Roberto Maruri Ampuero.
23 de Julio, 2010
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A las Maestras
Nada más que el aire
Me dirijo al vuelo maestro, a las más altas cumbres, a las más puras nieves, a ustedes maestras. Sueños cristalizados del Universo, diafanidad, espíritus insondables que vuelan insignes entre las cumbres existenciales, entre las altas piedras y aires de La Vida.
Ustedes el más hondo Amor extendiendo las alas, clavándose en las corrientes del Río de la Vida y de los más altos remansos que todo lo sumergen. Ustedes ríos estrellados, navegaciones insolentes, rebeldes queridas, inmanencias celestes (¡que truenos las tocara sin tocarlas¡), diluvios salvajes, arrolladoras aguas madres en las vertientes superiores, magnas. La cristalería de sus voces tapa el horizonte. Vinieron a ayudar en los nuevos tiempos que emergen.
Esta carta la dirijo (como una corriente, como una tempestad eléctrica y como la dulzura de la luz de mañana tocando un arrollo levítico) a las maestras inescrutables del Gran Cambio, representantes de las razas más magnificas de los mundos existentes, de la vastedad de los universos que flotan en el Gran Uno, en el Campo Unificado, en los excelsos vacíos imperturbables y mágicos.
Águilas silentes clavadas en los aires de la maestría humana, todas las luces las aman, hasta las piedras de los sueños las aman, hasta la Ilusión las ama, hasta la Ilusión que se desvanece en estos tiempos, en este Ahora. Es un privilegio y un honor volar a vuestro lado, las montañas quisieran tener alas y extenderse conmigo, planear, acompañarlas.
Queridas pleamares australes, invocadas por las ciénagas y los caudales de árboles, por los bosques y las praderas, por los lobos, por los arrecifes y el sol, allá abajo.
¿Que decir ante tanta maestría? Los velos caen ante ustedes, las musas las envidiarían si fueran de este mundo y los nuevos artistas las prefieren a ustedes.
Hoy volvemos en estos aires a casa. Volvemos recordando quienes somos. Volvemos en mareas que se acoplan, fusionan y exaltan sin perder las particularidades, las variaciones, la individualidad. La individualidad hoy involucra al otro, es un Somos penetrante.
Es un honor viajar a vuestro lado, es un honor compartir los parajes y extenderse por sobre la anidación de la Kundalini Terrestre hacia la Patagonia, hacia las fiordos sobrevolando los volcanes y los riscos de la Cordillera de los Andes que se derrama en miles de incrustaciones como si fuera un yacimiento de cuarzo expuesto a las marinerías y los vientos bancos.
Maestras que han despedido todo lo conocido y hoy se adentran en lo desconocido.
Ustedes soberanas, autónomas, cruzaron las filosofías y las creencias para estar aquí, para ser lo que son.
Les agradezco la compañía en el Sueño y al exterior de Sueño, en la biología y fuera de la biología, en los pantanos y en el aire, encarnados en la Tierra al interior de un cuerpo óseo (y a veces sangriento) o bien fuera del campo terrestre, aéreos, sublimes, expansionados sólo en el Éter o más allá del Éter, más allá del Tiempo y los espacios que siempre, siempre, son virtuales; es decir, encarnados en la virtualidad o viviendo en la Realidad Profunda, insondable y eterna.
No hay flores suficientes para expresar o tirar sobre el triunfo de vuestra gloria. Los grandes maestros las saludan: Lord Metatron, Sananda, Saint Germain, Kryon, Miguel Arcángel, Cristo Miguel, todos los arcángeles, la Madre María, Lady Nada (la Magdalena), los maestros de la Confederación Intergaláctica de Luz, los budas las saludan, elevan sus pañuelos blancos y hasta las velas de los veleros flamean.
Los seres de los planetas, los planetas, los brazos de las galaxias las abrazan. Nada es igual después de ustedes, la travesía y la lucha no fueron en vano, todo ha sido trastocado en la luz de sus miradas, hasta los sueños fueron cambiados a vuestro paso, alquímicas, la transmutación al toque de sus vestidos.
Nos extendemos sobre los bordes costeros, viajamos. Volvemos a casa, a la Unicidad, aunque nunca hemos emigrado de lo que Somos. Volvemos a recordar Todo Lo Que Es.
Toda la cordillera es una sola flama. Los hombres de las nubes las amamos. El Masculino se rinde a vuestro paso. En este corazón como en el de todos los hombres, hay Rendición. Honor, Agradecimiento.
Sin ustedes nunca hubiéramos vencido, nunca hubiéramos vencido a la Dualidad y derrotado a las Sombras.
Maestras, el más grande Honor.
Las amamos incondicionalmente desde siempre y hasta siempre.
La Nada no hubiera existido sin ustedes, el Vacío no hubiera existido sin ustedes.
Nunca hubiéramos sido.
Hasta los cóndores admiran vuestro vuelo. Hasta las bandurrias, los alerces y los flamencos.
No somos más que un flamenco o un Lafkenque mirándolas, un indio de los ríos.
La Música existe porque ustedes existen.
Gracias queridas mujeres del viento, queridas águilas. Por ustedes existen las cumbres, ustedes justifican la Patagonia y sus nuevos aires.
A mis queridas Maestras en pleno vuelo.
Mensajeras del alba.
Las amo profundamente desde más allá del Inicio y hasta más allá del final sin final.
Nada soy sin el corazón de ustedes, como ningún hombre es nada sin ustedes.
Soy el Amor, porque ustedes son el Amor.
Las amo desde siempre dice toda la Altura, dice toda la Luz, el Masculino patriarcal que un día las hizo sufrir, busca la integración y busca el equilibrio, y por sobre todo, las ama.
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