de: Héctor Santos Ramallo
Eres Hermosa.
- No puedo saberlo.
Si, lo eres, yo te veo.
- No puedo verme.
No solo eres hermosa porque te veo, lo eres por tus colores, tu aroma, tu textura...
- ...jajaja no te lo creo....
Es mas, eres tan hermosa que muchos de mi raza se ponen tu nombre en homenaje a tu belleza, así de grandiosa eres.
- Mmm, realmente me sorprende lo que dices pero no logro comprenderlo del todo.
No se como hacerte comprender, pero eres todo un símbolo...
- ...¿¿¿un símbolo??? ¿¿¿Que es eso??
Un símbolo....de la belleza...del amor...
- ¿¿¿Como es un símbolo??
Realmente no soy un académico para explicártelo tan detalladamente, pero un símbolo...es como un objeto que representa algo mucho mas profundo...un recuerdo...una emoción... un sentir...
- ¿Y que tipo de símbolo yo seria?
Mira, eres tan hermosa....tan bella, que te podemos sentir. La belleza se siente, tanto es nuestra admiración, que en realidad no quisiéramos ser como tu, ni tener tus colores, ni tu textura, si no la hermosura que tú representas!, creo que mejor no puedo explicártelo, oh, eres tan bella, mirarte es todo un deleite.
- Ay, que incertidumbre me dejas! no puedo mirarme y hasta me cuesta creer, que yo, tan insignificante, represente algo para alguien.
No solo para alguien, si no para tantos y tantos, regalas la belleza en formas que ni te imaginas, regalas sorpresas, alegrías, lágrimas de emoción, sonrisas, tantas esperanzas, homenajes, algunos de tristezas, pero en todos representas la admiración, se podría resumir que representas al amor mismo...
- Realmente me sorprendes!
Me sorprende que no lo puedas ver. Ahora te llevaré conmigo y te daré a mi amada, sentirás lo que sentimos y entenderás un poco más; es mas, algunos de nosotros diríamos que entre los dioses ya acordamos, tu y yo, este hermoso acto, que no solo es un acto, es una representación de lo que decidimos experimentar...así que...simplemente...siente...y sé lo que eres.
La Rosa, finalmente dijo con una sonrisa.
- Al fin comenzaste a recordar.
Fin
Borges me contó que hace unos idiomas y unos siglos atrás, un poeta llamado Ángelus Silesius (vaya nombre), dijo:
“La rosa es sin porqué, florece porque florece”.
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