sábado, 22 de mayo de 2010

TSUNAMIS ÁLMICOS Y ALGO MÁS

(Canalización con el arcángel Anael)

Hugo Arnaldo Gómez
hargos82@gmail.com

20 de mayo, 2010 14:47:18 -0400
http://escritores-canalizadores.blogspot.com

Te voy a repetir lo que dice la amada Madre María, la Mater Magister… La Madre Maestra de la humanidad dice así:

Es tiempo de recogerse

en sus propios regazos

para desde allí proyectar

aquello que necesitan proyectar

[Muestra ángeles con cántaros vaciando agua de color negro del océano, árboles arrancados de su lugar con las raíces hacia arriba, gente que grita despavorida en un idioma que no es español].

         No, porque va a ser en varios puntos del planeta. Pero ustedes que están preocupados de la preservación deben ajustarse… Tienen cinco meses para ajustarse en sus hábitos alimenticios, en sus horas de sueño. Es decir, mayo-junio-julio-agosto y septiembre [de 2010].

       - Anael, ¿te refieres al reloj biológico o al reloj mecánico?

         Es el reloj biológico, porque cambiar los relojes mecánicos, comprenderás que es una locura. Pero tú, si tienes que almorzar a las 13 horas y tu reloj biológico te indica a las once y media de la mañana, por decirte, a esa hora te vas a almorzar sin darle explicaciones a nadie, salvo a tus contertulios [Risas].

         Hay que ajustar el reloj biológico, porque habrá grandes distorsiones dentro de los campos físicos de los servidores de la luz, porque hay que readecuarlos, hay que readecuar todas las funciones orgánicas, ya que la vibración va a ir subiendo más allá del horizonte y más allá de las dudas. Sólo te pido cinco meses, corazón, a ti, a los siervos de la luz, para que se preparen. Pueden comunicarse vía telefónica, vía escrita, vía epistolar… ¿Sabes? Nadie ha pensado en los tsunamis álmicos…

       - ¿Cuáles son esos, Anael?

         Las grandes perturbaciones del alma. Mira, va a haber gran cantidad de personas que van a enloquecer, y pronto. Ahora no existirán psicólogos y psiquiatras que puedan abastecer la población mundial, porque son oleadas de insanía y ustedes van a tener que prepararse para ello, pues van a necesitar de una paciencia más allá del límite humano que están acostumbrados a manejar.

         Las perturbaciones mentales van a estar a todo nivel, desde los niveles superiores que rigen los países hasta los inferiores que habitan en los inframundos carcelarios. Va a llegar un momento en que esto se va a poner como frente a frente.

         Voy a hacer un pedido a las personas que tú contactas: si por favor pueden, en estos cinco meses, entrar en sí mismos y cada uno comenzar a escribir fórmulas que les vamos a enviar vía telepática, conocimientos, percepciones… Tienen que estar abiertos a las percepciones, tienen que inventar (a lo que ustedes llaman “inventar”; a nosotros nos da mucha risa eso, porque no inventan nada) mecanismos de autoserenidad.

         Ustedes han visto en los medios televisivos o en radio y prensa, donde las jerarquías religiosas, económicas, sociales, políticas, han hecho una pregunta de la cual estoy absolutamente ruborizado [vuelve su rostro hacia el lado]: ¿qué está pasando con nuestra sociedad, con estas explosiones de saqueos, de violencia? [Se refiere a aquellos del sismo del 27 de febrero de 2010]. ¡Dios mío! Son los ciegos y los sordos los que preguntan. No son los que están en la luz los que están preguntando.

[Me solicita no publicar lo que transmite en este instante, pues me llegaría una rechifla generalizada].

         Las grandes jerarquías, que debieran ser las orientadoras, le hacen la pregunta a los pobres que están más que perturbados: “¿qué está pasando en la sociedad?” ¿Qué crees tú que está pasando en la sociedad de tu país, donde se ha violado los deberes más santos y más sagrados que son el derecho a la vida, el derecho al pensamiento libre, el derecho a ganarse el pan honestamente? ¿Quiénes han propiciado eso, los mandantes o los mandados? ¿Por qué en vez de orar a un Dios que aquellos han rebajado a una categoría absolutamente humana? y a ese Dios le piden en su humanidad como a un par: “te pido, Señor, que me libres del mal”. Lo gritan en las iglesias, lo gritan en las plazas, lo gritan en los grandes eventos, en los grandes conglomerados de personas: “¡Líbranos del mal!” ¿De cuál mal?, pregunto  yo a nombre de mis hermanos. ¿De cuál mal? ¿De qué mal se quieren  librar los humanos? Pues si no se libran del propio, mal podrían librarse del mal ajeno.

         Hay personas que, cuando lo pierden todo dicen: “no importa, la vida es lo que vale”. Esas personas indudablemente van a salir y van a florecer como florecen entre los riscos, en cada primavera, las flores silvestres de la montaña. Ellas florecerán, pero las que están pensando y sacando cuentas que cómo van a parar sus grandes negocios, que perdieron su auto último modelo y todo eso, ¡quizás! Yo me atrevo a esbozar un ¡quizás!

         Si piensan exigirle a un Dios que han tratado de bajar a la categoría de par, este es un pensamiento inoficioso. Si abren su mente y su inteligencia nuevamente a la observación y al maravillosamente mágico del conocimiento del planeta, del cosmos, de todo lo que los rodea, podrán llegar a la completud de la Era de Acuario, que no cabe duda será maravilloso. Será maravilloso porque… ¿Quién ahora le pide permiso al árbol para arrancarle un fruto de su rama? Nadie.  ¿Quién le pide permiso a un cerro para sacar el cobre? Nadie.

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