domingo, 13 de junio de 2010

MARÍA MAGDALENA –DISFRUTEN, VALÓRENSE, ÁMENSE

Canalizado por Aleé – traudele@gmail.com

Grupo “Fuente de Amor y Luz” – 10 de junio de 2010

Buenas tardes – Buenas tardes – Sí, ya sé, que apuré a Aleé para hacer las cosas para venir a hablar conmigo y yo con ustedes. Yo soy, como es jueves, María Magdalena.

Ustedes saben que soy…hm… como madrina de ese grupo y como madrina de ese grupo le doy la bienvenida a  la nueva integrante. Nos ponemos muy contentos cuando alguien más viene a participar de esas reuniones, que son reuniones de luz, son reuniones de amor y son reuniones donde, como siempre lo decimos, tratamos de reforzar aprendizajes que ya se han dado, pero ustedes no los terminaron de incluir en su manera de hacer las cosas.

Y hoy quiero hablar sobre que hacen ustedes por si mismo. Quiero hacerles, como muchas veces lo hago, unas cuantas preguntas: ¿Hasta qué punto realmente se aman a sí mismo? ¿Hasta qué punto se dan cuenta el valor que tienen? ¿Hasta qué punto se valoran a sí mismo? Esas preguntas plantéenselas más que una vez por semana. Piensen mucho en realmente amarse y valorarse a si mismo, acepten lo que son.

Han aprendido y lo saben repetir de la boca para fuera, como dicen ustedes, que son también Dios, ustedes son divinos, pero ¿Lo tienen realmente incluido y entendido lo que significa ser Dios también? Quiere decir que todos, todos, todos somos parte del Uno y somos parte de Dios, el Creador - pongan el nombre que ustedes quieran - de la Fuente, de Todo Lo Que Es. No importa el nombre en sí, lo que vale es la idea, la imagen no física, una imagen mental que ustedes se hacen de Dios y de sí mismo.

No se olviden, ustedes son parte, todos los humanos son parte, todos los humanos, todos los elementos, todo lo que existe es parte de Dios. Ustedes cocrean junto con otros humanos, junto con Dios, junto con nosotros los maestros que tratamos de codearlos a veces para que puedan ver las cosas importantes. No es la primera vez que les digo lo más importante que tienen es el amor, no hay nada más importante, no hay nada que se pueda equiparar con el amor, el amor los llena totalmente.

Y ustedes tienen mucho amor para dar y también pueden recibir mucho amor. Y al dar y recibir amor ya está todo hecho, el amor les da alegría cuando realmente lo sienten y permítanse sentirlo. Acepten todo ese amor que irradian, que nace de sus corazones, acéptenlo, no le den otro nombre – ya que el nombre no es importante – importante es el hecho de tener amor y dar amor, de recibir amor, de estar dispuesto a dar y también estén dispuestos a recibir amor. Porque si ustedes, como dicen, dan desinteresadamente amor también lo van a recibir, y siempre, ya lo hemos dicho tantas veces, todo es un dar y recibir.

Aprender es dar y recibir, porque, es muy simple, ustedes al ser aprendices de algo dan a la persona o al ser que les enseña, la posibilidad de enseñar. Es una gran cosa de dar eso, no se crean que eso no es importante, claro que es importante, y el que puede enseñar recibe la alegría de haber podido transmitir parte de su sabiduría. Ustedes reciben esa sabiduría y la pueden seguir dando a otras personas. Por eso sienten que todo es un dar y recibir, todo, todo, la vida es dar y recibir.

Nunca nada tiene solamente un lado, todo tiene dos caras, todo. A veces depende de qué lado miran, pero siempre tiene al menos dos lados, algunas cosas hasta tienen más, tienen más facetas y siempre depende en qué instante y de qué lugar lo miran. Acepten todo lo que les pasa, acepten ser lo que son, valórense a si mismo, ámense a sí mismo, no duden de sí mismo.

Todos ustedes, los que hoy están acá, y los que otras veces han venido, y los que después lean la transcripción, todos, todos los humanos son divinos y si seguimos la idea de ser divinos no solamente los humanos son divinos, también los animales, también las plantas y ni hablar de los elementales. Todos, todos tienen su parte divina dentro de sus corazones, y me van a decir: ¿y una planta donde tiene corazón? Claro que tiene, ustedes no lo ven a simple vista. Un corazón por ahí no se ve, se siente. Miren por ejemplo una flor y sienten la alegría que tiene esa flor en el corazón al saber que les da alegría.

Otra vez también volvemos a lo mismo, es dar y recibir. Todo es así, por eso les vuelvo a decir: vivan la vida con alegría, disfruten todo lo que tienen, ámense mucho, valórense mucho. Piénsenlo, mediten sobre eso, y nos vemos o nos hablamos en quince días o cuando a ustedes les venga bien. Ya saben que siempre estamos acá esperando que ustedes estén dispuestos a charlar un rato con nosotros.

Buenas tardes Yo soy María Magdalena - Buenas tardes y gracias María Magdalena -

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