miércoles, 29 de diciembre de 2010

La historia de mi cristal

Audrey Alana

audrey_alana@yahoo.com.ar

Bs As, 29 de diciembre de 2010

Durante mucho tiempo, cada vez que me iba a dormir por las noches, entre el momento en que la cabeza bajaba hacia la almohada y llegaba a ella, surgía una imagen clara ante mis ojos cerrados, en mi mente, de un cielo estrellado. Era un flash, así como aparecía se iba al instante, pero lo suficientemente repetitiva cada noche como para percatarme conscientemente de ello. No lo buscaba, no lo provocaba, no era mi memoria buscando traerla, sino que surgía de la nada y se iba. Además soy de las personas que ni bien apoyan la cabeza en la almohada ya están dormidas.

Un día, asistí a un curso de lectura de registros akáshicos de un solo día de duración, y tuvimos una práctica de lectura en parejas. Me quedé muy impactada con la información que recibí.

Esa noche me desperté a la madrugada porque estaba excitada con lo recibido y pensando, tratando de integrar lo que me habían dicho volvió a surgir nuevamente el flash, la imagen del cielo estrellado. Y ahí supe, lo que esa imagen significaba para mí. El mensaje estaba entregado. Yo había entendido. Nunca más volvió a aparecer esa imagen otra vez.

El mensaje tenía que ver con mi misión, con mi propósito y está relacionado con la comunicación en primera instancia. Hay otro aspecto relacionado, pero aún no se me ha develado completamente.

En este año que estamos finalizando (2010), estuve preparando en mi mente y en mi corazón un viaje a lugares sagrados a los que me gustaría algún día visitar, conocer, entre ellos Monte Shasta.

En vista a ese posible viaje me compré un cristal de cuarzo tallado en 12 caras y con terminación en ambos vértices (doble terminación), del tipo VOGEL.

Ese cristal serviría para mantener la integridad de mi aura frente a las energías de tan alta frecuencia que prevalecen en los sitios a los cuales me gustaría ir.

Ni bien compré el cristal me interioricé acerca de los cristales. Compré un libro y leí y aún estoy leyendo todo lo que puedo acerca de ellos, de su uso y de su cuidado.

He tenido la precaución de que no quede expuesto al ojo de nadie más que yo y que nadie lo manipule a excepción de mí. He respirado sobre él, infundiéndole mi aliento, lo recuesto sobre un papel que tiene mi firma y lo expongo al sol rodeado de cuarzos blancos dispuestos en círculos en un lugar serrano cada mes. Lo he colocado en un lecho de miel y pétalos de rosas dentro de un bol de vidrio para su limpieza. Lo lavo con agua y lo coloco en mi mesa de luz todas las noches. Cuando lo traslado lo hago en una bolsita de terciopelo verde, envuelto previamente en papel tisú.

A pesar de esos cuidados un día se me cayó y se astilló una arista de una cara. Pero algo sucedió, aunque parezca increíble se autoreparó.

Todas las noches antes de dormir, lo miro y veo sus cambios. Soy testigo de toda la actividad que tiene y no deja de asombrarme.

He visto cómo desde uno de los vértices descienden manojos de cristalitos. Son como hilitos rectos con nubecitas geométricas que bajan y bajan. Por otra parte, comencé a notar que en el cuerpo del cristal empezaron a aparecer unos puntitos negros bastante grandes como si fuera “mica”. Con el tiempo aparecieron cientos de puntitos blancos, como una estela, muy distintos a los negros, mucho más pequeños, realmente “puntitos”. En cierta forma, el medio se espesaba dando la impresión óptica realmente de un espacio, de un verdadero cielo estrellado.

Yo lo miraba cada noche a la luz de una lámpara y decía “es un cielo estrellado, mi cielo estrellado”. El del flash.

Ayer, martes 28 de diciembre de 2010, hubo cortes de luz muy prologados, de horas en la zona donde vivo. Cuando me fui a dormir por la noche no había luz, y en la oscuridad y con una linterna iluminé mi cristal para verlo, como hago todas las noches desde que lo compré. Y oh, me quedé asombradísima. En la oscuridad y con la luz enfocada sobre el cristal el efecto fue maravilloso. Fue ver puntos grandes encendidos con fuerza, como se ven algunas estrellas y otros más débiles, como se ven las constelaciones. Variando el ángulo con el que incidía la luz se profundizaba el efecto o variaba.

No puedo con mis palabras explicar lo que vi a través del cuerpo del cristal cuando lo expuse a la luz enfocada. No estábamos en la tierra, estábamos en el espacio.

Lamentablemente no tengo conocimiento de los mapas del cielo con sus estrellas y constelaciones, pero me preguntaba ya antes de lo que pasó anoche, si no habría un patrón, si no se me estaba mostrando algo en particular, más allá de lo que describo arriba.

Supe por otras instancias que en otros tiempos, en Atlántida trabajé con cristales. No recuerdo nada obviamente, pero no abandono la esperanza que todo lo que fue aflore en algún momento otra vez y me complete en esta vida.

Para mí por ahora, mi cristal es un misterio que me asombra cada día y me conecta quizás sin saberlo aún, con mi propia esencia.

3 comentarios:

  1. Canalizações falsas, como esta destes avistamentos massivos,publicada em 29/12/2010, comprometem toda a credibilidade do Blog. Como acreditar nas demais canalizações??? A exemplo desta, todas as demais também podem estar contaminadas, podem ser tabém falsas. Não me venham dizer que uma canalização pode ou não pode ser cumprida! Acredito que se ela se cumpre é porque a mensagem é verdadeira, se não se cumpre é porque a mensagem é falsa e o canal, se não for um embuste, foi enganado ao receber e transmitir a mensagem. De qualquer maneira, este tipo de canalização desmoraliza todo o Blog. Uma laranja podre contamina as demais contidas na mesma cesta.

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  2. hola Lessandro.
    Primero te quiero decir que te equivocaste de mensaje.
    segundo, espero que no creas enserio que una naranja podrida puede contarminarnos a todos los demas. porque si es así, que clase de trabajadores de la luz seriamos, y donde quedaría nuestro disernimiento. Seria demasiado facil y servido en bandeja para la oscuridad, no te parece??

    30 de diciembre de 2010 10:29

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  3. Hola.
    Las experiencias puras de cada ser son maravillosas sin lugar a dudas, hacen que el que las viva sea y se sienta dichoso hasta más no poder...¿Sería muy atrevido si preguntara abiertamente con qué intención, o para qué (que es lo mismo) ha publicado Audrey esta experiencia? No se lo pregunto a Alexiis, te lo pregunto a ti, Audrey, para que no haya confusión.
    Sólo mi interés personal me lleva a formular esta pregunta...mi interés por saber... mi interés por entender a mis semejantes.
    Gracias de antemano.
    ¡Amor!

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