
Y vale, vale igual, pero es como más evidente cuando les podemos hablar, y sobre todo cuando ustedes ya saben ahora vienen hablarnos, ahora los podemos escuchar cómo me escuchan en ese momento a mí. Es como que ustedes están también más dispuestos a escucharnos, a sentir nuestra presencia y, como dicen ustedes, hasta darnos bolilla. Porque cuando están en su vida “normal”, digámoslo así, ustedes nos sienten, pero no nos dan bolilla, no… es algo que bueno está, pero no son conscientes de eso. No nos prestan atención, ni se prestan atención a sí mismo. Es su vida diaria, la vida común, y, sí, la vida común trae problemas.
Ustedes muchas veces es como que se olvidan que lo más importante de esta vida no son las cosas diarias, lo más importante de esta vida, de esta vida, es lo que son, lo importante es que son los maestros que son. Y no se dan a sí mismo el valor que tienen, y es importante que lo hagan. Porque al darse cuenta del valor que tienen, llaman más la atención de los demás. No necesariamente conscientemente, pero los demás están como prestándoles un poco más de atención.
Y se los hemos dicho muchas veces, que ustedes enseñan no con palabras, ustedes enseñan por su manera de ser, enseñan con el ejemplo, enseñan como atienden los problemas, atienden su vida y como están aprendiendo a atenderse a sí mismo. No siempre lo hacen y cuando hay un impase, como estas vacaciones de Aleé, ustedes… sean sinceros ¿ustedes alguna vez pensaron realmente en lo que tienen en esas reuniones acá? – X: Sí – ¿Más que una vez? X: Sí – Es bárbaro, muy bien, muy bien.
Ustedes tienen que ser realmente conscientes de ustedes mismos, de ser realmente los que son. No se olviden ustedes son Dios también, ustedes son ángeles humanos, ustedes son seres divinos. No es ninguna novedad lo que les cuento, pero insistimos siempre en estas cosas para que se den cuenta lo importantes que son. Lo importante que es lo que pueden transmitir, nuevamente les digo, no con palabras sino con su manera de ser, irradiando amor, irradiando luz conscientemente, y a veces inconscientemente también.
No niego, y no lo negamos ninguno de nosotros, que ustedes tienen una vida diaria, una vida de todo los días, tienen pareja o no, tienen hijos, tienen por ahí nietos, tienen amigos, tienen gente que los rodea. Y esa gente - ¡piénsenlo ¡ - por algo se les acerca con sus preocupaciones, con sus problemas, y les cuentan, porque saben que contándoles a ustedes queda en ustedes y ellos se alivian contando lo que les pasa.
Y eso también es otra tarea importante que ustedes tienen que hacer. Es suficiente que ustedes los escuchan, que el otro puede desahogarse, el otro puede hasta poner en palabras sus sentimientos, que de esa manera se explican a si mismos mejor lo que les pasa. Y ustedes, escuchándoles, les hacen una ayuda muy grande, y es necesario que ellos tengan esa ayuda.
Y los problemas diarios de ustedes también están, no lo vamos a negar, porque lógicamente ustedes conviven con otras personas y la convivencia no siempre es toda una gloria. Siempre en la convivencia diaria hay días mejores, hay días peores, hay momentos más lindos, momentos menos lindos. Hay cosas que salen más equilibrados, hay un balance a veces y a veces no, hay equilibrio entre todo los que los rodean y a veces no.
A veces se acerca alguien y los saca de quicio, claro que existe eso, pero ustedes tienen que lograr de estar en equilibrio con eso, que esas cosas ustedes lo escuchan, ustedes lo viven, pero que no les afecte demasiado. No permitan que les haga daño a ustedes mismos, no se hagan cargo de los problemas de los demás. Porque para el problema del otro, ustedes pueden dar un consejo, pero el problema lo tiene que solucionar el otro.
Suena quizás a algo de egoísmo, pero no lo es, porque si ustedes se hacen cargo de los problemas de los demás no viven, no viven lo que les toca vivir, lo que tienen que vivir. No viven el equilibrio que pueden tener ¡piénsenlo, analícenlo, medítenlo! y no se olviden, no se olviden nunca quienes son, no se olviden nunca que nunca están solos, siempre estamos rodeándolos, siempre estamos a la distancia de un pensamiento, estamos con ustedes y no los dejamos solos.
No queremos solucionar sus problemas o sus cosas, solamente lo que podemos hacer, y lo que hacemos, es estar con ustedes, apoyarlos. A veces podemos darles un codazo, pero todo lo humano, todo lo terrenal lo tienen que solucionar ustedes mismos, pero es diferente si lo solucionan sabiendo que están acompañados, sintiendo nuestra presencia, ser conscientes de nuestra presencia, que si lo tienen que hacer solos. Ámense a sí mismos, irradien todo el amor que tienen en sus corazones, irradien toda la luz que tienen. Más irradian más van a tener.
Con eso los dejo por hoy, que tengan una muy buena reunión, que tengan unos lindos quince días hasta que nos volvamos a ver, y nosotros estamos contentos de volver a la “normalidad”.
Buenas tardes Yo soy María Magdalena
- Buenas tardes y muchas gracias -
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