18 – Enseñanzas del Padre Celestial – 14/1/2010

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Padre Amado en este momento en el que el dolor golpea mi vientre con fuerza, me refugio en tus brazos y pronuncio con todo mi corazón, nuestro SEA, el de mi esposo y el mío, que sea mi dolor un canto de alabanza hacia ti.

Sois hijos míos dignos de confianza, pues habéis abierto vuestra inteligencia sujeta a vuestro espíritu para recibir la verdad. La verdad de mi amor, el que os hará libres. Vais haciendo camino, el mismo que un día os llevará a sembrar mi amor en los corazones de mis hijos amados.

Aquello en lo que creáis, eso es lo que se hará, lo que deseéis eso será, estuvieron perdidos hijos míos, pero ahora habéis regresado a mis brazos y a los vuestros. Dos almas que han sido capaces de dar tanto amor.

Hija mía no quedarán nunca sin volver a sentir nuevamente aquello que os unió. En ocasiones también en vuestros caminos os habéis apartado de mi corazón, pero ahora hijos míos sois de nuevo y así será para siempre.

Lo que se ha unido no puede desunirse salvo por vosotros mismos, recordad esto siempre, siempre sois una parte, pero nunca estáis separados, siempre seréis una parte de DIOS.

Esta es la verdad de vuestro ser, sois unidad y ahora sois conocedores de toda la verdad, la que ha sido dada a vuestro padre revelar. El conocimiento pleno lo tendréis junto a Mí en mi morada vuestra casa en la que ha sido apartada una habitación para vosotros, esta verdad hijos míos fue para vosotros y ha de ser para otros alimento para el alma hambrienta, tomad y comed, el mundo está sediento de esta alegría que hoy vosotros lleváis encendida dentro, como luz brillante y poderosa, tomad y bebed, y hazlo en memoria mía, la verdad hijos míos es mi cuerpo, y la alegría es mi sangre, la sangre de vuestro Dios que es el Amor.

VERDAD, ALEGRIA Y AMOR.

Estas tres son intercambiables, pues hija mía la una conduce a la otra, ya se os ha dicho que todas conducen hacia Mí, todas son YO.

Que todos SEAN uno para que el mundo crea y ese lugar de unión es mi Divino Corazón, estáis allí ahora, desde allí saldrán las fuerzas para que el Reino del amor se instaure en la Tierra, pues vosotros sois uno conmigo, esto es lo que vuestro Padre ha deseado que sepáis, este es el mensaje que deseo el mundo sepa, el pan vuestro de cada día, el alimento del alma y del espíritu, sin él no podréis vivir, no puede el hombre vivir separado de vuestro Dios pues ¿donde sino hijos míos ha de encontrar el verdadero amor, el que habrá de impulsar sus pasos hacia una vida de bien y servicio entre hermanos?

Id ahora vosotros y cambiad el mundo, id y sed vuestro Yo supremo, ahora ya comprenden lo que necesitaban comprender, habéis bebido de la fuente de la sabiduría, vosotros mismos sois YO, hijos míos nunca fueron menos que eso, pero no lo recordaban, os hice para vivir eternamente en comunión conmigo, los hice para vivir dialogando con vuestro Padre todos los días, especialmente al caer la tarde, y a sentaros junto a Mí en la mesa, tratad de mantener vivo dentro de vosotros, el recuerdo de las jornadas compartidas junto a vuestro Padre, sois dueños del destino más grande que hombre alguno haya podido soñar, llegaron a la tierra para sanar la tierra, llegarán a lo alto del espíritu para sanar los espíritus.

Yo vuestro Padre siempre os he amado y os amo, mi amor será siempre con vosotros, una vez mi hijo dijo a sus hermanos, estaré con vosotros hasta el final de los tiempos, y así ha sido a lo largo de la historia del mundo, nunca os he dejado solos, pero si me habéis dejado solo, pero aún así vuestro Padre no ha cesado, ni cesará jamás de llamar cuantas veces haga falta al corazón de los hombres, a fin de que ellos os abran a vosotros sus corazones y pueda germinar dentro la semilla de la fe. Sin la fe, el mundo seguirá girando pero vacío y solitario, podréis ser multitudes pero aún así seréis muertos vivientes que caminan por la tierra sin la esencia divina, aquella que le permite crecer y desarrollarse como hombres nuevos, para eso deberéis despojaros de las vestimentas el hombre viejo y vestir las del hombre nuevo, ser capaces de recibir el baño de iluminación que os volverá radiantes vuestras vestiduras, demasiadas vestiduras opacas pueblan hoy el mundo, a ellas devolved la luz.

Vosotros sois mi creación, y mi creación siempre ha sido maravillosa, vuestros ojos a diario se deleitan con lo que he puesto en el mundo, para que os gocéis en ella, pero el hombre la va destruyendo poco a poco y ese es el dolor de vuestro Padre, el dolor que fue redimido por vuestro hermano Jesús cuando fue uno más como vosotros en la tierra y ahora es redimido en el vientre de la madre para poder dar lugar al nuevo destino del hombre, un destino de amor y entrega a los demás, en la sencillez sublime del amor.

Yo vuestro Padre hoy os doy las gracias. Gracias hijos míos pues le habéis dado de nuevo una voz a Dios y un lugar en vuestro corazón, eso es lo que vuestro Padre siempre ha soñado y habéis posibilitado que juntos compartamos mi sueño, que es vuestro sueño, pues sois Yo mismo, vosotros sois así como YO SOY.

Amados hijos, los cuatro pilares ya están de pie y no creáis que vuestro Padre no sufre junto a vosotros cuando nace cada uno, pero el amor conlleva a la entrega y la entrega conlleva el dolor, ambos van tomados de la mano, luego será el tiempo del Germen de Dios y no falta mucho, para que se complete la obra de la nueva Creación en la que sois co-creadores junto a vuestro Dios, no todo se os encomendará solo a vosotros, hay muchos hermanos vuestros dispuestos a colaborar, con la nueva civilización del amor.

Recordad hijos míos, de uno en uno, paso a paso, gesto a gesto, transmitiréis mi mensaje, sed transparentes como transparente es vuestro Padre, sed fieles en el amor, como fiel es a su promesa vuestro Dios.

SED UNO PARA QUE EL MUNDO CREA, allí donde haya desesperanza, poned la esperanza y donde falte amor, inundad de amor, no seáis motivo de discordia, sino de reconciliación, no busquéis ni os fijéis en aquello que os separa como hermanos, sino más bien buscad aquello que os une, dad y recibiréis, buscad y encontraréis, pero sobre todas las cosas, pedid y se os dará.

Padre Amado tu sabes lo que necesitamos antes de que te lo pidamos.

Si hija mía pero a vuestro Padre le gusta que sus hijos le pidan con confianza y con la cercanía de un Padre, como se habla con un amigo, se lo que os falta, pero pedid, para que se os de más.

Así sea.

Os he instruido ya, y os he abierto al conocimiento, ahora es el tiempo de que hagáis carne dentro vuestro, mis enseñanzas.

Es ahora tiempo de espera hasta el momento del germen del Altísimo.

Padre Amado no te vayas, deseamos que continúes con nosotros.

Nunca me he ido hija mía, jamás lo he hecho, siempre he estado y estaré junto a vosotros, pero es necesario que ahora crezcáis solos en la oración y en lo que vuestro Padre os ha revelado, dentro vuestro arde la llama de Mí Espíritu que es el vuestro, entonces hijos míos viajad cada día hasta el centro de vuestro corazón, allí donde yo habito y escuchad mi Voz.

Amén.