Carmen RR – marti68@hotmail.com
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18/01/2010 – 15:09
Queridos Maestros, os pido perdón por las numerosas veces que me habéis llamado y no he contestado a vuestro aviso. Siento muy fuerte la llamada en el pecho esta tarde por eso me conecto, si eres de la luz y vienes de Padre Creador, aquí estoy con todo el amor.
Por favor San Miguel Arcángel protégeme, querido Ángel ayúdame.
…………
Veo letras….y veo una luz… es como si estuviera partida en dos… resplandece…sobre un fondo espacial…
…..A.….N… …I……X….
“Hola querida hermana.
No sé si has podido percibir bien mi nombre…sé que es difícil percibir mi nombre porque no tengo tal, sólo soy energía, de todas formas eso da igual. Yo soy luz, yo soy luz, yo soy luz…
Claro que si, querida hermana, yo vengo de otro mundo, de otro sol y sólo quiero que sientas mi amorosa presencia, sólo quiero que sientas el inmenso amor que os tenemos y en el que os envolvemos; Y desde la energía que somos, desde el puro amor que somos, deseamos que vuestro proceso de ascensión se realice pronto y en la más absoluta felicidad.
No tengo nada más que decir. Así me despido…”
Mantengo el canal abierto, sé que me habéis estado llamando varias veces así que aquí estoy por si hay algo más que transmitir.
…Me viene a la cabeza… ¿¿..Jerje..??…
“Si… Yo soy Jerjes, mi mensaje es el siguiente.
No sirve de nada el ansia de poder, el ansia de conquista, el ansia de poseer.
Sólo si el poder es bien ejercitado y bien conducido y no produce dolor, es bueno.
Pero es muy difícil llegar a ese estadio y que el poder no lo absorba a uno.
Muchas vidas se pierden por las ansias de poder y eso no conduce a nada, porque nada os llevareis de ahí, sois almas en aprendizaje.
Este es mi breve mensaje.
Compartid y agradeced lo que tenéis. Miraos dentro. El poder y todo lo que queráis conseguir reside ahí.”
“Yo soy Jerjes, rey y dios de los persas, grande entre los grandes.
Nadie debe atreverse a desafiar mi poder, menos que nadie esos griegos que nada poseen, salvo su injustificado y desmedido orgullo, que yo aplastaré sin piedad.”
Rey aqueménida de Persia. A la muerte de su padre, Darío I, ocurrida en 486, emprendió la pacificación de Egipto y logró sofocar enérgicamente las revueltas producidas en Babilonia. Instigado por su primo Mardonio, intentó vengar la afrenta que los griegos habían ocasionado a su padre en la batalla de Maratón (segunda guerra médica). Tras derrotar al ejército griego de Leónidas, que pretendía defender el desfiladero de las Termópilas, Jerjes inició el saqueo del Ática al frente de sus hombres y arrasó los santuarios de la Acrópolis ateniense. La flota griega se reagrupó en el estrecho comprendido entre el Ática y la isla de Salamina y derrotó a la de Jerjes (480 a.J.C.). Dejó a Mardonio al frente del ejército de Grecia y consagró los últimos años de su reinado a edificar suntuosas construcciones en Persépolis. Murió asesinado.
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