miércoles, 26 de octubre de 2011

LA GRAN PIRÁMIDE BLANCA

Maria Ruso Tito Ferro

unionalmica@gmail.com

Tal y como ha registrado la ciencia, hace dieciséis mil años tres grandes trozos de un asteroide cayeron sobre el océano Atlántico. Los sacerdotes de la Atlántida supieron que el fin de su gran país estaba cercano. Hace dos mil años, Platón denominó a este continente perdido Atlántida y habló con admiración de su cultura y su belleza.

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La Luz Espiritual del Mundo, la kundalini de la Tierra, una energía en forma de serpiente enroscada en las profundidades de la Tierra, residió dentro de este antiguo continente durante miles de años. Fue esta energía espiritual la que hizo que otras culturas acudieran de todas partes del mundo a la Atlántida en busca de iluminación, tal y como los modernos buscadores viajan de todo el mundo a India y Tíbet.

Aquel inmenso asteroide realmente se precipitó desde los cielos tres mil años antes del fin de la Atlántida, pero constituyó la razón física de la desaparición del continente. La kundalini de la Madre Tierra, la Serpiente de Luz, pronto iba a empezar a mudarse a un nuevo lugar para aportar equilibrio a lo que rápidamente se iba a convertir en un nuevo mundo. Un mundo nuevo, quizá, pero este impacto iba a significar el hundimiento y la muerte de la Atlántida.

Debes recordar siempre que no existen los errores. Todo sucede por razones que afectan a todos los tipos de vida, en todas partes y con absoluta precisión. Los sacerdotes internos del antiguo continente de la Atlántida, la Hermandad Nakkal, sabían, gracias a su conocimiento interior, el lugar exacto al que se mudaría y en el que se establecería la Serpiente de Luz, enroscada como una sierpe en el interior de la Tierra, para hibernar durante otro largo ciclo de trece mil años, y que al cambiar su situación obre la superficie del planeta cambiaría también la forma en la que los seres humanos interpretan la vida. La Hermandad Nakkal sabía que tendría que abandonar la Atlántida y mudarse al lugar donde la Serpiente de Luz iba a encontrar su nuevo hogar.

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También sabía que, dondequiera que se instalara la Luz del Mundo, las personas que habitaran en esa región se iban a convertir en los grandes maestros espirituales del planeta. Siempre ha sido así, pues esta Luz afecta a las personas que viven cerca del lugar donde reposa y les lleva de forma natural a un estado de iluminación que depende de su capacidad para recibirlo. Los habitantes de esta nueva región iban a comenzar a despertar y a recordar su íntima conexión con todo tipo de vida, en todo lugar, y con Dios. Con el tiempo recordarían incluso el lugar sagrado del interior de sus corazones donde reside Dios y donde dio comienzo la creación. Y en su recuerdo, se convertirían en luces espirituales para el resto de la humanidad simplemente por su propio ser.

Con el tiempo, los nakkals siguieron a la Gran Serpiente Blanca de la kundalini de la Tierra hasta una zona remota situada en las alturas de los Himalayas, en una región occidental de lo que hoy día se denomina Tíbet.

Cuando finalmente la Atlántida se hundió, hace unos trece mil años, sus sacerdotes externos (no los nakkals internos) la abandonaron rápidamente en lujosos barcos. Se vieron forzados a salir del país por los terremotos, los volcanes y los incesantes hundimientos de tierras y avenidas de agua. No se trasladaron muy lejos. Los sacerdotes externos llegaron a las costas de lo que en la actualidad es la península del Yucatán, en México, y hoy día los conocemos como los Mayas avalado por el documento en piedra encontrado por los arqueólogos en Yucatán, denominado Códice Troyano,) que se guarda en el Museo Británico. Se estima que tiene al menos tres mil quinientos años de antigüedad, fue traducido por el historiador Augustus Le Plongeon y describe con gran detalle el hundimiento de la Atlántida.

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El calendario que los mayas tienen en el presente fue creado originalmente durante la época en que la Atlántida estaba viva y en buenas condiciones, y fue llevado en mano a Yucatán por los sacerdotes en su fuga de una muerte segura.

La Gran Pirámide Blanca Los nakkals, los sacerdotes internos de la Atlántida, llegaron a Tíbet con tremendas dificultades para comenzar la construcción de una de las mayores pirámides del mundo.
Es una pirámide hecha de sólidas piedras blancas y que, en la actualidad, da la impresión de haber sido creada en tiempos modernos, pues su estado de conservación es perfecto. Parece completamente nueva.

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Esta Gran Pirámide Blanca tenía dos misiones simultáneas: marcar la localización exacta de la energía kundalini de la Tierra y enfocar esa energía en beneficio de la humanidad. Creó una zona de energía que abarcaba enormes distancias; los habitantes de aquella región iban a experimentar unos cambios muy especiales en sus mentes, cuerpos y corazones. Algunos iban a cambiar más que otros, pero con entrenamiento los cambios iban a ser inevitables. Esta influencia sobre las personas hizo surgir grandes maestros espirituales, cuya iluminación alcanzó al resto del mundo. Tíbet, algunas partes de China, India y Nepal se convirtieron en el nuevo centro de la Luz del Mundo Tuvieron que pasar casi seis mil años antes de que la raza humana comenzara a recordar lo que realmente era y la civilización volviera a florecer una vez más. Durante todos esos miles de años, los nakkal permanecieron junto a la Gran Pirámide Blanca para protegerla y para prosperar con su energía iluminadora.

Lentamente, la influencia de la Serpiente de Luz comenzó a dar vida a grandes almas como Lao Tzu, que escribió el Tao Te Ching {Libro del recto camino}, una de las obras más importantes jamás creadas. Y por supuesto, creó el / Ching, probablemente el libro más asombroso que se haya escrito nunca y que provino también de esta región. Buda vivió dentro de su área de influencia y creó el budismo, una religión mundial que, según mi experiencia personal, posee más que ninguna otra un profundo entendimiento de los campos de energía humanos y unas dimensiones de consciencia que sobrepasan la consciencia normal de cualquier otra religión. El budismo tibetano es la única religión que aún recuerda la Mer-Ka-Ba, el cuerpo humano de luz, y lo que es más importante: lo que significa y cómo crearla y utilizarla. (La Mer-Ka-Ba es el campo humano de energía que se extiende esféricamente entre ocho y nueve metros, en todas direcciones, a partir del cuerpo físico.)

Los mayas actuales sabían, gracias a su asombroso calendario, el más exacto que la humanidad haya creado jamás, que se estaba acercando una época especial. Como el gran Sol que se asoma para desvelar el cielo matutino y la belleza del mundo vivo, algo tremendo estaba comenzando a moverse en el interior de la Tierra, algo que iba a desvelar un secreto fantástico que el alma humana perdió hace ya mucho tiempo. Muy dentro del vientre de la Madre, una energía ancestral comenzaba a moverse lentamente de un lado a otro, de una forma muy parecida a la de una serpiente que se desliza sobre la Tierra. Esta energía con aspecto de serpiente comenzó a despertar y a sentir la necesidad imperiosa de hallar un nuevo hogar y una nueva forma de expresar la vida mientras la constelación de Acuario, lentamente, comenzaba a ejercer su influencia.

¡Cada doce mil novecientos veinte años, este impulso resulta innegable!

En 1949,  China invade Tíbet y la Serpiente de Luz comienza a moverse

En ese mismo momento, tras un descanso de trece mil años, la Serpiente de Luz comenzó a deslizarse desde el interior de la Gran Pirámide Blanca de Nakkal hacia la superficie de la Tierra. Lentamente al principio, más y más deprisa después, esta energía kundalini comenzó a moverse a través de Tíbet. Luego, en un solo día, abandonó el país junto con el Dalai Lama y pasó a India. Fue casi como si el Dalai Lama invocara a la Serpiente para que abandonara Tíbet.

Pero este movimiento de la Serpiente de Luz hacia India fue sólo el comienzo de un viaje terrenal muy, muy largo, que con el tiempo iba a atravesar la mayor parte del planeta, exactamente igual que había sucedido cuando abandonó la antigua Atlántida para mudarse a las alturas de las montañas tibetanas trece mil años antes.

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Los ancianos mayas se reunieron para celebrar juntos una ceremonia por lo que el calendario maya estaba profetizando: el final de un gran ciclo y el comienzo de un nuevo ciclo y un nuevo mundo; un mundo en el que todos los cielos se abrirían a la humanidad y seríamos libres de explorar nuestro entorno natural de espacio, tiempo y dimensión más allá de la Tierra. La profecía había predicho una época de maravillosa paz y crecimiento espiritual. Los mayas guatemaltecos predijeron el comienzo de este nuevo ciclo para el 19 de febrero de 2013. ¿Y por qué no el 21 de diciembre de 2012, como se había predicho considerando el momento del cambio de la PE a Acuario? Lo siento, no lo sé. Esta pregunta habrá que hacérsela a los propios mayas guatemaltecos, pues son los únicos que realmente pueden entender el porqué de esta discrepancia de dos meses.

De este modo se inició el regreso del calendario, los conocimientos y las profecías mayas. En esa época, el mundo exterior no supo nada de este intercambio, aunque tampoco les importaba. El materialismo era lo que regía el mundo. El hombre industrial interviene Con la mejor de las intenciones, algunos exploradores del conocimiento, como José Arguelles y muchos otros, comenzaron a estudiar el calendario maya con la creencia de que los mayas de México mantenían sus conocimientos intactos.

La Serpiente de Luz busca su nuevo hogar La Serpiente de Luz siguió al Dalai Lama a India, pero no se quedó allí. Continuó moviéndose, abriéndose camino gradualmente a través de todas las regiones de la superficie de la Tierra.

Mientras tanto, en las alturas de las montañas de Perú, un hombre plenamente iluminado llamado Óscar Ichazo, junto con otros doce hombres que le rodeaban como los apóstoles rodeaban a Jesús, estaba listo para ayudar a la energía kundalini de la Tierra a cumplir su recorrido y para preparar al mundo para la nueva era que se avecinaba. Esperaban que la Serpiente de Luz se asentara en las altas montañas del norte de Chile antes de finales de los años sesenta y que en esa época su trabajo pudiera comenzar.
Óscar viajó a Estados Unidos con uno de esos doce grandes hombres, Claudio Naranjo, a mediados de los años sesenta para presentar al mundo industrial una antigua forma de conocimiento basada en algo que no se comprendía en aquella época, la geometría sagrada, que Óscar denominó Arica.

Claudio también se preparó para presentar otra forma de conocimiento, basada en la obra del gran ruso Sufi Gurdjieff, y que provenía de lo que recibe el nombre de eneagrama, un sistema de conocimiento que liga la transformación humana al sonido y a la música. Claudio iba a presentar un aspecto poco conocido de esta sabiduría, por la cual la personalidad humana puede ser dividida en veintisiete formas. Su propósito era sencillo: ofrecer al mundo industrial una herramienta para salir de la rueda de los «tipos de ego» y acceder al mundo superior de la iluminación. Creía que, al hacerlo, comenzaría a cambiar a todo el mundo, sacándonos de la vida materialista que llevamos, de forma que pudiéramos acceder a los chakras superiores y al mayor potencial humano.

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Pero todo esto finalizó unos cuantos años después de haber empezado. En un solo día Óscar paralizó la escuela que había puesto en marcha, y que se había extendido por todo Estados Unidos, y volvió a Perú. ¿Por qué? Muy sencillo: la Serpiente de Luz estaba bloqueada, su culminación no llegaba a tiempo (al menos según lo que interpretaba la mayor parte del mundo indígena) y nadie sabía cuándo lo iba a hacer. Los mayas, por supuesto, sabían con exactitud en qué consistía el problema, cómo corregirlo e incluso cuándo sería corregido. Pero permanecían en silencio y esperando. La ceremonia del águila y el cóndor Ellos sabían que este problema no podría solucionarse hasta que no se llevara a cabo la ceremonia del águila y el cóndor. Así lo afirmaba su calendario. También sabían que mover el flujo de poder de la gran Serpiente de Luz iba a requerir más energía humana que la contenida sólo en América Central y del Sur.

El 19 de febrero de 2001, tal y como había predicho el calendario maya, este pueblo y otros doscientos de América del Norte, Central y del Sur se reunieron en Guatemala, y la ceremonia del águila y el cóndor tuvo lugar al fin. Todo está documentado en una preciosa película titulada El camino blanco: visiones de los indígenas de América, que se cita al final de este libro.

Cuando la ceremonia quedó concluida, ya se podía por fin hacer algo para ayudar a la Serpiente de Luz a encontrar su lugar de descanso, aquél donde podría enroscarse en las profundidades de la Tierra durante los próximos trece mil años y presentar al mundo entero los nuevos conocimientos espirituales y la energía que iba a necesitar la raza humana para seguir su camino.

Al mismo tiempo, allá arriba, en las alturas de los Andes del norte de Chile, ciento doce tribus estaban sentadas en un enorme círculo esperando la llegada de la Serpiente de Luz. El sitio exacto había sido ya predicho por los mayas, y las tribus rodeaban el lugar, cantando y bailando, haciendo de esta ceremonia el acontecimiento humano más importante en miles de años. También ayudaron a convertir a este diminuto trozo de tierra en la región más sagrada sobre la superficie del planeta.

Estos hombres y mujeres puros siguieron celebrando ceremonias hasta muchos meses después, cuando la Serpiente de Luz finalmente reptó hasta su casa y entró en su sagrado lugar de descanso en la Tierra. Es un lugar que transformará la zona de Chile y Perú en unos nuevos Tíbet e India, un lugar en el que nacerán grandes maestros; unos maestros que serán brillantes luces para el mundo, tal y como lo han sido los de Tíbet e India.

2 comentarios:

  1. Bella historia, gracias por plasmarla y darla a conocer.

    Abrazos de Luz.

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  2. gracias por compartir esta historia.
    Amor y luz námaste.

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