Cada día respiro hondo,
respiro, como si la vida dependiera del aliento
de la primera respiración consciente,
de cada mañana,
respiro hondo y doy gracias,
por poder abrir dentro de mi,
las arcas cerradas donde yace
la luz tibia y tranquila
a la espera
de que un día logremos descifrar los enigmas
de nuestra propia existencia
y con ello dilucidar la verdad que tanta falta nos hace
Dicen los Toltekas, que uno, sólo puede hablar sobre aquello que ha experimentado, pues hacerlo es lo único que te otorga la autoridad para afirmarlo. Esto hace también, que refrendes la propia verdad desde la sabiduría y no desde el particular enfoque de la percepción de la mente.
Atestiguar en estos tiempos, la trascendencia a partir de la propia vida, no es fácil de expresarse, ya que las palabras no suelen dar de sí, para dar paso a los acrecentados marcos de referencia, vencidos por la inminente evolución de consciencia. Acomodarlas de forma que den a luz los nuevos conceptos, conlleva en estos días, una verdadero reto y una irremplazable capacidad artística.
Le aprendí al “curso de milagros” que la verdad, no es algo que puedas conjeturar, sino más bien es algo que se te es revelado. Y no proviene del externo mundo de la ilusión proyectada, sino de la capacidad de rendir los criterios para ser llenado desde adentro, con el saber resguardado en la memoria del alma. Intromisión es un término que muchos confunden con reflexión mental y al hacerlo, pierden una y otra vez, la conexión con el lóbulo derecho director del misterioso nagual interno.
Consciente estoy, de que al verter aquí, lo que llevo dentro, muchos, chocarán irresistiblemente contra el muro de contingencia de la historia planetaria mal contada, desde los inicios de nuestra quinta raza humana. Sin embargo, mi corazón ávido de libertad, me suplica incólume, que intente la osadía, aunque con ello machuque y magulle los paradigmas estigmatizados de mi existencia.
Nadie, me influye, nadie me insta, ni me gobierna. Soy, por órdenes supremas una servidora simple, que atestigua con su ser, el paso irrevocable y necesario hacia una nueva estadía de consciencia unitaria.
Desde ahí, sin precio de por medio a mis palabras, hablo desde la absoluta transparencia y voluntad cedida hacia mi amoroso servicio.
2012 nos ha traído la GRAN HORA a cuestas. La hora de salir de las brumas espesas generadas por nuestro exilio involuntario del omnipresente cosmos. Nos ha llegado el tiempo de rasgar el capullo donde tan obtusamente nos hemos refugiado de nuestras vinculaciones sagradas. Amanece y aún tenemos los ojos cerrados.
Abrirlos y deschinguinarlos será cuestión de valentía que no hay que confundir con bravura, ya que para estos términos específicos, la “valentía” cobra especial definición en la magnánima tarea de salir del autoengaño.
Señores, seres emergentes convidados al gran banquete, la cena está servida y muy probablemente, nuestras apetencias no están considerando los nuevos platillos destinados a la Fiesta Suprema Conmemorativa del Cierre Mayor de Ciclos.
Hay que entender que sobre la mesa están los ingredientes guardados secretamente, por la fuerzas avasalladoras del régimen masculino y su director oficial la “razón pura”. Hay que entender que tras su supuesta verdad existen las toneladas de mentiras que han disfrazado por eones, sus ambiciones desmedidas de posesión y poder, mal disimuladas.
Siéntate y disponte, que el repertorio apenas comienza... la “entrada” obligada es una deliciosa botana hecha de retazos de Atlántida y habitantes planetarios que dejaron huella de su existencia grabados por todos lados. Y si les parece incomprensible, sólo soliciten un calendario azteca y observen la claridad con lo que los “soles” marcan el inmutable ciclo de 25,600 años dividido entre sus 5,120 años de cambio de orientación de nuestro eje magnético planetario.
Apenas vamos abriendo el apetito, y nos llega la sopa, bien calientita. Sopa de vestigios ancestrales cósmicos, también muy bien aderezados de fantasías malversadas y enterradas en los sucios cajones llamados “mitología”. Históricamente un fraude, humanamente un suicidio. Negar nuestras raíces estelares, no ha hecho por nosotros, más que pudrir nuestros orígenes y lacerar nuestros sutiles y vagos recuerdos. Mejor bajen la sopa con un trago grueso de vino, porque el siguiente plato está más fuerte.
Llega la hora de la carne. Carne de demonios mal llamados y tergiversados por decisiones frívolas y manipuladoras, que con cuernos y colas rojas, le dieron al “conocimiento” la más apabullante de todas las negaciones. La evidencia flota por todos los espacios aromatizados por fraudulentos inciensos y mirras pecadoras. Carne de mujeres siniestras condenadas a las hogueras de la bajeza humana, que decidió aniquilar de cuajo la secreta e inmaculada verdad femenina sagrada.
Bueno quitémosle lo quemante a este platillo, con una fresca ensalada. Ensalada de paradigmas ilusorios generadores de sufrimiento y miseria humana: Un Dios que todo lo pasa y todo lo resuelve; Una vida que empieza con dolor y acaba con muerte; Y una historieta de amor que conduce a apegos infructuosos de necesidades no atendidas. Fresca la ensalada muy fresca, tan fresca que ha de mitigarse con sobre consumos alcohol y de evasivas drogas.
El pan nuestro de cada día. Ahí en las canastas de la abundancia asignada sólo para unos cuantos. El trigo transgénico mortalmente venenoso ha creado tras de si gorduras enfermizas apropiadas para la necesaria esclavitud consumista del sistema.
Y de postre, lo que faltaba, la deliciosa ignorancia que esconde tras de sí la insoportable levedad del ser envuelta en chocolate amargo. ¿Qué hay de todo lo nos muestra el universo cada día? ¿Qué hay? ¿Por qué nadie habla de último tránsito de Venus sobre el sol, que cierra la estrellita que cierra la estrella, que cierra la estrellota de una vuelta cósmica donde los engranes conducen a una elevación frecuencial inminente? ¿Qué hay de la medición Shumann que ha alcanzado ya los 12.9 mhz? ¿Qué hay del colapso de la capa magnética? ¿Qué hay de Nibirú y su evidente entrada al sistema solar? ¿Qué hay de la convergencia de las profecías y sus anunciadas advertencias? ¿Qué nos dicen los insistentes y advertidores agrogramas? Pareciera, por Dios, “la crónica de una evolución anunciada”:
Todos duermen, que pena, estando tan opulenta la cena.
Unos refugiados en su inconsciencia. Otros creyendo que los “salvadores” llegarán muy pronto. Otros más, obstinados en sus fanatismos positivistas, creyendo que porque no lo piensan, no va a suceder. Por piedad, ¿quién sostiene la objetividad? ¿quién?
El Universo, Dios hecho creación en si misma, es un puntual reloj de coincidencias perfectas y amorosas, que conllevan a una evolución incitada y propuesta. Nadie detiene su paso preciso e inteligente, nadie ni siquiera lo comprende, ni lo contempla, vaya desfachatez aunque sea efectuada involuntariamente. Las llamadas fueron muchas, las señales han estado por todos lados, ahora sólo falta que los tiempos se cumplan.
En ti está salir de la caja chica. En ti está dejar las chinguillas para abrir los ojos y darte cuenta. No hay catástrofes, no hay rescatadores, sólo hay elecciones conscientes. Dios no hará la tarea por nosotros, no es negando la realidad como se transmuta, es necesario ser neutral, ser objetivo, generar conocimiento a la vez que misticismo. Ser Luz, luz elctromagnética, oscuridad y luminosidad integradas. Morir a la ilusión, regresar a la verdad, encontrar tu silla. Si amigo, para esta fiesta hay lugares asignados, y mi consejo para ti es, que lo encuentres cuanto antes, porque la hora anunciada ya alborea su llegada en el crepúsculo del amanecer de una nueva vida humana.
La verdad no es romántica ni bonita,
ES lo que ES...
en servicio,
Deihanna Mashd
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Cuando una banda de visionarios se une para empujar los límites del universo conocido, abren de par en par las puertas atascadas de la evolución para todos....
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