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Amén de todos aquellos que se hayan sentido alterados por las fechas que se indicaron en algunos de los mensajes que se canalizaron en el mes de Noviembre, por mi parte no pienso dedicarle a este asunto ni un momento más de mi tiempo terrestre porque a mis ojos lo único que se sigue dando es una separación, cada vez mayor, de aquello que está desconectado de su centro, de aquello otro que siente el flujo de la vida desde su corazón, desde cada una de sus células o desde donde sea. Ni los mensajes canalizados ni nada que tenga que ver con este gran cambio puede ser integrado siendo chequeado desde la mente. Es la vibración percibida por nuestro corazón la que nos aporta el claro discernimiento de las informaciones que nos llegan. Y aquellos que están dedicados a contrastar datos, continúan buscando una validación, una confirmación o alguna prueba en la dualidad de lo externo, y si esta no se constata, la lógica lineal dice que nada es cierto. Y digo yo ¿en qué se traduce el estado de conexión en nuestros corazones cuando sentimos correr el flujo energético que inunda nuestro cuerpo y que tiene entrada por nuestro chakra de la corona? Sólo se me ocurre decir algunas palabras sueltas: amor incondicional, rendición del control, abandono, aceptación…
Porque lo único en lo que se nos insiste desde los planos superiores es que debemos estar librando una sola “batalla”. La “batalla” interior de nuestros miedos y resistencias internos. Este es el asunto que nos está clamando liberación y sanación. Estas amadas partes de nuestro propio ser, que en su intento de ser aceptadas y amadas, salen desde el fondo de nosotros mismos, pidiéndonos ser reconocidas.
Este es el niño interior herido que los Arcángeles y Maestros Ascendidos nos indican en sus enseñanzas, identificándolo muchas veces con las sensaciones emocionales que sentimos en la zona de nuestro plexo solar.
Este niño herido, este dolor, este miedo atroz, esta duda que surge, esta rabia, esta resistencia de fondo, que vive en nosotros por nuestra no aceptación, sólo nos está pidiendo ser sentido por cada uno de nosotros; que lo sintamos sin trabas; que lo dejemos salir a la superficie sin oposición por nuestra parte; que vivamos estas emociones con la mayor naturalidad; no coartarlos; que salgan. Soltemos las resistencias para que sean como son. Nuestros conflictos piden no sólo ser encarados, sino también que los dejemos que se expresen libremente con amor y ternura.
Porque, queridos todos, el drama sólo está dentro de nosotros y no fuera. ¿Qué drama hay en que alguien pueda tener pensamientos no amorosos de nosotros de forma más o menos puntual? Porque ¿no pensarán ustedes que somos tan importantes como para que los demás estén pensando continuamente en nosotros, por el motivo que sea, con la cantidad de cosas que hacen a lo largo del día? ¿Qué drama puede haber porque hagamos o dejemos de hacer ciertas cosas, o estemos o dejemos de estar en ciertos lugares o con ciertas personas? ¿Somos tan imprescindibles? ¿Qué drama puede haber en que tengamos algunos desajustes físicos? ¿Tan eficientes somos que no podemos descargar nuestras agendas o llevar una vida más pausada? El drama sólo está dentro de nosotros y no fuera, amigos. El drama que tanto pánico y dolor nos produce sólo está dentro de nosotros. Miremos cara a cara, sin velos, al drama que pueda habitar en nuestro interior. Este es el trabajo más importante que se nos pide que hagamos desde los Reinos de la Luz. Este es el trabajo encomendado. Este es el camino de nuestra gran liberación.
Y después de esta simple conclusión, podemos darnos la enhorabuena. Sí, queridos, la enhorabuena ¡¡Sólo tenemos que dejarlo ser, dejarlo suelto, sentirlo y vivirlo con naturalidad y amor!!...que vendrán las resistencias en forma de un buen nudo en la boca de nuestro estómago. Benditas sean porque vienen a nuestro encuentro pidiéndonos una mirada y una sonrisa cariñosa. Sólo es una cuestión de voluntad y firmeza por nuestra parte sin evadir estos momentos claves con escusas o quehaceres.
Ya sabemos que la toma de respiraciones profundas en meditación nos ayudarán a suavizar estos momentos, a elevar nuestra vibración energética y a poder vivir estas experiencias más conscientemente desde nuestro centro en la unidad corazón-niño interior. Porque si lo enfocamos fuera de nuestro centro, podemos avivar ese estado emocional, enredándonos en él, ya que sólo necesita que lo dejemos ser, que lo dejemos ir, que no estemos siempre pendientes de él, que entendamos que no tiene tanta importancia. Porque, cuando nuestro corazón irradia luz, nada tiene tanta importancia y nuestras emociones son sentidas en la Unidad de nuestro ser y no desde el estado de separación de aquello que no deseamos.
Por supuesto, hay otras cosas que nos ayudan. Sabéis que la alimentación tenemos que cuidarla, que pasar tiempo en la naturaleza tiene una gran importancia y que difundir la verdad acerca de este cambio nos hace expandir Luz y recibir Luz, siendo este también un ruego que nos hacen desde las dimensiones superiores para que otras almas puedan despertar en estos tiempos cruciales.
Por eso, os felicito a todos aquellos que desde vuestro ser entendéis que esta es la función que todo trabajador de la luz está llamado a asumir. Os felicito porque poniendo fin a esta lucha interior, habremos vencido. Así de sencillo. Os felicito porque librando esta “batalla”, nuestros hermanos estelares tienen el camino despejado para realizar el llamado primer contacto y para remover lo que necesite ser removido en este mundo. Si no tenemos resistencias, Ellos no tendrán resistencias. Si no albergamos zonas oscuras, Ellos no se toparán con núcleos de oscuridad que puedan dificultar el proceso. Ya sabéis: “lo que es abajo es arriba”.
Enhorabuena a todos porque lo estamos logrando. Para mí la clave en estos días, antes del final de año, está en sonreír amorosamente a nuestro niño interior y no verlo como diciendo: “Aquí está otra vez esto. A ver qué hago para solucionarlo y no sentirlo”. Recordad. El drama siempre está dentro de nosotros y no fuera, o… a lo mejor, después habernos tomado el tiempo para verlo, la ilusión del drama haya dejado de existir en nosotros.
Con gratitud y amor infinitos.
A 1 de Diciembre de 2.009
RAFAEL
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