De: Héctor Santos Ramallo
21 de octubre, 2009
Advierto que todo lo aquí expuesto es fruto absoluto de mi imaginación, con lo cual es todo cierto.
Contar esta historia es de una dificultad indefinible, que se debe a mi propia dificultad de entrelazar una historia con aquello que esta más allá de lo establecido. Definir aquello que todavía no esta definido, es una tarea que esta ajena a mi capacidad, sin embargo, trataré, mas desde mi corazón que de mi mente, guiarlos en esta historia y lograr que se dejen llevar mas allá de su imaginación, mas allá de cualquier visualización o idea mental, ya que algunos tramos estarán empapados con aquello que esta guardado en la memoria del universo, ajeno a estos planos del pensamiento colectivo. Me han aseverado que todo lo pensado ha sido creado, trataré de traer a la luz eso ya latente en algún lugar del no espacio y no tiempo, con una intrepidez vergonzante y desde lo mas humilde de mi ser, comenzaré esta historia del querido viajero que me inspira: Orifás.
Orifás es un viajero, o mejor decir, es un explorador de la existencia, con todo lo que ello implica. Su vida no es una vida regida por el pasado ni el futuro, es de un presente constante e infinito, en donde vive cada experiencia desde el ahora, desde esa perspectiva él es ajeno al termino que nosotros tendríamos de la eternidad, Orifás no sufriría jamás la pesadez que significaría para nosotros una existencia eterna y lineal en el tiempo, podría decirse que su eternidad Es su estado “natural”, simplemente es consciente de lo que ES en cada momento y de lo que elige experimentar a cada instante, eso le da una libertad como pocos seres tienen en todos los universos. Busca y se empapa de otras experiencias para empezar su exploración, por supuesto conoce de la existencia de otras entidades, de otros seres de miles de formas y de no formas, tipos de conciencia y hasta tipos de pensamientos que lo hacen vivir emociones, o mejor dicho, sentir las emociones, las sensaciones. Ha descubierto que cada emoción lleva su propia geometría, su propio tono musical, su luz y sus colores.
También ha aprendido de las historias que cuentan las estrellas, los planetas, los cometas que van dejando semillas de vida por doquier. Había escuchado y sentido todo tipo de historias, que estarían ajenas a las palabras que nosotros podríamos usar, ya que muchas de las mas interesantes historias llegaban a él por medio de bloques de experiencias de otras esencias, podía saber la historia de una estrella con solo percibirse en su luz, sumergirse en sus temperaturas exuberantes y hablar con las explosiones que gritan al universo la alegría de su crecimiento, y que dan brillo al Todo en ondas de sonidos y ases de luz y energía. Entre esas informaciones le llamó la atención el misterioso y Único Don regalado a ciertas entidades, a las que nosotros llamaríamos, entidades angelicales. Sabía que ellas podían situarse en varios lugares al mismo tiempo, sabía de su belleza y sabiduría que los hacía únicos, sabía que ellos llevaban una gran conciencia exploradora siempre con la chispa Divina, imborrable, intacta, pura y directa desde la Espiral Suprema. Sabía que estaban en constante y plena exploración, evolución y experimentación, eran los más valientes y osados seres de Luz quienes eran capaces de viajar a los más oscuros y densos estados del Alma, a los confines de la Antimateria y viajar por los agujeros negros, los omniversos y las infinitas dimensiones, sabía de algunos de ellos existiendo en las más bajas vibraciones, de inmediato y por un repentino tipo de curiosidad quiso saber de ellos.
Orifás era ajeno a aquellas experiencias, la oscuridad para él solo era ausencia de luz, y no le veía sentido explorar la oscuridad ya que sabía que la luz, en definitiva, era en donde se manifestaban absolutamente todas las cosas, y en la forma de luces era en donde encontraba las más ricas y bellas expresiones de los Creadores.
Decidido a emprender su “viaje” buscó quien pudiera darle información de cómo llegar a conocer esas extrañas expresiones de vida, respetaba la valentía de esos extraños seres que poco conocía y de pronto se encontró frente a uno de ellos.
La rapidez con la cual esa manifestación apareció frente a sí, en un principio lo sorprendió, y a la vez lo lleno de una alegría inigualable, si bien el humor era un atributo común en casi todas las manifestaciones concientes de vida, le pareció graciosa la velocidad con la cual su curiosidad había viajado hacia las percepciones de los luminosos y sabios seres celestiales, como algunos los llamaban. Enseguida comenzó la comunicación, y trataré aquí de transcribir en palabras aquel “diálogo” en donde no había palabras, sino un hermoso y brillante intercambio de luces, colores y exposiciones de conceptos captados desde una conciencia a otra, entre líneas doradas y círculos multicolores, principalmente provenientes de aquella entidad inigualable en preciosura.
- Querido Orifás, eres un curioso explorador, como todo viajero llevas bien marcado ese atributo, conoces como pocos la perfección y el orden de cómo fueron creadas las maravillosas expresiones del Uno, no somos muy diferentes a ti, pero nosotros hemos trascendido la curiosidad y lo que en realidad nos mueve es la Creación. Por supuesto desde tu perspectiva es difícil aceptar que seamos nosotros los creadores de las estrellas y los planetas, hemos creado galaxias enteras para regocijo de nuestra expansión, y hemos aceptado el mayor de los desafíos tal vez, para regocijo mismo de la Fuente y su infinito y primordial propósito, Su Propia Expansión, que es también nuestra y es también la tuya y la de toda manifestación de Luz existente en el Omniverso.
- El camino no es sencillo, pero sí perfecto, en la densidad de los universos materiales, las vibraciones son tan lentas que muchos de nosotros aún estamos perdidos en esas calamitosas densidades, algunos han olvidado su propia Luz. Sí, sé que te parece imposible tamaña hazaña y te es inconcebible que seres con tremendos dones hayan caído en el olvido de su origen, pero como somos concientes de que absolutamente nada está ajeno a un Propósito Supremo, hay cosas en las que no podemos intervenir, las cuerdas inteligentes de las manifestaciones de energía en el basto universo aún responden y responderán al Don que todo lo mueve. Hasta el mas mínimo as de Luz, se rige por la Ley Divina. Sin embargo, querido Orifás, comprende que ese propósito nos da un regalo extra en nuestra exploración, así que para comprender a la perfección lo que Somos, experimentamos al máximo lo que No Somos, y que mejor que ser lo que no somos, en un mundo que es ilusorio, un mundo de sueño, asumirnos en otra aparente realidad; así es como nos hemos manifestado de la mejor manera en Universa.
- Espera un poco, ve mas despacio, porque lo que me dices es sorprendente, incluso para mí, ¿acaso me estas diciendo que existe un lugar en donde puedes ser lo que no eres?
- De alguna manera, así es.
Por supuesto, tamaña confesión confundió a Orifás, le costaba trabajo entender el término de Ser lo que No era, su naturaleza, su Luz, Era, y sabía que la Luz no podía ser otra cosa mas que Luz, no tenía principio ni tendría fin, siempre sería Luz: Una manifestación de Luz, transformada en perfecta geometría y conjunción de colores a los que se sumaba un sonido que cantaba su peculiar nombre con las características de su ser y su misión, la de explorador. Eso es lo que Era y siempre Sería, jamás se le hubiera ocurrido que el Verbo Creativo tuviera en sus filas a esos magnificentes seres dispuestos a la mas absoluta y osada travesía.
- Tus curiosos colores están rebosantes de saber, viajarás conmigo si así lo quieres, y acaso seré tu guía o puedes dejarme cuando quieras, o cuando creas que tu curiosidad ha sido satisfecha, pero debo advertirte, Orifás, que el magnetismo al que serás sometido por la hermosa perla Azul escondida en los confines de una vieja galaxia, te aturdirá la conciencia, te sentirás un poco confundido, la gravedad con la que la densidad de los colores te atraerán te serán extrañamente familiares y de una peculiar belleza, la Perla Azul está tan plena del soplo de la Vida del Eterno, que te sentirás como jamás te has sentido en una gigantesca danza cósmica perfectamente alineada en un principio por las estrellas, que han decidido ser parte de esta aventura, junto a millones de planetas, lunas y anillos y sistemas de planetas alineados en una perfección inconcebible, para el solo propósito de que en un pequeño lugar de un pequeño sistema solar, se encuentren todos los potenciales para la expansión magnífica de todos los Multiuniversos y sus Infinitas Dimensiones, principalmente, aún las no exploradas por seres concientes. Todas esas perfectas cuerdas de creación, son producto de nuestro anhelo de ser, de expandirnos, de nuestros supremos pensamientos alineados a la espiral Dorada que nos une a La Fuente. Esa ilusoria densidad de sonidos y colores, ese magnetismo y la gravedad con la que es afectado todo pensamiento, podría afectarte hasta tu perdición, por lo tanto querido Orifás, es bien comprensible si ahora dudas de querer hacer tu viaje.
- Orifás es mi nombre y ves como cantan mis colores mis anhelos de explorar, ahora comprendo la ansiedad con la que tantas entidades os persiguen en busca de sabiduría, me tienta hacerte mil preguntas, y puedo escuchar la canción de tu nombre que embeleza mis sentidos y saborear los colores con los que viajas, pero me abstendré de preguntarte. No pretendo que seas mi guía, solo indícame el camino...
- Ven conmigo.
No había alcanzado a terminar la frase cuando de pronto se movió por un espacio de colores, no caía ni se elevaba, ni se desplazaba de aquí a allí, parecía que viajaba pero estaba absolutamente conciente de que en realidad él no se movía de ninguna forma, parecía como si todo se moviera a su alrededor, como si todo respondiera a su deseo, sabía que estaba yendo donde quería ir. Al principio solo un soplo pareció rozarle el entendimiento, y al instante miles de millones de estrellas, luces, nebulosas, cometas, galaxias, soles y sistemas planetarios enteros se arremolinaban a su alrededor y se perdían en un embudo infinito, en una espiral de luces y seres maravillosos que parecían reconocerlo y desearle buen viaje, se fascinó al principio de tanto esplendor y de pronto una soledad y vacío empezó a invadir sus sensaciones. Finalmente, empezó a advertir un deslizamiento de su ser y al instante, una quietud casi atemorizante, como si todo se hubiera detenido...
- Aquí estamos, viajero, esta enorme quietud, como la llamaste, es Universa, veras que no difiere de los universos que conoces, aunque aquí parece reinar la quietud, solo es una percepción parcial de lo que realmente es, las vibraciones fluctúan con una lentitud y exactitud muy peculiar, tus vibraciones se han aquietado para que puedas apreciar mejor esta aparente realidad de luz y energía condensada con una perfección y belleza muy singular, ahora tendrás que aquietar aún mas tus colores, mi querido amigo, y tal vez lo que veas y sientas te resultará confuso, percibirás como percibe nuestra conciencia cuando estamos entre la densidad del pensamiento de la luz y la materia, debes saber que esa densidad es solo una pequeña parte de nuestra propia manifestación, tal vez te parecerá un juego cruel, pero es mejor que lo percibas así por ahora.
Orifás se dio cuenta de como habían cambiado los ases de luces de su asombroso acompañante, ahora lo percibía envuelto como en una cubo o una forma extraña de Luz que lo envolvía, y un alo dorado como un río de miles de estrellas doradas, amarillas y blancas salían de un vértice superior para perderse en las confines de los que aquellos mortales llamaban la Vía Láctea y más allá, también él mismo se percibió de una manera diferente y también de él vio como una cuerda de luz blanca dorada casi invisible se perdía en aquella inmensidad. Las sensaciones eran de una extraña e inquietante pesadez y así comenzó la primer parte de su viaje.
Observó un basto desierto de arena y roca blanca, de una extraña belleza y una luz mustia que venía desde otro lugar y que a su vez refulgía y rebotaba hacia fuera con una fuerza y un tipo de especial calidez y magnetismo, como una emanación de amor sin condiciones...
- Todavía no hemos llegado a la Tierra Azul, pero desde aquí puedes ver su encanto, tan pequeña y sublime. Estamos en lo que los habitantes de la Tierra llaman la Luna, ésta, por supuesto, esta en servicio en toda esta maravillosa evolución y es parte significativa en las creaciones de la Tierra, de sus Aguas, de los Hombres, y sus elementos, como así lo es cada parte del universo, como bien sabes.
- Así es, querido Orifás, eres bienvenido, veo que te cautiva mi delicadeza, y sin embargo, no es nada comparada con la belleza que vez allí a lo lejos, no has visto nada todavía.
Orifás estaba sorprendido, si bien sus vibraciones se habían aquietado, había algo a su alrededor que no terminaba de comprender, tenía una extraña sensación de incertidumbre y pesadez, y se dio cuenta que ello no venía de él mismo, ya no estaba en ese lugar tan familiar en el que se sentía como en todos los lugares, sin saberlo aún, lo que comenzaba a experimentar era la linealidad temporal, que lo sorprendió con melodías densas y ondas emanadas desde el mismísimo interior de ese extraño astro que intentaba comunicarse con él, podía notar esas infinitas ondas irradiadas como de una fuente infinita, esa luz provenía de una estrella, lo pudo comprender al fin, sin embargo, esa luz había sido finamente procesada y cambiada, no comprendía los fines, pero sentía la completa seguridad de que todo era como debía ser.
- Eres un gran observador, Orifás, la luz que emito no es mi propia entera luz, aunque sabes que todos llevamos la nuestra propia, ella se une de una fuente mucho más basta y hermosa, ella no sería nada si no estuviera unida a los rayos que percibes y que todavía no has observado con detenimiento de donde vienen. Sigues embelezado en mi luz mortecina, porque en ella vez reflejado los símbolos con los que los hombres tantas veces me han homenajeado, no pueden ser otros símbolos que los del amor, he despertado pasiones para mí y he alimentado la pasión en los corazones mas duros, he bailado con las aguas sagradas de ese hermoso planeta Azul, me han cantado los árboles en los bosques más oscuros, me he asomado con caricias a las penumbras de las cuevas mas escondidas en las montañas y los lagos, me han atribuido poderes mágicos, son aquellos que comprendieron la armonía, la unidad y el amor en todas las cosas, pero poco a poco los conocimientos se fueron perdiendo, pero no del todo, mas bien han sido guardados, aunque siempre mi amor ha sido el mismo e incondicional, sigo bailando con las montañas más antiguas, con los desiertos más rigurosos, con los densos bosques que guardan a las hadas y donde los duendes aún me cantan y bailan en mi honor, con los océanos que cantan a coro con los vientos y en donde en sus profundidades aún no se me es permitido llegar, sin embargo se somete en sus mareas a mis ciclos perpetuos de abundancia entre mis luces y sombras.
Orifás todavía no comprendía del todo las extrañas palabras de aquella bella fuerza femenina, ni siquiera comprendía que esa fuerza tan suave estuviera tan individualizada en un ser, y mucho menos en uno tan peculiar como aquel, que a simple vista parecía una pequeña e insignificante roca vacía que reflejaba la luz de una lejana estrella.
- No precipites tus conclusiones, querido viajero, - dijo el magnificente ser luminoso que todo había “escuchado” y que podía distinguir con exactitud cada pensamiento – en estas enormes densidades nada es lo que parece ser. Te estas acercando, en la lentitud de tu vibración, a lo que sienten y como experimentan la materia todos estos hermosos astros cósmicos e incluso la hermosa Perla Azul. Pero todavía no te llevaré allí, nos alejaremos de ella.
Así comenzó la segunda parte de su viaje. Otra vez Orifás se encontró como en un tubo interminable e inacabable, en donde en sus contornos se arremolinaban colores indecibles, una sucesión de extrañas imágenes se perdían y aparecían a su alrededor como también objetos extrañamente familiares a su percepción, esto lo tenía mas fascinado que confundido, ya que no comprendía del todo, pero no quería comprender, extrañamente no quiso saber, solo se quería fundir en esa peculiar sensación tan hermosa como novedosa. De repente todo se lleno de unos colores intensamente brillantes, cada vez más claros e intensos, tanto así que tuvo que detenerse, sentía muy cerca la presencia de un gran astro de Luz, cuando en la quietud pudo observar mejor, noto que ese astro no era tan grande como otros que había conocido, sin embargo, la fuerza que emitía era de una grandiosidad y potencia que superaba todo lo que alguna vez había percibido de tan cerca. La armonía de sus sonidos, de su vibración, de sus colores, parecía como si rayos infinitos viajaran hacia todos los confines de Universa emitiendo una fuerza maravillosa de sonidos y energía inacabable. Lo percibía como un ser antiguo, y se sorprendió al comprender que en la densidad en la que se encontraba, el tiempo si bien era lineal, aquel Ser antiquísimo parecía sin embargo nacer de nuevo a cada explosión de Fuego, lo sentía tan antiguo como lo serían los creadores de los universos, y tan sabio como los creadores de la Luz, por un momento creyó que parte de la Luz de Toda Vida estaba frente a él.
- Querido amigo, por supuesto es Luz de la Fuente, es Energía de Vida, y es el Padre Luz de la Perla Azul.
Orifás solo quiso estar en silencio, su silencio, no quería entender ese momento, no estaba seguro de lo que estaba pasando ni pretendía estarlo, solo quería sumergirse en esa maravillosa quietud, en esa Luz inacabable, sabia, conciente, amorosa, aunque las sensaciones le eran a veces muy familiares, esa grandiosidad lo tenía aturdido en un momento sublime.
- Soy todo lo que puedas percibir y mucho mas, mi fuego es alimento para la vida de aquella hermosa Perla Azul, y de todos los que giran a mi alrededor, soy el Fuego, la Luz, la Fuerza, todo lo que allí crece se nutre de mi, incluso la sombra y la mas densa oscuridad están impregnadas con mi energía invisible de vida, mis rayos Son La Luz, y algo mas que veo todavía no puedes apreciar, soy la Calidez que abraza con Amor todo lo que toca, soy el que quema toda discordancia y todo lo que no se ajuste a la Armonía Primordial de lo Creado, me manifiesto para todos de igual manera, aunque en algunos lugares como en los desiertos parezco implacable, ahí también la vida se nutre de Mi, en las densidades de los bosques mis rayos juegan y se esconden, y aunque hay lugares en donde nunca mis brazos pueden llegar a acariciar las formas, es así para que otra tipo de vida se manifieste e igualmente ésta se nutre de mis fuerzas. Todo eso soy y aun mas, que te podría explicar pero ahora no entenderías, solo a través de la experiencia en materia mas sólida podrías asimilar la magnitud de todo lo que yo significo para la manifestación física de la vida en aquel hermoso planeta.
El viajero estaba absolutamente embelesado, rendido a esa fuerza y a esa belleza, aunque tampoco comprendía del todo aquellas manifestaciones expuestas por el descomunal astro, podía asimismo sentir esa extraña pesadez que al principio le pareció algo incómoda, pero empezaba a comprender que en esa pesadez las cosas se percibían con una intensidad como jamás había sentido. El grandioso ser celestial que lo acompañaba dejó que Orifás se entregara y rindiera a esas extrañas y nuevas sensaciones. Como explorador, la experiencia que estaba teniendo llenaba de nuevos colores su esencia, era conciente que se estaba nutriendo de una sabiduría fundamental, aunque esto sólo era el comienzo.
- ¿Acaso puede haber más sorpresas para mí? Una extraña y hermosa roca blanca me ha cantado su amor incondicional hacia su perla, he sentido la fastuosa fuerza de un fuego de sabiduría que antes hubiera percibido como un viejo sol, ¿que me espera en ese pequeño reino, que secretos guarda que hasta estos imponentes astros cantan en su honor?
- Recuerda, querido amigo, que ese pequeño reino es una perla en estos confines del universo, y sobre todo, recuerda que todo esto por nosotros ha sido creado, para que se manifieste de una singular y majestuosa manera: la ilusoria experiencia de la vida.
Sorprendido, Orifás cada vez comprendía menos ese concepto, le parecía realmente extraño que si había seres viviendo y expresando vida en aquel pequeño planeta, fuera en verdad una ilusión.
- Comprendo tu confusión, querido viajero, - continuó el ser celestial - has aquietado como nunca antes tus vibraciones, tus luces y tus brillos se han apagado un poco, pero comprende y no te asustes, que ninguno de tus brillos desaparecerán, esto es así para que puedas distinguir la experiencia en su totalidad, pero lo estamos haciendo gradualmente por tu bien y para tu mayor comprensión.
En realidad poco comprendía aún, pero confiaba en los dichos del maravilloso ser celestial que lo acompañaba. De pronto sintió que se alejaba de la presencia de esa espectacular estrella con un sentimiento bastante peculiar y nuevo, una cierta incomodidad que no lograba distinguir, pero entendía así mismo que se debía a que se estaba alejando del maravilloso astro que dominaba todo ese sistema solar, alejarse de su luminosidad lo embargaba con una nueva sensación, y se sorprendía que a cada momento, aparecieran mas sorprendentes y novedosas sensaciones.
- Prepárate querido viajero, tal vez este será un viaje aún más confuso, ya que tu percepción aún es amplia, lo que percibas no será del todo entendible y lógico para ti, aunque como sabes, todo esta en perfecto orden, no olvides que aún en este ilusorio reino, las leyes que rigen Universa son implacables. Te llevaré al comienzo de la historia de esta Tierra, que también es la historia de la humanidad, como también es tu historia.
Comenzó entonces a notar un vacío, y vio un fuego y gases formándose en un espacio indefinido, millones de seres se arremolinaban y jugaban dando extrañas formas a las formas, y en los pensamientos de esos seres los gases más densos se hicieron sólidos, y los sonidos se expandían en una extraña melodía con atributos de colores intensos y aún indefinidos, una hermosa estrella fue creada y fue consumiéndose en su propia exuberante Luz, esa Luz fue guardada en el interior de sí misma, intacta, sublime, y mientras en su exterior la roca empezaba a enfriarse, su luminoso corazón de fuego latía en su interior, dispuesta a la mas osada travesía, junto a los magnificentes seres que jugaban con sus formas, se iba transformando en el magnífico escenario en donde las mas elevadas Creaciones de todo Universa se manifestarían en una forma muy peculiar.
Mientras millones de años pasaban según la linealidad temporal de aquellos mortales, todo esto sucedía en un abrir y cerrar de ojos para los Creadores Celestiales, y la maravillosa Perla Azul fue protegida con un manto de amor que la protegía de otros astros espaciales que pululaban por doquier en aquel cosmos infinito, de los cuales algunos no querían permitir tan elevada experimentación, tan excelsa inspiración de maravilla, algo tan nuevo y aun indefinido. Esto causaba resquemor en algunos otros seres conscientes y hubo algún tipo de lucha en aquellos espacios y en esas dimensiones, pero todo estaba ya trazado para regocijo de aquellos magnificentes seres y su anhelo de creatividad y experiencia. Junto a la estrella transformada vio como se acercaba y nacía el maravilloso astro dispuesto a dar de su luz, su energía, su fuego y calidez, y vio esa pequeña roca blanca cantando los sonidos del misterio, y vio todos esos pensamientos manifestándose también en otros planetas menos sofisticados pero igualmente hermosos, estaban dispuestos a ser parte del juego, todos alineados en un hermoso baile alrededor de aquel dador de luz.
Satisfechos con la creación maravillosa de un sistema solar en toda su peculiar complejidad y belleza, los magnificentes seres decidieron seguir expandiendo su pensamiento siempre creativo, y fueron el Viento que recorrió por primera vez a abrazar a aquella hermosa estrella ahora transformada, y vieron que era tan bello recorrerla que fueron la Roca enfriada de su firmamento, y como también aquello les pareció bellísimo, decidieron que su liquidez etérea se haga mas sólida y cubrieron partes de aquellas Rocas con un manto de Agua, y fueron Viento, y Roca y Agua y maravillados aún de ser aquellas maravillas, fueron Noche y Día, y fueron construyendo la magnífica perla Azul, mas Azul y mas hermosa.
Aún maravillados decidieron que el escenario era propicio para mucho mas, entonces entre la Roca y el Agua y el Viento nació la arena y la tierra, y abrazando la calidez de aquel Astro Magnífico, y la misteriosa energía de la Luna que los miraba con un regocijo apabullante de amor incondicional, decidieron que más colores naturales se manifestasen en materia, y entonces otros minerales fueron creados desde su pensamiento, y desde esos Minerales, desde el Viento, desde el Agua, desde la Calidez, desde el Frío, desde el Barro, desde todos esos Pensamientos que Ellos mismos eran, fueron creando Vida para que se manifestara desde toda esa exuberante conjunción de elementos, y un primer brote nació en la naturaleza, y creció y se alimento del Aire, de la Tierra, del Agua, de la Noche y el Día, y decidieron ser Naturaleza, y pensaron la Semilla y creció la planta y de la planta nacieron las hojas verdes y sus ramas y de la rama nació la flor y de la flor creció el fruto donde se guardaba la semilla que volvería otra vez a la Tierra para crecer una y otra vez, y así, maravillados fueron las plantas, los árboles, arbustos, malezas, hiervas y fueron creando valles y mesetas y pampas y bosques, y a cual flor mas bella, mas bellos sus perfumes y frutos aún mas frondosos.
Decidieron pensar un Jardín, y ese Jardín guardaba toda la completa esencia de la Luz Creadora de Todo lo que Eran, y viendo que era todo sumamente hermoso, decidieron pensar aún mas Vida y se pensaron desde el agua y fueron magníficos Seres Acuáticos manifestándose en los océanos, y recorrieron todas las Aguas dulces y saladas y tuvieron ojos para percibir la luz del Sol y la Luna, el Día y la Noche y percibir con la vista todas las manifestaciones creadas desde sus propios pensamientos, y desde aquel mundo marino y viendo que lo creado era aun hermoso, decidieron expandirse hacia la arena, y se pensaron Animales que anduvieron por la tierra, y de sus aletas crecieron extremidades y con esas extremidades recorrieron el suelo, sintieron el manto de la Roca sobre sus pies y respiraron el Aire y el Viento, y se nutrieron de los vegetales y las hojas y los bañaban los rayos del Sol y de la Lluvia, y fueron muchas especies y cada una mas extraña y hermosa que la otra, y así crecieron y se multiplicaron, y viendo que ese pensamiento también era hermoso y que ya habían explorado los dominios del Mar y de la Tierra, decidieron pensarse con alas para recorrer los aires con el Viento, y se pensaron Aves con plumajes con los colores del arco iris y todos los tamaños y de extraña belleza, así la vida física se manifestaba sobre aquel único, grandioso y pequeño punto Azul de Universa.
Deslumbrados de sus propias creaciones venidas de sus mas elevados pensamiento, decidieron expandirse y atreverse a su más osada experimentación, llevar su Esencia Divina a la forma física. Muchos otros seres desde los confines de Universa aportaron en la osada travesía de aquellos magníficos seres celestiales que decidieron aquietar todos sus colores, todas sus canciones y todo su esplendor para poder manifestarse como lo hacían las hojas de los árboles, los frutos y las flores, y todos los animales sobre el manto de la Tierra, el Aire y sobre el Agua, y sabiendo que la travesía era extremadamente nueva, se prometieron volver siempre a la Fuente, y para hacer aun mas maravillosa la existencia, decidieron aquietar sus vibraciones y transformar en materia solo una parte del pensamiento de lo mismo que ellos mismos eran, sin perder su Luz, que latiría en su interior, como late la Luz de la Tierra en su propio Corazón.
Y los primeros y mas osados, no del todo en materia física, fueron los Duende y las Hadas y los Devas custodios de la Tierra y la Naturaleza, manteniendo el equilibrio de todo lo que allí crecía y lo que aun quedaba por crecer jugando con todo animal.
Viendo que todo era tan hermoso, aun se pensaron mas perfectos y con la esencia de la Tierra, de la Luz, de otros magníficos seres de los confines de otras galaxias y de otras maravillosas estrellas y con todo lo que Ellos Mismos Eran, decidieron manifestar su Luz en la materia y sobre aquella hermosa Perla Azul que los veía nacer y que de ellos había nacido, pudieron sentir en su cuerpo el olfato de las flores, el tacto de la arena, del agua, de la tierra, sentir el viento sobre su piel y la calidez con la que el sol los abrazaba y mirar la belleza de todo lo que habían hecho y en Todo lo que se habían transformado.
Orifás percibía todo aquello embelezado como jamás lo había estado, sumergido en aquel nacimiento maravilloso de todas aquellas manifestaciones de tantas diferentes formas y de cada una cual mas hermosa, sus colores de explorador explotaban de ansias de saber aún mas, de querer explorara por sí mismo todo aquello, el había visto todo y de alguna manera participado, no entendía muy bien de que forma, pero comprendía todo aquel increíble proceso creativo y de expansión.
- Que honor es para mí, querido viajero, ver crecer tus colores y como la melodía de tu ser suena cada vez mas sabia y mas hermosa. Has visto la explosión sublime de creatividad y de vida que allí aún sigue naciendo, una y otra vez. Muchas cosas han pasado desde que hemos caminado aquel hermoso Jardín en donde todo estaba a nuestro alcance, y nuestro poder de crear con la Luz de nuestro pensamiento aún se podía manifestar en forma más densa hasta formar la materia, todavía es así, aunque muchos... la mayoría de nosotros lo ha olvidado, ese olvido es producto también de nuestro desafío y de nuestra expansión. En la forma física, si bien experimentábamos y sentíamos las emociones del amor, nuevas emociones nacieron en lo que era nuestro cuerpo, emociones que no comprendíamos, y que otros quisieron arrebatarnos, en esa incomprensión fuimos mas allá, y quisimos también experimentar eso, así el miedo empezó a correr por nuestro entendimiento, y desde ese temor, hemos caído en la confusión y el olvido, Por supuesto nuestra esencia esta intacta, siempre seremos lo que somos, y ni siquiera cuando nuestra forma física sucumbió al temor y al deterioro y a la aparente muerte, dejamos de ser lo que siempre hemos sido, por eso es que esa maravillosa expresión de vida sobre un plano material es una ilusión, es como un juego, un juego estupendo que nos permitimos jugar para saber mas de nosotros y hasta donde podemos llegar a expandirnos, nuestra expansión, es la expansión de Todo lo que Es.
No había palabra o sensación que Orifás pudiera describir ante tamaño descubrimiento, sentía la fuerte atracción de querer explorar él mismo aquellas emociones, quería caminar sobre la faz de aquella Perla Azul, sus vibraciones, sus colores se aquietaron y el magnetismo al que estaba siendo sometido lo atraía de una manera nueva y extraña.
- Vendrás ahora conmigo, Orifás, y tu entendimiento y comprensión caerá en emociones nuevas para ti, aún no puedes materializarte como nosotros lo hacemos, tus vibraciones aun son muy elevadas, pero percibirás, desde lo mas cerca que puedo acercarte, a cómo hoy se encuentra y hasta dónde hemos llegado en nuestro viaje creativo y en lo que ellos mismos llaman Evolución.
Orifás entonces se movió de los celestes y rosados puntos del pentagrama del suave y estremecedor cosmos musical, a unas grises y marrones líneas que desentonaban tanto al sonido que el escuchar quedaba solo limitado a la indispensable sobrevivencia, descubrió que en las opacadas luces de un espacio habitado por seres condenados al olvido de sí mismos, se podían rescatar algunas sorprendentes y artísticas chispas de colores que semejaban al principio. Con pequeños espasmos de mentes unidas a lo supremo, se regalaban el arte y algún que otro ser con un grado de sabiduría y conexión inconsciente con la ley única, pudieron crearse divinidades y atisbar el rigor de la perfección, aunque lejos estaban todavía de su verdadera comprensión, sometidos a la creencia de lo que no eran, vivían en la ilusión como su verdad, haciendo de la verdad su fantasía y se entregaban con la misma intensidad a sus dioses como a su ciencia.
La invisibilidad le permitía atisbar la música de colores más brillantes aun escondida en el interior de aquellos humanos y veía como podían reflejarse desde sus colores mustios y desarrollarse al exterior en notas transportadoras, tratando de ayudarse a sí mismos a crear esa expansión de la que solo ellos eran propietarios y exclusivos de ese Don entregado por el Hacedor.
Comprendió de alguna manera que aquellos que ahora eran en forma humana habían cruzado su existencia con algunos de esos seres que habían llegado mas lejos en sus vehículos de luz y sagrada geometría, trascendiendo todo lo que no eran en esencia, los que habían llegado finalmente a agregar nuevos tonos al Todo, tonos con nuevos colores, dibujos y sonidos bellamente orquestados, y hasta sus nombres se percibían mas hermosos que las explosiones de luces de mil galaxias, eran los que habían comprendido que ellos mismos eran los creadores del fantástico universo material de la ilusión y su planeta, donde habían decidido experimentar lo que No Eran para llegar a su actual estado de expansión de suprema belleza.
Comprendió que obsequiados con ese Don y sabiendo de su impecable cualidad, única y la mas preciada por toda entidad, se habían propuesto jugar la existencia hacia lo no conocido, desde la densidad de unos cuerpos perecederos se impusieron el mas temeroso de todos los atributos, “el Olvido”, que les garantizaba la cualidad única de ser regentes y exploradores del infinito aún no creado, los primeros soldados en las filas de la Infinita Espiral Evolutiva del Omniverso.
- Ahora comprendo porque eres tan hermoso, porque te honran en todo el cosmos, porque quedo embelezado ante tu Luz, comprendo que han creado las mas extraordinarias emociones, veo como aún se regalan el temor para experimentar el mas grande Amor, como algunos viven la tristeza para apreciar con esplendor toda la Alegría, como juegan con tanta intensidad el drama de su vida para abrazar la Paz que siempre llega, es tan...increíblemente hermoso...
Orifás no tenía palabras, no había manera de describir todo aquello que estaba explorando en su propia comprensión, sabiendo y asumiendo aún mas Luz a su Ser.
- Orfas querido, has comprendido solo un atisbo de la magnificencia que se esta experimentando hoy en la Tierra, la Perla Azul esta cansada de este juego y aunque ama a cada ser que sobre ella esta manifestándose, ya que Es ella misma, quiere también elevar aún mas sus vibraciones, hemos, todos, contribuido para llegar a este punto sublime en la Creación, ahora, te llevaré conmigo para que percibas por ti mismo, la magnificencia Divina, con la que Todo esta Impregnado.
Orifás recorrió nuevamente todo el viaje, desde donde se había encontrado con ese grandioso Ser Celestial, y aún mas atrás, fue hasta donde había percibido aquellas dudas, aquella curiosidad que le hacía cosquilla en los colores, donde todavía estaba en otras dimensiones existiendo en un estado de quietud y exploración de su propia esencia, y viajo nuevamente por planetas y estrellas, y soles y cometas, y visitó la vida de seres que había en otros reinos, y vio que todo era hermoso y perfecto, y paso otra vez por esos túneles de Luz donde se fundían galaxias enteras y explosiones de colores nacían una y otra vez mas hermosamente transformados hasta llegar a la quietud de Universa.
En Universa descubrió otras formas de Vida, similares a la de la Perla Azul, de miles de formas diferentes la Vida era manifestada en diferentes fecundos planetas, el recorrido le parecía extrañamente familiar, y mientras mas belleza percibía, el Amor sobre cada una de aquellas cosas percibidas crecía en su interior, sus colores se ampliaban y estiraban hasta donde todavía su conciencia no podía llegar, entonces en una quietud como jamás había experimentado, se vio recorriendo la maravillosa Perla Azul, recordó que había vivido la experiencia como humano y había sucumbido a aquel Olvido, vio que había sido un hermoso ángel humano que había vivido la sublime experiencia de la Vida, también había sido un viajero y había recorrido sus cielos, sus caminos, sus mares, había admirado todo aquello y de toda esa experiencia se había nutrido, había sido niño y hombre y mujer y anciano y había sido un Sabio y pordiosero. Entonces un entendimiento aún mayor lo invadió, un Amor mayor empezó a crecer en Él, hacia sí mismo, hacia todo su viaje, hacia aquel ser que por un momento creyó insignificante y al instante lo vio perfecto y hermoso en todas sus expresiones, y entendió que también era Él, y mas amor crecía en sus miles de colores, y amo la Luna y al Sol, empezó a amar a cada paisaje, a cada estrella, a cada ser que lo acompañaba, empezó a amar a aquellos pensamientos que Él también era, amo al Viento, al Agua, al Fuego y a la Tierra, sintió tanto Amor, que se fundió en cada cosa que había percibido, en cada paisaje, en cada flor, en cada animal, en cada árbol, en cada destello de todos aquellos hermosos pensamientos y en ese profundo y glorioso Amor, fue todo lo que había percibido, porque Todo había sido Creado del Amor, y el era ahora el Amor de Todo lo Creado.
En el reconocimiento de su Divinidad, busco al ser Celestial que lo había guiado en su viaje, y se vio a si mismo, y se fundió en Él, en un solo Amor, en Todo el Amor de Todo lo que Era: en la Comprensión Divina de lo que Realmente Siempre Había Sido y lo que SERÍA POR SIEMPRE JAMÁS.
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