Recuerdo cada flor, porque al ver una,
he visto todas.
Cada hoja del árbol, con su sombra,
me es conocida;
su frescura, su color, sus verdes,
su perfume, la corteza, su sabia,
yo lo he sido.
Veo con alegría y admiración el vuelo
del ave, y veo todas las aves.
Yo he volado y sueño, no con volar,
si no con volver a hacerlo,
¿De donde sino vendría ese deseo?
¿Acaso yo no he sido viento?
He visto la vastedad del mar,
sublime y potente tronando a mis pies
contra la roca cantando su grandeza.
Yo también he cantado con su espuma.
Me sorprenden los enigmas del mundo,
y la llamada a esa búsqueda mi alma me ha invitado,
no es que quiero saberlo todo,
sino saber simplemente lo que debo.
He visto cada mirada, cada gesto
y en cada uno me he visto.
Y serán risas y otras lágrimas
que aun me queden por soltar.
Y aunque vaya a soltar todo,
aun me tengo,
desde un lugar que he sospechado
y más que nunca, esa certeza,
hoy es mi sustento,
El tesoro mas preciado
llegando en formas,
sentimientos,
creyéndolo del otro lado, y sorprendido,
una vez mas,
de descubrir que el otro lado
no es mas que este corazón
que me guarda el jardín de las flores
de los sueños más hermosos del amor
que jamás haya soñado.
Héctor Santos Ramallo
http://escritores-canalizadores.blogspot.com
21 de octubre, 2009
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