De: Ana Isabel Insua
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Domingo 28 de febrero de 2010, 20.57 Hs
Soy una antorcha de luz, Soy El Poder, Soy Yo, Abro el canal para recibir un mensaje…
Quedo esperando.
Si, Ana Isabel, Soy YESHUA que he venido exclusivamente para felicitarte por la labor que has desplegado en los últimos cuatro días.
Has logrado manejar las fuerzas de la oscuridad, con valentía, a pesar que te golpearon como a muchos canalizadores, te repusiste y continuaste, siempre te asistimos.
Enviaste Luz a Chile, que tanto la necesita y además contestaste dentro de tus recursos a todos aquellos que te consultaban para protegerse.
El Maestro SAINT GERMAIN también te envía sus saludos fraternales, y espera en algún momento conectarse nuevamente.
Mi MADRE, también quiere estar presente para darte su bendición.
Hija Mía, sabes que mi amor está en tu corazón ya restablecido, equilibrado. Yo lo selle, para siempre, y tu agradecimiento siempre me llega como una cálida caricia, hoy quiero acariciarte nuevamente, cubrirte con mi manto, pues es hora después de tantas batallas que libraste saber parte de la verdad de tu pasado, sé que sienten temor de lo que vas a escribir, pero escribe tranquila y centrada en lo que te estoy enviando y totalmente segura que esto es así.
Cuando Alexiis y yo caminábamos juntas por Jerusalén, tú estabas con nosotras dos, siempre nos acompañabas, nos escuchabas y eras una asistente de lo que necesitábamos, los caminos se separaron cuando mi Amado Hijo trascendió.
Tú te desesperaste por no poder ayudar como hubieras querido, siempre te sentías desolada, por lo que habías visto, ese dolor lo llevaste vida tras vida no pudiste superarlo, en cada vida posterior siempre lo revivías en distintas situaciones hasta que por fin te curé en forma definitiva sellando con Amor esa herida de tantos siglos, te liberé de todo dolor ancestral, eres libre de amar sin dolor.
Hija mía, siempre hiciste lo que correspondía, en aquella época era tan difícil expresar lo que sentíamos, pues las persecuciones eran despiadadas.
Recuerdas que cuando te curé te dije, y tú no entendías por qué causa te lo dije: estás perdonada, y también hablé de una herida ancestral, muy antigua, pues era esta herida que siempre te persiguió y te cortó caminos.
Te Bendecimos, todos los aquí presentes y siempre estaremos a tu lado.
Este mensaje debes darlo a conocer a Alexiis, otra hija tan amada y cuidada y dejo en sus manos la total libertad de publicarlo en la red que ustedes llaman Internet.
Las cubro con Mi Manto de Amor Plateado, Azul índigo y Rosa, descansen ambas después de estas jornadas tan intensas.
Gracias MADRE MARIA, lentamente estoy entendiendo y con el entendimiento liberando dolor tan añejo.
NOTA: Dado que este mensaje me menciona quiero comentar que a raíz de ser terapeuta de vidas pasadas he tenido que hacer muchas regresiones y sé que he estado en aquella época en Jerusalén, difundiendo las enseñanzas del Maestro, pero no sabía acerca del contacto con la Madre María, pero al leer esto siento en mi interior que acabo de descubrir otra fase de mi pasado.
gracias Madre María y también a Ana Isabel por haberme facilitado este nuevo despertar. Alexiis.
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