Recibido por Susana.
MADALA – madalac@hotmail.com
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"Yo soy la luz que os ilumina incansablemente....Yo soy vuestra madre, la Madre María.
Soy ese cálido amor que sentís en vuestro corazón, hijos míos, os amo eternamente.
Ayudo a que vuestras heridas se sanen.
Hoy quiero hablaros de la misericordia, pues ella abre todas las puertas de allá, donde ni siquiera creéis que así pueda ser.
Tened misericordia y compasión por cada ser que se ponga en el camino, ángeles en la tierra, que vinisteis con una misión, la de ayudar a través de vosotros y el ser interno a sanar y a ayudar a abrir conciencia con la sanación del Espíritu Santo, que no es otra cosa que la conexión de vuestra verdadera naturaleza espiritual.
Ángeles de luz, trabajáis con mi esencia, pues como bien dijo Jesús, aquí en la tierra, lo que Yo soy, vosotros también sois, ya que todos somos hijos de un mismo Padre Celestial.
La conexión con la Madre Tierra trae consuelo y paz para el mundo, no dejéis de dar los mensajes, aunque a veces, estéis tan limitados en vuestra forma humana que no los acabéis de entender del todo.
Tened también compasión por vosotros mismos, cuando tengáis un tropiezo siempre estamos con ustedes. La vibración de luz que recibís es tan intensa, pero inundad los corazones de esta presencia que es la de todos, que el universo entero os esta guiando en el proceso evolutivo de la tierra.
Ya es hora de liberar las creencia que sois inferiores a Dios, simplemente sois uno con vuestro Padre que está en los cielos, hijos míos, os acojo, ya es hora de no sufrir mas, descansad un poco en mi regazo, todos habéis sido creados a imagen y semejanza del Creador Nuestro Padre. Él quiere la evolución del espíritu a través del cuerpo humano, como no podría hacerlo si no es así.
Crear y experimentar, recordad que tras creencias, pensamientos y emociones está el Espíritu divino del que formáis parte, como hijos de Dios Universo Madre y Padre, y ello abre las puertas del cielo.
Yo soy la Madre María, gracias por estar ahí en el camino, que sea la voluntad de Nuestro Padre, no la nuestra.”
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