sábado, 10 de octubre de 2009

LA FUERZA

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De Emilio

emigalla2000@yahoo.com.ar

10 de octubre, 2009

A lo largo de mi vida he conocido a mucha gente interesada es saber qué le va a deparar el futuro. Parece que saberlo les diera más fuerza y confianza para encarar la vida. De hecho, yo he sido uno de ellos.

Hasta que luego comprendí, una vez obtenidas las herramientas para incursionar en el futuro, que más fuerza y más gracia tenía la aventura de enfrentar lo desconocido y poner a prueba si el conocimiento (obtenido por haber estudiado esas mismas herramientas) se había vuelto sabiduría, y si la habilidad para seguir sobreviviendo se había vuelto madurez… y si ambas eran suficientes para salir victorioso de las pruebas futuras.

Es como decir que luego de haber practicado artes marciales con el fin de saber contraatacar y defenderse, uno incorpora esa filosofía y esa seguridad en sí mismo que le enseña que no es necesario hacerlo… es sólo suficiente con aplicar la filosofía.

Ya no son necesarios los golpes de puño ni las patadas para vencer al oponente, sino mejor aún, se trata de transformar al oponente en colaborador o al menos, neutralizarlo sin ejercer violencia. Ese es el verdadero poder, es la verdadera fuerza.

Sin embargo hay ocasiones en las que quiero saber si estoy en el camino correcto o no; de todos modos, hasta los dioses del Olimpo consultaban al Oráculo de la isla de Delfos, en Grecia… ¿y quiénes son ellos más que yo…? Zeus está en mi carta natal, Neptuno también, Plutón, Marte, Mercurio, Venus y todo el resto de la familia… como figuran en la natal de cualquiera. Son todos viejos conocidos míos… y nos tratamos todos los días! Entonces, creo estar autorizado…

En tales momentos, suelo ponerme a barajar con mucho respeto las cartas del Tarot; aunque confieso que ya tengo a mi inconsciente adiestrado para que con una sola de ellas, me ilustre suficientemente. Y luego, a trabajar tratando de interpretar la tirada y aprender de todo lo que me dice…

Algunos tarotistas dicen que uno no puede tirarse las cartas a uno mismo, que no le contestan… estimados colegas, el camino del aprendizaje no termina nunca. A mí siempre me contestan, aunque a veces no me respondan lo que yo quisiera como yo lo quisiera, o no me guste lo que me respondan, lo que es harina de otro costal.

Cuando se trata de tirar las cartas, cuanto más cartas deba emplear quien opera el mazo, menos sabe sobre interpretar la lectura. Una sola de ellas puede darle a uno material para trabajar sobre sí mismo todo un año entero.

Ahora, hacer teatro para poder cobrar más, es otra cosa. Hay gente que cuanto más veces les tiran, más están dispuestos a pagar… porque creen que la cantidad es mejor que la calidad. Allá ellos…

Mezclé, como siempre… y algunas de las cartas me contaron sobre algo que pasó y que ya tenía entendido; otras me indicaron las posibilidades futuras, aclarándome ciertas inquietudes que ya manejaba por pura intuición, y tranquilizándome respecto al futuro inmediato de mi viaje de regreso (acá, entre nosotros… a la fecha, la camioneta no está queriendo arrancar… Já! Y el camino a Neuquén está cortado por los piqueteros de Cutral-Có… menesteres menores, sin mayor importancia). Pero la central, la que más me interesaba, me dio para pensar un largo rato.

Es absolutamente necesario al hacer una tirada que la pregunta sea muy clara y concisa, a fin de que la respuesta se pueda leer claramente. Y la pregunta fue muy justa y concreta. Y también la respuesta. El arcano que apareció, fue el número 11, La Fuerza.

Justamente el número 11, mi cifra numerológica, indicaba claramente que estaba refiriéndose a mí, a mi comportamiento en el nivel sublimado ya que el 11 es un Número Maestro, y no solamente en mi cotidiano manejo como número 2. Me estaba indicando además, que debía aplicarme a mi esencia; ser mesurado, buscar las respuestas en la intuición, tener calma, control sobre mí mismo.

Por otro lado, La Fuerza significa que las cosas se están llevando con la suficiente energía y prudencia, como para que el resultado nos proyecte al siguiente Arcano, el 12, El Colgado, quien termina aprendiendo una lección interior muy importante, la que a su vez lo trasladará a la 13, La Muerte… que no es otra cosa que una profunda transformación y un excelente cambio en la vida.

Un Arcano no tiene un solo significado, sino muchos, y más aún cuando la intuición de quien tira las cartas se despierta frente a la imagen, pudiéndose llegar así a conclusiones asombrosas.

El Arcano de La Fuerza es la figura de una joven, muy bonita y muy bien vestida de rojo, con cabello claro y un sombrero místico que representa al Infinito. (Y es soltera!). Si estuviera tirando las cartas a otro le diría “Hombre! Aleluya…! una linda mujer, de carácter decidido, va a aparecer en tu vida… y te va a poner en tu lugar”. Pero no fue ésa la pregunta. Aunque el Arcano puede estar indicando tantas cosas como las que uno sea capaz de interpretar.

Dado que me siento tan bien en esta zona, en la montaña, y observo que de caminar con precaución pasé ahora a correr y saltar, sin miedo, simplemente pregunté por mi salud. La Fuerza indica fortalecimiento en la salud física y mental ¿Puede ser que me esté curando de las dos? (¿Cuál de las dos estará peor?) El Arcano dice que sí, que me encuentro en franca recuperación.

La Fuerza simboliza el control de las pasiones en pro del triunfo sobre sí mismo. Su sombrero, con el símbolo del Infinito, expresa que el universo está a favor del hecho planteado; que la persona está en el camino de encontrar el equilibrio y dominar la situación.

También se puede entender ese símbolo como la Lemniscata (el 8 acostado, el infinito) que libera de lo que no nos pertenece y de lo que nos perjudica, lo que no deja de ser un triunfo.

Además, “casualmente” la joven se halla en la cima de una montaña, como me encuentro hoy yo, y está rodeada por cerros azulados, que implican la presencia de hielo o nieve en ellos. A otro, yo le podría decir “te vas a curar en la cima de una montaña, que está rodeada de nieve; allí vas a encontrar suficiente fuerza como para continuar”. La cima de la montaña… ¿El volcán? Además, podría deducirse que no es fácil llegar hasta allí, hasta esa altura en la que ella se encuentra; se necesita esfuerzo y voluntad que no flaquee; al igual que para alcanzar el estado indicado por La Fuerza.

Ella está sentada a caballo sobre un león; este Arcano posee el símbolo de Leo, expresando que el manejo controlado de la energía (característica positiva de Leo) sin duda llevará al triunfo. Leo representa a un ser independiente, aventurero, que se construye a sí mismo a partir de su poder creativo, es el segundo Fuego; más armónico que el primero, Aries, que es todo energía dirigida hacia adelante…

En el Arcano, se observa que la joven está cerrando las fauces del león, dominándolo.

“Algunos autores dicen que le estoy abriendo el hocico, en lugar de cerrarlo. Están equivocados, no entendieron la filosofía del Arcano de La Fuerza ni la del Signo de Leo” resonó en mi mente, como si el Arcano hubiese hablado.

“¿Cómo…?” dije sorprendido.

“Sí; las fauces del león poseen músculos muy poderosos para cerrarse, pero muy débiles para abrirse; yo no intento dominarlo en lo que bien sé que no puedo; le estoy cerrando las fauces, venciendo al león con sólo aplicar inteligentemente mi limitada fuerza de mujer” pareció decir el Arcano.

“¿Y qué relación tiene eso con mi salud?” tuve que preguntar.

“Si te mantienes en el camino de encontrarte a vos mismo en equilibrio, te liberas de lo negativo que haya en tu pensamiento y sabes utilizar las fuerzas cósmicas - el Infinito de mi sombrero - , recuperarás la fuerza y la vitalidad a la que estabas acostumbrado antes de accidentarte. No por la fuerza, que sería una operación, sino por medio de la voluntad y el equilibrio, mediante medios alternativos menos agresivos” dijo la joven.

“Entiendo” respondí. “No por la fuerza, sino por el equilibrio, y por lo que veo en tu representación, en medio de la naturaleza y empleando las fuerzas naturales…”.

“Las fuerzas del Todo, aplicadas inteligentemente… “ señaló la joven.

“Comprendo… pero ya que estamos en este diálogo increíble, me gustaría preguntarte por qué la Fuerza está representada por una mujer y no por un hombre, que supuestamente, es más fuerte…” le pregunté.

“¿Qué harías, como hombre, de enfrentarte a luchar con un león?” preguntó a su vez la joven.

“Bueno, evitaría hacerlo… creo que sería más razonable; pero suponiendo que se tratara de un asunto de vida o muerte, emplearía toda mi fuerza, intentando derrotar al león del modo que fuera, matarlo antes de que pudiera matarme…” dije.

“Claro… ¿ves? Cualquier hombre en esa situación buscaría matar al león, empleando toda su fuerza y su coraje, antes de que el león lo mate a él, ¿verdad?” dijo ella.

“Creo que sí, al menos así lo hacían los gladiadores en el Coliseo romano” le contesté.

“Probablemente así intentarías hacerlo, corriendo el riesgo de cometer un error, que podría ser fatal porque entonces el león te destrozaría” acotó ella, y continuó:

“Una mujer, en cambio, en esa situación, consciente de su menor poder físico, buscaría llevar al león al terreno en que ella puede más, en este caso, luchando contra los músculos que abren las fauces, más débiles” contestó la joven… “Ella sabe lo que quiere; no busca destruir al león, sólo busca contenerlo y neutralizarlo. El león representa la fuerza del Yang y en cambio ella, representa la contraparte, el Yin. Al igual que la computadora que sueles usar, el hard (en este caso, representando al Yang) debe funcionar bien, pero además debe estar configurado y deben existir los programas del soft (el Yin) acordes con ese hard, para que al estar en equilibrio, ambos funcionen correctamente. En el caso del león, ella no necesita matarlo para demostrar su valor, le basta con controlarlo… ¿Porqué te sonríes?”.

“Disculpa, fue un lapsus; pensé que así también desde siempre ustedes las mujeres, suelen hacer con los hombres… ¿o no?” me atreví a contestar.

“Es lo que haría cualquier mujer con sentido común frente a un hombre que solamente sepa utilizar su fuerza bruta… pero esta conducta no es privativa de una mujer, es la que asumiría cualquier ser humano inteligente…” dijo la joven, dándole doble sentido a sus palabras (¿O yo lo entendí así?).

Evidentemente, yo había arrojado un palo… y me devolvieron un aserradero, con toda calma, con lógica, con incuestionable sentido común… por eso, preferí cambiar el rumbo de la charla:

“Pero, si el león se libera y la ataca, la joven tendría pocas oportunidades….” volví a la carga.

“Ella sabe que es necesario el león, es su antagonista en la acción y la reacción, y es el único modo de mantenerse en equilibrio; el Yin y el Yang están permanentemente en equilibrio dinámico, intercambiando sus posiciones. Ambos se necesitan uno al otro, si quieren existir. Y si el equilibrio no fuese dinámico, dejaría de ser, ¿no crees?” me contestó. Y agregó “Sólo requiere la fuerza controlada, equilibrada, en su justa medida, para contrarrestar al león”.

“¿Porqué el color tan rojo de tu vestimenta?” le pregunté para cambiar el tema, ya que en el anterior la joven me había llevado a un callejón sin salida.

“La Fuerza representa la pasión, al igual que el color rojo; pero no la pasión desbordada, la pasión necesaria y en equilibrio que hay que poner cuando se busca lograr un objetivo concreto. Fuerza, respeto y equilibrio para encauzar el Chi, la energía del universo. No es lo mismo vencer en una batalla y controlar una posición, lo que sería suficiente, que destruir al enemigo encarnizándose en él. ¿Se entiende?” dijo el Arcano. “Ojo por ojo y diente por diente” significa que si te ha sido tomado un ojo, sólo un ojo tienes derecho a tomar, y nada más… ¿Está claro?”.

“Claramente… con determinación, pero sin abuso; por eso prefiero no tener prisa en recuperarme, pero sin pausa, respetando la rutina del tratamiento” dije. Y continué preguntando… “¿Y qué representa el tope amarillo de tu sombrero, por encima del símbolo del Infinito?”.

“El sol. El sol expresa que es éste el momento adecuado, que la energía cósmica está a favor, que el Chi curativo se está canalizando, que la masculinidad se manifiesta, que el bienestar y la felicidad están asomando… que el universo está dando su aprobación” dijo la joven.

“Ahhh… mirá qué coincidencia, todos los días que he estado aquí, me han tocado con sol, lo que me ha permitido estar en pleno contacto con la naturaleza” le dije.

“En pleno contacto con la energía curativa de la tierra y del agua, el Yin, no te olvides… pero no te desvíes del tema principal: se trata de ejercer el control de las actitudes leoninas, masculinas, de buscar el equilibrio entre tu componente Yang masculino y lo sanamente femenino Yin que puede haber en cada hombre. La fuerza del Yin, representada por las aguas, pero tal vez también por el cuidado las asistentes de los baños termales, y por todo el sistema de salud del complejo Copahue. Yin en la Laguna Verde, que te calma, que suaviza tu piel, que te contiene; Yang en la Laguna del Chancho, que te revitaliza, que te mineraliza, que te fortifica, que te repara; Yin en el agua sulfurosa, Yang en la ferruginosa. Pero, dicho sea de paso… ¿Podrá ser que hace mucho que no te dejas cuidar? ¿Podrá ser que te hayas desequilibrado hacia el Yang? ¿Puede que hayas creído por un momento que vivir es sólo una batalla?” preguntó la joven.

No pude responder a eso porque los cuestionamientos en los que se debatía mi mente eran demasiados… sí, yo sé que ella tiene razón. ¿Pero porqué será que a los Virginianos nos cuesta tanto reconocer que la crítica ajena bien puede llegar a tener su buen porcentaje de razón…? ¿No podría ser que una crítica o una corrección nos estuvieran presentando una dorada oportunidad de detenernos, de reflexionar, de intentar otro rumbo, de abrir la mente y cambiar hacia ser mejores, nosotros los virginianos, los que buscamos la perfección…? Justamente nosotros, los profesionales de la crítica… ¿Por qué nos es tan difícil asimilar su enorme valor para nuestro propio crecimiento…?.

“Vas a tener que replantearte la manera en que haces frente a las cosas” agregó la joven… “Leo es tu Ascendente (el león), y el Ascendente representa también a la persona física, vos mismo, tu cuerpo, y además la manera en que interaccionas con el medio… ¿Sabes eso, verdad?” dijo a continuación.

“Sí, lo sé, y es así… gracias…” sólo pude contestarle, mientras mi mente intentaba reaccionar. Caramba… esto no puede arreglarse de hoy para mañana; hay mucho para analizar, para reflexionar. ¿Será que un impedimento en las piernas me esté indicando que estoy caminando torcido o fuera de la ruta? ¿Qué el alma me esté exigiendo detenerme y reflexionar? La cintura representa a Libra, el centro de gravedad, la búsqueda del equilibrio justo… ¿No estará indicando ese dolor en esa zona lumbar, que el alma sabe que mi Yin/Yang se han desequilibrado? ¿Será que ese accidente me esté dando la oportunidad de corregir errores posturales, como me decían los kinesiólogos? Pero… ¿serán sólo vicios posturales, del cuerpo físico…?

Me pareció notar a la joven de manto rojo sonreir enigmáticamente y el dorado de su sombrero creí ver que se volvía deslumbrante…. casi como la faz del sol al amanecer de un nuevo día… ¿No dicen por ahí que cada amanecer es una nueva oportunidad, y el comienzo del resto de nuestra vida?

Emilio

Copahue, enero del 2006

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